La moneda está en el aire

HomeEstatal

La moneda está en el aire

La moneda está en el aire

 

Por Alan Castro y David Omar Guirado

 

El inicio de las campañas a la gubernatura inició en un contexto de incertidumbre para el electorado sonorense, con una pandemia de salida y el comienzo de un proceso de vacunación accidentado, donde la evidente crisis sanitaria se hacía acompañar de la crisis económica y de seguridad pública que arrastra el país desde el año pasado.

 

Si bien la contienda comenzó con seis candidatos al Gobierno de Sonora, solamente tres proyectos se veían con posibilidades reales de competir en la carrera rumbo a Palacio de Gobierno, por un lado, Alfonso Durazo de la coalición “Juntos Haremos Historia en Sonora”; Ernesto Gándara de la alianza “Va por Sonora” y Ricardo Bours por Movimiento Ciudadano.

 

El resto de los candidatos por su origen como partidos políticos de nueva creación y dos de sus candidatos recientemente identificados al proyecto de Alfonso Durazo, se podía preveer que su participación en la contienda era una estrategia electoral para dos cuestiones, hacer el trabajo sucio para la coalición encabezada por Morena y fragmentar el voto.

 

Cuestión similar con el candidato Ricardo Bours, quien desde un principio se especuló que su papel en el proceso electoral sería pegarle al entonces puntero Alfonso Durazo y en algún momento llamar al voto útil o bien declinar en favor de Ernesto Gándara, el tiempo, pero sobre todo las circunstancias políticas y de inseguridad finalmente dieron la razón.

 

Mención aparte la candidata a la gubernatura de Fuerza por México, la académica Rosario Robles Robles, quien llegaba a la contienda como la única candidata sin trayectoria en el servicio público y con amplia experiencia en temas de género, además del valor agregado que representa ser la única mujer dentro de las opciones electorales frente a la ciudadanía.

 

Se soltaron los caballos, arrancan.

 

El arranque de campaña se cargó para un lado, siendo Alfonso Durazo el puntero por más de 15 unidades en la mayoría de las encuestas le permitían un inicio de proselitismo cómodo en todo el Estado, donde se veía el poder de convocatoria y el músculo político que había podido ejercitar desde el proceso de precampaña de cara a las bases morenistas.

 

El encabezar las preferencias electorales al inicio de las campañas ameritó para la coalición “Juntos Haremos Historia en Sonora” administrar una amplia ventaja, por lo cual no hubo necesidad de inventar el hilo negro o presentar algo novedoso, al contrario, eran eventos con ambientes controlados y discursos estructurados, tónica que marcó toda su campaña.

 

Por otra parte, la campaña de la alianza “Va por Sonora” comenzaba en un alejado segundo lugar y aunque presentaba una buena estrategia en redes sociales, los diversos eventos dejaban mucho que desear en varios municipios, ya que no se habían resuelto muchos de los temas como las coordinaciones de campaña y sobre todo las candidaturas locales.

 

Posiciones como la candidatura a la presidencia municipal de Hermosillo generaban tensión al interior de la alianza, al riesgo de fraccionarla si no se llegaba a un buen acuerdo, siendo la cuestión toral que la capital sonorense debía de abanderar un candidato emanado de Acción Nacional, posición que se decidiría más adelante y ocuparía una operación cicatriz.

 

Por su parte, Movimiento Ciudadano seguía generando expectativas con la suma de buenos cuadros provenientes de otros partidos y perfiles de la sociedad civil que fortalecía la candidatura a la gubernatura, que iniciaba campaña en medio de cuestionamientos en torno a la inversión millonaria en redes sociales para su identificación y posicionamiento.

 

El primer mes, el round de estudio.

 

Para todos los equipos de campaña el primer mes sirvió de estudio, por un lado, Alfonso Durazo seguía como puntero con un amplio margen de ventaja, esto previo a un proceso interno donde definirían las candidaturas locales por una encuesta organizada por la comisión nacional de procesos internos de Morena, sería la primera prueba de fuego.

 

Por otro lado, Ernesto Gándara evidentemente cambiaba de estrategia con un discurso más frontal hacia el puntero y eventos con más aglomeración de personas, asimismo definía sus coordinadores en una estructura de campaña horizontal donde desarmaba una supuesta guerra de egos y sumaba a otros liderazgos de los partidos de la alianza.

 

El candidato Ricardo Bours era quien crecía más el primer mes de campaña electoral y ya se hablaba de la posibilidad de que Movimiento Ciudadano pudiera terciar el voto en la contienda estatal, quien continuaba con un discurso frontal en contra del ex secretario de seguridad pública y ganaba titulares de medios de comunicación en su recorrido por el Estado.

 

Los demás partidos con sus respectivos candidatos hacían lo que podían y por primera vez en la contienda señalaban al Instituto Estatal Electoral de Sonora por no entregar en tiempo y forma las prerrogativas correspondientes para la campaña electoral, además que aún  no completaban sus listas para las demás candidaturas a puestos de elección popular.

 

A inicios del mes de abril, iniciaban también las campañas a diputados federales sin pena ni gloria, Morena apostaba en la mayoría de sus candidaturas a la reelección, respetando dos diputaciones para el Partido del Trabajo, mientras que la alianza hacia una repartición de tres diputaciones al PAN, tres al PRI y una al PRD; Movimiento Ciudadano hacía lo propio.

 

Segundo mes, inicia la guerra de encuestas.

 

Al inicio del mes de abril la guerra de encuestas alcanzaba su punto más álgido, a diferencia del inicio de las precampañas donde estaba marcada una diferencia entre los proyectos en la mayoría de las encuestas, a estas alturas de las campañas había datos que presentaban una diversidad de resultados que no marcaban una tendencia clara hacia ningún proyecto.

 

La “encuestitis” desvirtuaba esta herramienta demoscópica presentando números sin un marco metodológico ni mucho menos muestras representativas del electorado sonorense, no sólo eran estadísticas cuchareadas, sino inventadas en muchos de los casos, reforzando la idea de que el que paga la encuesta manda y si se publica es porque trae otra intención.

 

Morena no solamente presentaba la misma ventaja con la que comenzó la contienda, sino incluso argumentaba que su ventaja era de 2 a 1, mientras que la alianza “Va por Sonora” anunciaba un empate técnico con la coalición “Juntos Haremos Historia en Sonora”, y por último Movimiento Ciudadano aseguraba que ya había alcanzado y empatado a la alianza.

 

Lo único cierto es que no había un esquema de medición confiable en la competencia por la gubernatura, menos teniendo en la mayoría de las encuestas una barra tan grande de indecisos, comprendiendo una buena parte del pastel total que representaría en los resultados finales que cualquier encuesta fallara una posible tendencia o predicción.

 

También a inicios de abril se registraron los precandidatos a las diputaciones locales y presidencias municipales, unos elegidos a través de supuestas encuestas y otros designados directamente por cuotas de grupos, mientras que otros partidos elegían a sus candidatos por descarte e incluso algunos no lograron postular a todos los cargos.

 

Inician campañas locales, completan la fórmula.

 

El 24 de abril se completaron las fórmulas locales y planillas municipales para los 101 cargos de elección popular en disputa, y lo que para muchos significaría que la efervescencia electoral creciera y se sintiera de una vez por todas la algarabía de una campaña electoral como la conocíamos, no necesariamente vino a poner ambiente en la fiesta democrática.

 

La incorporación de las candidaturas locales vino a fortalecer la idea de una contienda atípica, donde era notorio que el humor social estaba complicado debido a la pandemia y la pérdida de familiares que arrastró a su paso, además del evidente desgaste del sistema de partidos y en general de toda la clase política, se asomaba el fantasma del abstencionismo.

 

Pero quienes también tenían desgaste era los partidos, por una parte, en Morena se hablaba de un proceso inexistente de encuestas y designaciones por dedazo de Durazo, militantes en varias regiones del Estado cuestionaba fuertemente al partido, conflicto que motivó la toma de las instalaciones del partido a nivel estatal, las cuales permanecen hasta la fecha.

 

Por otra parte, la alianza “Va por Sonora” también sufrió el proceso interno y la operación cicatriz empezaba apenas a tener sus primeros puntos, sobre todo en la capital Hermosillo, donde se quedaban en el camino aspirantes a la alcaldía como Ernesto De Lucas y Norberto Barraza, quienes se harían a un lado para darle paso a Antonio Astiazarán.

 

Curiosamente por el lado de Morena la candidata a la alcaldía de Hermosillo, Célida López sí venia a fortalecer la campaña estatal de Alfonso Durazo, caso contrario en la candidatura de la alianza encabezada por Ernesto Gándara, quien arropaba a las fórmulas municipales, donde evidentemente carecían de apoyo popular e incluso recursos para sus campañas.

 

El primer debate, IEE Sonora el gran perdedor.

 

El martes 27 de abril concluyó el primer debate de los candidatos a la gubernatura en un evento decepcionante, con un formato que imposibilitó el intercambio directo de ideas entre participantes y una transmisión repleta de fallas técnicas, donde el gran perdedor resultó ser el Instituto Estatal Electoral que demostró no estar a la altura de manejar una contienda digna para los sonorenses.

 

Los temas principales abordados en cuatro bloques fueron salud, uso del agua, educación, transparencia y combate a la corrupción, sin embargo, poco importó a los aspirantes el responder las preguntas emitidas por los moderadores Soledad Durazo y Luis Alberto Medina, siento precisamente las preguntas de seguimiento lo más rescatable del evento.

 

Desde el inicio del debate, los contendientes no pudieron realizar sus planteamientos con claridad, las propuestas quedaron cortas, exhibieron falta de conocimiento de la situación económica, política y social del estado y hasta citaron cifras contradictorias en diferentes rubros; con respuestas evasivas y los cortes por tiempo no se dieron de una manera precisa.

 

La transmisión en vivo desde el portal oficial falló en varias ocasiones provocando el descontento de las personas que lo seguían a través de un enlace en los medios de comunicación y redes sociales, donde se le calificó como un desastre; generando suspicacias alrededor del órgano electoral.

 

Se tiñe de sangre el proceso, asesinan a Abel Murrieta.

 

Alrededor de las 17:00 horas de la tarde del pasado jueves 13 de mayo, el candidato a la presidencia municipal de Cajeme por Movimiento Ciudadano y ex Procurador de Justicia de Sonora, Abel Murrieta Gutiérrez, fue asesinado mientras realizaba volanteo para su campaña en el centro de Ciudad Obregón.

 

La Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora condenó el asesinato del candidato quien también se desempeñaba como abogado de los LeBarón, asegurando que se realizará un operativo para encontrar a los responsables del ataque. Se presume que fueron diez disparos de bala los que impactaron al cuerpo, incluidos dos en la cabeza.

 

Previo al ataque, el candidato compartió en redes sociales su intención de actuar contra la inseguridad en el municipio. El día después de su asesinato, la FGJE Sonora junto con la Mesa de Seguridad conformada por los tres órdenes de gobierno, concluyeron tras las primeras indagatorias que el ataque armado fue planeado y directo en contra del candidato.

 

En el informe de la Fiscalía, definieron dos líneas de investigación: una, el ámbito de su profesión como abogado y la segunda relacionada con sus aspiraciones como candidato a la alcaldía de Cajeme. LeBarón reveló que el 14 de mayo tenía acordado reunirse con Murrieta porque “él no quería hablar por teléfono”.

 

Tanto Bryan LeBaron como Adrián coincidieron en que Murrieta estaba cerca de descubrir, o bien, había descubierto información trascendental en el caso de la masacre de su familia, por lo que su asesinato alertó también a los abogados del despacho que lleva su caso en Estados Unidos, mismo que en su momento recomendó ampliamente a Abel Murrieta como la mejor opción para llevar la investigación ante la SEIDO. Hasta la fecha no ha habido ningún detenido.

 

Declina Ricardo Bours en favor del Borrego.

 

Solo cuatro días después del asesinato de Abel Murrieta, el otrora candidato de Movimiento Ciudadano, Ricardo Bours, a través de un comunicado llamaba a la unidad para apoyar el proyecto de Ernesto Gándara para no lograr la llegada de Alfonso Durazo a Palacio de Gobierno de Sonora, a quien calificaba como un hombre desarraigado que desconoce la situación real de Sonora.

 

Cabe mencionar que al inicio y durante la contienda siempre se habló de la posibilidad de que Ricardo Bours declinaría en favor de Ernesto Gándara, sin embargo, la decisión de hacerse a un lado en la contienda estatal obedece directamente a un tema personal y familiar, y en todo caso solo vino a apresurar esa supuesta adhesión a la alianza.

 

Por su parte, autoridades nacionales de Movimiento Ciudadano eligieron a Manuel Scott como su nuevo abanderado para continuar la contienda a la gubernatura de Sonora, aclarando que seguirán en la elección local como una señal de respeto a las y los ciudadanos que confían en el partido. Desconociendo rotundamente la decisión personal de Ricardo Bours.

 

Y si bien la mayoría de las candidaturas de MC se mantuvieron firmes, muchos simpatizantes de Ricardo Bours sí se sumaron al proyecto de la alianza “Va por Sonora”, pues evidentemente los números del movimiento naranja bajaron considerablemente según mediciones de antes y después de la decisión del otrora candidato a la gubernatura.

 

Si bien se analizó ampliamente que no necesariamente la declinación de Bours significaba sumar los puntos de Movimiento Ciudadano a la alianza encabezada por Gándara, en Morena como respuesta a esta decisión sacaron una encuesta final donde exageraba tanto los números que aun sumando sus dos seguidores no le llegaban a sus preferencias.

 

Segundo debate, el gran ausente.

 

Con la consigna de: “se debe hacer hasta lo imposible para que no llegue Alfonso Durazo a la gubernatura”, Ricardo Bours declinaba como candidato de Movimiento Ciudadano para anexarse al proyecto de Ernesto “el Borrego” Gándara un día antes del segundo debate de la y los candidatos al gobierno del estado organizado por el Instituto Estatal Electoral.

 

Con más señalamientos y acusaciones mutuas y sin la presencia de un abanderado de Movimiento Ciudadano, se llevó a cabo el segundo debate entre los candidatos a la Gubernatura de Sonora que se registró la noche del martes 18 de mayo en el que cada uno de los aspirantes dio a conocer sus propuestas sobre los diferentes temas tratados.

 

Los sonorenses nos dimos cuenta que del primer debate al segundo, algo había cambiado, Si bien no hay manera de demostrar que el candidato de Morena, Alfonso Durazo había perdido la ventaja sobre Ernesto Gándara, por lo menos se comportó como si así fuera, presentándose de nueva cuenta nervioso, errático y titubeante al leer sus propuestas.

 

El mismo Alfonso Durazo lo había adelantado antes de iniciar el evento en entrevista con los medios de comunicación: “al árbol con más frutos es al que se le tiran más pedradas”, una parábola con la que demostró lo que vimos en el segundo debate, el apedreo por parte de Carlos Zataraín, Temo Galindo y el propio Durazo contra Ernesto Gándara.

 

Sin un marcado ganador en el segundo debate, destacaba más la ausencia de Ricardo Bours, quien se esperaba se fuera con todo contra Alfonso Durazo por el asesinato de Abel Murrieta y el tema de inseguridad en la agenda de ese ejercicio, sin embargo, sin un candidato oficial de Movimiento Ciudadano no hubo participación en esa ocasión.

 

En riesgo la ventaja de Morena, hay nerviosismo.

 

Era evidente que, si antes de la adhesión de Ricardo a Ernesto se hablaba de un empate técnico, esta decisión podría significar no solamente alcanzar al puntero, sino superarlo, por lo cual los señalamientos y acusaciones subieron de nivel evidenciando cierto nerviosismo en Morena, quienes veían perdida su ventaja de más de veinte puntos en tres meses.

 

Con esto crecía la preocupación en Morena al darse cuenta que lo que parecía ser un triunfo asegurado, se consolidaba como una apretada carrera que se definiría la jornada electoral, donde ya cada vez era más difícil sostener el discurso de la amplia ventaja, de la soberbia, de la arrogancia y exceso de confianza que habían mostrado meses anteriores.

 

Cuando las cosas no podían ir peor para Morena, a nivel nacional sale a la luz pública una investigación periodística de las propiedades no presentadas por Alfonso Durazo en sus declaraciones patrimoniales, lo cual más allá de desmentir las acusaciones, significó para el candidato de la coalición un duro golpe mediático de pocos días del terminarse la campaña.

 

Los propios morenistas y simpatizantes de Alfonso Durazo desestimaron el trabajo periodístico y desacreditaron la fuente, no se esperaban que días más tarde ese mismo medio de comunicación le daría ventaja en una encuesta a la cual sí dieron veracidad y lo tomaron como una fuente confiable entorno a los datos presentados de la contienda estatal.

 

Lo que es un hecho es que de poco sirven las estadísticas a estas alturas de la campaña, pues a la vuelta de la esquina está ya la madre de todas las encuestas, ni más ni menos que la jornada electoral donde se concretizarán las intenciones de voto y lo que es más importante, aquellos indecisos tendrán que tomar una decisión que podría cambiar todo pronostico.

 

A cinco días de la contienda no hay nada para nadie y la moneda está en el aire, los pronósticos son reservados y el ambiente es de incertidumbre, unas palmeras en llamas frente al Instituto Estatal Electoral podrían significar la premonición de una elección, aunque esperemos no se desborden las pasiones y se lleve con tranquilidad las elecciones.

 

COMMENTS

WORDPRESS: 0
DISQUS: