​​El Senado, la prueba del ácido en Morena | Monitor por Alan Castro

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​​El Senado, la prueba del ácido en Morena | Monitor por Alan Castro

​​El Senado, la prueba del ácido en Morena

La próxima definición de la fórmula de Morena para el Senado en Sonora está significando la prueba del ácido para la cuarta transformación, ya que, aunque aún no han iniciado los plazos indicados en la convocatoria, se ha ido depurando la extensa lista de aspirantes.

La convocatoria establece que será la Comisión Nacional de Elecciones quien revisará las solicitudes de inscripción, valorará y calificará, y solo dará a conocer las solicitudes aprobadas a más tardar el 18 de enero del 2024, para continuar a la siguiente etapa.

Esto no es más que un filtro para sentar a candidatos no deseados; es inminente el papel preponderante que jugarán, por una parte, la precandidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum, y el gobernador Alfonso Durazo, líder del movimiento en Sonora. Sin lugar a dudas, sus opiniones serán escuchadas y pesarán en la evaluación de la comisión de elecciones. De suceder así, este órgano interno deberá eliminar más de la mitad de los perfiles que solicitaron su inscripción en este proceso.

La convocatoria contempla la participación de militantes y simpatizantes de los partidos aliados a la cuarta transformación, quienes pueden solicitar su registro en el proceso interno de selección de candidaturas. Sin embargo, ha habido confusión al respecto, ya que, aunque ya están signadas provisionalmente las posiciones federales de Morena y sus aliados, dependerá de los resultados y designaciones de candidaturas como finalmente se signarán las posiciones, por lo cual todavía puede haber modificaciones.

Para la definición de candidaturas según lo que establece la convocatoria, se aprobará hasta un máximo de 4 registros por candidatura para las siguientes etapas. Si se aprueba un solo registro para la candidatura respectiva, se considerará como único y definitivo.

En caso de aprobarse más de un registro y hasta 4 por cada posición de la fórmula, los aspirantes se someterán a una encuesta o estudio de opinión para determinar la persona idónea y mejor posicionada para representar a Morena en el Senado.

Es posible que los aspirantes lleguen a un consenso y vayan con una fórmula de unidad, pero si no se ponen de acuerdo podríamos contemplar a cuatro aspirantes a la primera fórmula y otros cuatro a la segunda, en total ocho perfiles que se someterían a la encuesta.

En la declaración o ratificación de candidaturas, será la comisión nacional de elecciones quienes valorarán el desahogo del proceso y ratificarán las precandidaturas para considerarlas candidaturas finales a más tardar el 24 de enero del 2024.

El proceso es claro, pero las complicaciones vienen a la hora de sentar a los aspirantes que no serán, pues si llegan hasta una última instancia y no resultan beneficiados, perderán toda legitimidad para ir a otra posición al no haber sido su principal aspiración desde el inicio.

Si bien quienes solicitaron su registro como aspirantes al Senado perdieron la oportunidad de contender por una diputación federal, sería lamentable esperar un premio de consolación como una presidencia municipal y, sobre todo, estar pensando en una negociación.

Es una cuestión de convicciones: ¿aspiras al Senado o a la alcaldía? No puedes estar esperando que, si no te alcanza para el parlamento, te van a tratar de pagar con una alcaldía. Sería una estrategia muy calculadora tanto de los que aspiran como de los que deciden.

Reitero, la definición de la fórmula al Senado es la prueba de ácido de Morena, no solo por lo complejo que se ve el dejar conforme a todos los aspirantes, sino porque se ve imposible que no salgan perfiles perjudicados y se exponga la unidad del movimiento en el proceso.

El coach de tercera base debe estar lamentándose de haber mandado bateo libre, ya que evidentemente ha habido un cambio de señales, lo vimos primero con la sustitución en la lomita del zurdo Jorge Taddei y la reciente licencia en la dirigencia de Morena de Heriberto Aguilar.

Me queda claro que hay jefe político y debe haber disciplina dentro del proyecto, pero tampoco se está exento de berrinches y deslealtades cuando no se es favorecido en una postulación electoral. Lo hemos visto una y otra vez en la política nacional y estatal

Esto se considera solamente para la definición al Senado, ya que, si contabilizamos los registrados para las diputaciones federales y todo lo que se viene en el tema local, sin lugar a dudas será un examen muy complicado de exentar y salir en unidad.

La turbulencia no solamente se puede vislumbrar en las tribus de Morena, sino también en los partidos aliados. Por ejemplo, en el Partido del Trabajo, la segunda fuerza en el estado, no se dejó esperar la reacción al ver signada la fórmula al Senado.

El PT Sonora dudo mucho que se quiera conformar con las dos diputaciones federales que tiene de cajón y mucho menos aceptará el signado de la fórmula del Senado, donde privilegiaron al Verde antes que al partido con más trabajo en el estado.

¿Y qué me dicen del Verde? Donde hubo violencia innecesaria y desterraron al dirigente Calvin Valenzuela Suilo en vez de sentarse a negociar. Es evidente que, si así tratan a los partidos aliados, no quiero pensar cómo será el trato con los adversarios políticos.

Por lo pronto, Calvin Valenzuela Suilo se sumará a los esfuerzos de la Doctora Claudia Sheinbaum y seguirá dentro del poderoso grupo político y empresarial Imagen, mientras llega su relevo de México a ponerse a las órdenes de quien sabes quién.

Los partidos estatales aliados, PES Sonora y Nueva Alianza Sonora, tendrán que ser muy cautelosos a la hora de tratar de negociar las posiciones para las próximas pizcas electorales. No vaya a ser que, en una de esas, quieran renovar las dirigencias. Digo.

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