En el transcurso del gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, los libros de texto gratuitos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) han sido objeto de diversas controversias que han suscitado inquietudes sobre su contenido, diseño y distribución. El debate gira en torno a su ideología, la calidad educativa y la transparencia en el proceso de elaboración de los materiales.
Uno de los aspectos más destacados, ha sido la constante alteración de los tiempos de elaboración e impresión de los libros. A lo largo del sexenio, se han registrado retrasos significativos en la producción, afectando el inicio del ciclo escolar y generando incertidumbre entre padres de familia, docentes y estudiantes.
Este fenómeno, se ha visto exacerbado por la participación de proveedores cercanos al presidente en el proceso de impresión, lo que ha suscitado críticas sobre posibles conflictos de interés.
La calidad y pertinencia del contenido de los libros también ha sido objeto de fuertes cuestionamientos. Asociaciones civiles y la Unión Nacional de Padres de Familia han señalado que los materiales no se ajustan a los planes de estudio vigentes y carecen de la consulta adecuada a la comunidad educativa.
En algunos casos, se ha afirmado que los libros presentan sesgos ideológicos y carecen de una fundamentación pedagógica sólida.
Además, la decisión de introducir cambios y temas de inclusión e igualdad de género ha generado descontento entre padres y organizaciones educativas, argumentando errores de diseño y falta de procedimientos adecuados en la elaboración.
Otro punto de discordia, ha sido la participación de creadores visuales en el rediseño de los libros de texto sin remuneración económica adecuada. La SEP se vio envuelta en polémica en marzo de 2021, cuando convocó a creadores visuales a rediseñar los libros de texto sin recibir remuneración económica.
Esta decisión fue ampliamente criticada por profesionales del sector, quienes argumentaron que esta situación fomenta la improvisación y perjudica a quienes se dedican a la edición y diseño de libros.
La respuesta del presidente López Obrador a las críticas ha sido enérgica, insistiendo en la calidad y la participación de especialistas en la elaboración de los libros. Ha rechazado las acusaciones de sesgo ideológico y ha atribuido la oposición a motivos políticos y conservadores. Pero en el otro lado de la balanza, las voces críticas han sostenido que el proceso de diseño y revisión debe ser más transparente e involucrar a todos los actores relevantes en la educación.
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