Las extorsiones y amenazas perpetuadas por grupos delictivos en México están ejerciendo un impacto desestabilizador en la economía del país, específicamente en el costo del limón, un componente esencial en la dieta mexicana. A pesar de que la inflación se moderó al 4,44% durante el mes de septiembre, el precio del limón experimentó un repunte significativo. La causa subyacente de este incremento radica en las extorsiones y amenazas que el crimen organizado impone a productores e intermediarios en el estado de Michoacán, obligándoles a pagar tarifas exorbitantes para cosechar y empacar la preciada fruta.
La situación ha llegado al punto en que los envíos de limones deben ser escoltados por la policía en su viaje hacia diversas partes del país. Estos factores han contribuido a un aumento del 58,5% en el precio del limón en el último año, según los informes del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA). Además, estas extorsiones se extienden a productores de otros productos agrícolas de la región, como el aguacate, el tomate, el plátano y el mango, así como a quienes se encargan de su transporte y distribución.
El Instituto para la Economía y la Paz (IEP) ha calculado que la violencia en México tuvo un impacto económico de 4,6 billones de pesos (equivalente a 230.000 millones de dólares según la tasa de cambio correspondiente) en el año 2022, lo que representa el 18,3% del Producto Interno Bruto del país. Esta cifra ilustra de manera impactante cómo las actividades criminales están ejerciendo una presión constante sobre la economía mexicana y, en última instancia, sobre el bienestar de los consumidores.
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