Marcelo, el hijo desobediente 

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Marcelo, el hijo desobediente 

Desde el inicio del proceso para la designación de la coordinación de la defensa de la cuarta transformación, Marcelo Ebrard sabía que sería una misión imposible, no solamente remontar las preferencias a favor de Claudia Sheinbaum, sino prácticamente el amor del padre, Andrés Manuel López Obrador.

Durante el proceso, muchas de las “corcholatas” se dedicaron a hablar bien del presidente y por supuesto, la continuidad de la cuarta transformación, sin embargo, Marcelo Ebrard quiso transitar contra corriente y jugar el papel del rebelde, pensando que eso le resultaría dentro del movimiento y con la ciudadanía.

El prestigio de Marcelo ante la ciudadanía no está en duda, pero en Morena resultaron muy disciplinados e institucionales, al grado que quien se revela, recibe el desprecio de todos los correligionarios y por supuesto, del líder moral del movimiento Andrés Manuel, aun y cuando ya ha pasado el bastón de mando.

Y es que, el desprecio del padre al hijo desobediente es evidente, si Marcelo Ebrard antes del proceso hubiera pedido la coordinación en el Senado de la República y la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, no hubiera tenido problema, sin embargo, cada vez pierde más valor la ficha de negociación.

Prueba de ello, es la prórroga que solicitó hace una semana para esperar la respuesta de la comisión de honor y justicia de Morena ante su impugnación al proceso de las corcholatas, cuando es muy sabido que no obtendrá una respuesta distinta a la que ya tiene, lo que está haciendo realmente es estirando la liga.

Es decir, Marcelo Ebrard está prolongando su decisión para seguir negociando no solamente su futuro político, sino las posiciones para su grupo cercano y equipo de colaboradores, ya que la coordinación de la facción Morenista en el senado no necesariamente puede proteger a todos los suyos.

Podemos decir que dependerá de su capacidad de negociación y sobre todo que le cumplan sus exigencias, el que se pueda quedar dentro del proyecto de la cuarta transformación, pues si no dependiera de ello hace muchísimo tiempo que Marcelo se hubiera ido a otro movimiento o a la acera del frente.

Finalmente, aunque el futuro de Marcelo dependa de varios factores, será el mismo Ebrard quien deberá tomar dicha decisión, y ahí la verdad es que solamente él sabrá qué es lo que más le convenga, eso sí hay que tener en cuenta que el presidente Andrés Manuel López Obrador aún no lo ha desconocido.

Esta es una señal sumamente importante para interpretar, pues Marcelo Ebrard dentro de sus serios señalamientos hacia el proceso de Morena en ningún momento ha agredido al Presidente, ni antes, ni durante y menos en esta etapa, al contrato ha reiterado su lealtad a Andrés Manuel hasta el final.

Caso similar del presidente López Obrador, quien no ha tronado contra Ebrard y ha extendido la mano para que siga dentro del proyecto, en el momento en que no haya sintonía entre estos dos personajes seguramente estaremos viendo el final de una relación que viene caminando desde los últimos 20 años.

Y bueno, no queda más que esperar si Marcela truena con el presidente y se va de Morena, no le vaya a pasar como el hijo desobediente, que no quiso hacer caso a los consejos de su padre y hasta lo amenazó de muerte, palabras desgraciadas que finalmente significaron la muerte del hijo desobediente.

Obviamente, estamos hablando de manera figurada, pero sin lugar a dudas, si Marcelo Ebrard se va de Morena prácticamente significaría un suicidio político y aunque Andrés Manuel parezca el mesías, no será tan misericordioso como aquel padre que ante el regreso del hijo prodigo perdono todo pecado. 

 

La marcha contra la CFE, el fiel de la balanza electoral

 

La indignación de los sonorenses ante los altos cobros en el recibo de luz este verano subió a su temperatura más álgida el pasado sábado 8 de septiembre, donde miles de ciudadanos hermosillense salieron a la calle a protestar lo que muchos piensan, pero pocos se atrevían a decir.

No hay que ignorar estas protestas ni mucho menos el movimiento que se está gestando, el mismo que podría generar grandes cambios y por supuesto, significar el fiel de la balanza electoral, ya que si la gente que participó emite su voto representaría la diferencia entre el ganador y el perdedor.

La manifestación organizada por la Unión de Usuarios de Hermosillo y sus exigencias son una lucha genuina que nada tiene que ver con política, sin embargo, una vez más quedó comprobado que más allá de partidos y de políticos, las causas son las que siguen moviendo voluntades.

Y es que, el reclamo por tarifas justas es un clamor generalizado y no distingue colores partidistas, ni mucho menos extractos sociales, sin embargo, si conlleva una carga negativa al gobierno y por ende a un proyecto político en especial que se ha quedado callado ante estas injusticias.

Más allá de la contradicción del discurso de que primero los pobres, saliendo a protestar más de 5 mil personas, si lo multiplicas por familia representan un número que pudiera representar la diferencia a la hora del conteo final, donde la pasada elección se definió precisamente por menos de 5 mil votos.

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