Por Luis Fernando Heras Portillo
l reciente anuncio del gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, sobre su reunión con quien será el próximo secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes en el gobierno de la presidenta electa Claudia Sheinbaum, marca un punto de inflexión en la historia de nuestro estado. Esta reunión, celebrada en la Ciudad de México, no es un hecho aislado; forma parte de una serie de encuentros estratégicos que Sheinbaum ha mantenido con gobernadores de todo el norte de México. Estas reuniones subrayan el compromiso de la nueva administración con el desarrollo regional y el fortalecimiento de la infraestructura en el país.
El potencial de Sonora para recibir inversiones en obras de infraestructura de gran envergadura no es un simple deseo, sino una necesidad urgente para garantizar el crecimiento económico y social de nuestra región. Estas obras tienen el poder de transformar la economía sonorense, creando empleos y mejorando la calidad de vida de sus habitantes. La posibilidad de contar con carreteras modernas, conexiones digitales robustas y otros proyectos de infraestructura permitirá a Sonora no solo competir a nivel nacional, sino también posicionarse como un líder en la región.
El enfoque de la administración de Sheinbaum promete ser federalista, compartiendo recursos para obras de desarrollo regional que han sido largamente esperadas en estados como Sonora. Esta política de redistribución es crucial para aprovechar al máximo nuestras ventajas naturales y estratégicas. Con el apoyo adecuado, el estado podría experimentar un renacimiento económico que transforme por completo el panorama actual.
En este contexto, la presidenta electa Sheinbaum ha estado reuniéndose con diferentes bloques de gobernadores del norte del país. Recientemente, sostuvo encuentros con los mandatarios de Aguascalientes, Coahuila, Durango, Nuevo León y otros estados, con el objetivo de revisar las obras prioritarias y el presupuesto del próximo sexenio. Estas reuniones, que forman parte de un esfuerzo coordinado para planificar los proyectos estratégicos de los próximos años, destacan la importancia de que cada región cuente con el respaldo necesario para impulsar su desarrollo.
Samuel García, gobernador de Nuevo León, enfatizó la relevancia de su estado en la política económica actual, presentando a Nuevo León como un líder en empleo e inversión extranjera, y como un punto clave en el fenómeno del nearshoring. Este tipo de declaraciones resuenan profundamente en Sonora, un estado que también busca posicionarse como un actor clave en el mapa económico de México.
El fenómeno del nearshoring, que describe la relocalización de empresas desde Asia hacia América del Norte, representa una oportunidad de oro para Sonora. México, como socio comercial de Estados Unidos y Canadá, está en una posición ideal para beneficiarse de este movimiento. Sin embargo, para que Sonora pueda capitalizar esta tendencia, es crucial que se invierta en la infraestructura necesaria para recibir a estas empresas.
El desarrollo de un sistema estatal de parques industriales es esencial para atraer inversiones. Estos parques deben contar con todos los servicios básicos, como agua, energía eléctrica limpia, gas natural e infraestructura sanitaria. Si Sonora puede ofrecer esto, estará en una posición competitiva frente a estados como Nuevo León, que actualmente lidera en la captación de empresas internacionales que buscan relocalizarse en México.
Sonora cuenta con ventajas naturales y estratégicas que lo convierten en un competidor formidable en el escenario nacional. Su colindancia con Arizona y su extensa frontera con Estados Unidos lo posicionan como un punto clave para el comercio internacional. Si se logra concretar un proyecto serio y coordinado con la iniciativa privada, Sonora podría competir con los estados más avanzados del país en términos de desarrollo industrial.
Además, Sonora posee más de 1200 kilómetros de litoral frente al Mar de Cortés, lo que representa un potencial turístico enorme. El desarrollo inteligente y explosivo del turismo, especialmente en zonas como Puerto Peñasco, Bahía de Kino y San Carlos Nuevo, podría convertir al estado en uno de los destinos turísticos más importantes de México. La industria turística no solo generaría ingresos significativos, sino que también crearía empleos y mejoraría la infraestructura local, beneficiando a las comunidades cercanas.
Para que todos estos proyectos se materialicen, es fundamental contar con una mano de obra calificada. Afortunadamente, Sonora cuenta con instituciones de educación superior de gran prestigio, tanto públicas como privadas, que forman a miles de jóvenes cada año en carreras técnicas e ingenierías. Estas instituciones, como los Conalep, Cecyte y Cobach, son clave para proporcionar a las empresas la mano de obra que necesitan.
Si logramos canalizar y organizar este talento local, Sonora podrá competir con los estados que hasta ahora nos han superado en la atracción de inversión extranjera. Pero para ello, es necesario establecer alianzas estratégicas que faciliten la instalación de empresas en nuestro territorio. El concepto de “soft landing” es crucial en este contexto, ya que se refiere a la asistencia que se ofrece a las empresas internacionales para que puedan instalarse con éxito en una nueva región.
Uno de los grandes anhelos de cualquier estado en México es la industrialización de sus recursos. Sonora tiene un enorme potencial en este aspecto, ya que es un gran productor de materias primas, como cobre, oro y productos agrícolas. Sin embargo, la mayoría de estos recursos se exportan sin haber sido transformados, lo que limita su valor agregado.
Si logramos desarrollar una industria de transformación en el estado, podríamos dar un salto cualitativo en nuestra economía. Convertir nuestras materias primas en productos finales para consumo no solo incrementaría nuestros ingresos, sino que también nos permitiría competir en los mercados internacionales con productos de mayor valor. Esto generaría una cadena de valor que beneficiaría a toda la economía estatal, desde los productores hasta los exportadores.
Uno de los factores que no podemos pasar por alto es la logística. Sonora está estratégicamente ubicado en el noroeste de México, lo que lo convierte en un punto clave para la distribución de productos tanto a nivel nacional como internacional. Con una infraestructura logística adecuada, podríamos aprovechar al máximo nuestra ubicación geográfica, facilitando el movimiento de bienes y servicios hacia los principales mercados.
La reactivación y finalización del home port de Puerto Peñasco es un ejemplo claro de cómo una inversión en infraestructura puede tener un impacto económico significativo. Tener cruceros permanentes en el Mar de Cortés no solo atraerá a turistas internacionales, sino que también estimulará el desarrollo de aerolíneas que conecten Sonora con el resto del mundo. Este tipo de proyectos son los que necesitamos para poner a Sonora en el mapa global del turismo y el comercio.
Sonora se encuentra en una encrucijada. Las decisiones que se tomen en los próximos años definirán el rumbo que tomará nuestro estado. Con el apoyo del gobierno federal y una visión clara de desarrollo, tenemos la oportunidad de transformar a Sonora en un líder económico en México. Pero para lograrlo, es necesario trabajar de manera coordinada, aprovechar nuestras ventajas naturales y estratégicas, y asegurarnos de que todos los sonorenses se beneficien de este progreso.
El futuro de Sonora es brillante, pero depende de nosotros hacerlo realidad. La industrialización, el desarrollo turístico, la educación y la logística son las claves para alcanzar este objetivo. Con determinación y esfuerzo, podemos convertir a Sonora en un estado próspero, innovador y competitivo, que ofrezca a sus habitantes un mejor futuro.
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