El impacto de la segunda victoria de Trump sobre el peso mexicano: menos profundo, pero más duradero | Columna Prisma

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El impacto de la segunda victoria de Trump sobre el peso mexicano: menos profundo, pero más duradero | Columna Prisma

La reciente reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos ha provocado un fuerte impacto en el peso mexicano, similar al experimentado en 2016, aunque con diferencias importantes. En su primera victoria, el efecto sorpresa fue crucial para desestabilizar la moneda. Ahora, aunque la incertidumbre persiste, el mercado parece mejor preparado para lidiar con las posibles consecuencias. Sin embargo, los expertos advierten que este golpe, aunque menos profundo, podría extenderse durante un periodo más prolongado.

Un peso debilitado ante la incertidumbre  

Tras los comicios, el peso alcanzó su nivel más bajo en dos años, cotizando hasta 20,81 unidades por dólar. Aunque se han moderado las pérdidas en las jornadas más recientes, la volatilidad sigue siendo una constante ante los anuncios del presidente electo. Una de las noticias más alarmantes fue la incorporación de Robert Lighthizer al equipo de Trump, un defensor de los aranceles que tuvo un papel central en la renegociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC).  

El mercado prevé un periodo de nerviosismo e inestabilidad hasta la toma de posesión el próximo 20 de enero. Además, las decisiones de Trump respecto a temas como el comercio, los aranceles y la migración seguirán marcando el rumbo del tipo de cambio y el entorno económico bilateral.  

Lecciones del pasado: el escudo del TMEC  

A diferencia de 2016, México cuenta con ciertas ventajas que actúan como amortiguadores frente a las políticas proteccionistas de Trump. El TMEC, aunque no exento de tensiones, ofrece un marco regulatorio que puede limitar decisiones abruptas como la imposición de aranceles indiscriminados. Sin embargo, el temor de que Trump utilice estas herramientas como método de presión no es infundado.  

El republicano ha planteado medidas extremas, como imponer un arancel del 25% a las importaciones mexicanas si no se controlan los flujos migratorios o el tráfico de drogas. De concretarse, estas políticas impactarían severamente sectores clave como el automotriz y el manufacturero, que constituyen pilares de la economía mexicana.  

De la estabilidad al desafío  

Durante el sexenio de López Obrador, el peso mexicano mostró una resiliencia notable, alcanzando niveles de fortaleza frente al dólar no vistos en décadas. Incluso en los momentos más críticos, como la pandemia, la moneda logró recuperarse. En contraste, los meses recientes han mostrado un cambio de tendencia. Desde junio de 2024, tras las elecciones en México y el avance de reformas controvertidas, el peso ha acumulado una devaluación del 18%.  

La transición política en México, con Claudia Sheinbaum como presidenta, y los cambios en el Poder Judicial han añadido incertidumbre al panorama económico. Si bien Sheinbaum ha intentado tranquilizar a los mercados con mensajes de cooperación y diálogo con Estados Unidos, el entorno internacional no juega a su favor.  

Perspectivas económicas inciertas  

La combinación de la reelección de Trump, las reformas estructurales en México y las tensiones en el comercio bilateral ha llevado a instituciones financieras como Citibanamex a ajustar sus proyecciones económicas. Según el banco, el crecimiento de México en 2025 podría ser tan bajo como 0,2%, en comparación con el 0,8% proyectado anteriormente.  

Asimismo, se prevé que el tipo de cambio oscile entre 20,4 y 21,1 pesos por dólar durante 2024 y 2025, dependiendo de las decisiones que tome Trump respecto a políticas arancelarias y migratorias.  

La sombra de la volatilidad  

Aunque el golpe actual al peso no ha sido tan drástico como en 2016, analistas como Félix Boni de HR Ratings señalan que su carácter gradual no reduce el riesgo de volatilidad prolongada. Las fases de incertidumbre podrían extenderse más allá de la toma de posesión de Trump, afectando no solo el tipo de cambio, sino también la confianza en el mercado.  

Por su parte, JP Morgan destaca que, a diferencia de la primera presidencia de Trump, esta vez las transiciones políticas en ambos países coinciden, lo que añade complejidad al panorama. Además, la sincronización con la revisión del TMEC introduce un nivel adicional de riesgo para México.  

Un reto compartido  

La relación comercial entre México y Estados Unidos enfrenta desafíos significativos bajo el nuevo mandato de Trump. Mientras el republicano mantiene una postura agresiva en temas como migración y comercio, también depende de la estrecha integración de las cadenas industriales entre ambos países.  

México deberá balancear una estrategia diplomática firme con medidas internas que fortalezcan su economía y reduzcan su vulnerabilidad. En este contexto, el papel de Sheinbaum será clave para mantener la estabilidad económica y proyectar confianza hacia los mercados internacionales.  

Aunque el peso mexicano enfrenta un camino difícil, la experiencia acumulada en años anteriores podría ser su mayor fortaleza para resistir y adaptarse a los nuevos retos.

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