El hecho de que el presidente Andrés Manuel López Obrador haya destapado con tanto tiempo de anticipación a los aspirantes de Morena a sucederlo en la silla presidencial, no solamente ha adelantado los tiempos, sino que ha abaratado la ficha.
Y es que pareciera que hoy en día vale más la candidatura de Morena que la propia Presidencia de la República, o al menos es la más apreciada, esto bajo la lógica de que la próxima elección presidencial está prácticamente en la bolsa de la cuarta transformación.
Si bien ya hubo un reconocimiento del presidente de que solo son cuatro las “corcholatas” de Morena, lo cierto es que algunas otras corcholatas se empiezan a destapar solas y vienen avaladas por los otros partidos de la coalición, dígase PT y el Verde.
Y es que, sin nada claro, de aquí a que salga la convocatoria de Morena y se lleve a cabo la famosa encuesta para definir el abanderado de la cuarta transformación, podrían seguir botando una que otra corcholata alborotada para negociar algo para el 2024.
Aunque para un servidor, la pelea está entre dos de las corcholatas, he de reconocer que en vez de ir cerrando filas, veo cada vez más aspirantes a la Presidencia de la República y lo que es más delicado, veo cada vez más difícil la hora de decirle que no a una de ellas.
Y es que el presidente, fue llevando a Morena en una ruta rumbo al 2024 que hoy en día se ha convertido en una calle sin retorno, los agravios y denuncias entre los equipos de las corcholatas es más que evidente, como lo es la inminente gran división que se viene.
¿Cómo le vas a decir que no a Marcelo Ebrard?, es la pregunta que la mayoría de morenistas se hace, pues si bien veladamente Claudia Sheinbaum es la preferida del presidente, el canciller es el más popular, el más preparado e incluso el más posicionado.
Tratar de sentar a Marcelo no solo sería una injusticia, sino que pondría en gran riesgo la continuidad de la cuarta transformación en la presidencia, pues ya lo ha dicho en reiteradas ocasiones el ex jefe de gobierno, él aspira a ser presidente y ahí no hay Plan B.
Seguramente, el Presidente sabe lo que hace, pues ha demostrado que hasta cuando se equivoca tiene razón, por lo cual el aferrarse a imponer a un sucesor o una sucesora es una tentación que esperemos tenga bien presupuestada y que lo barato, no le salga caro.
La pasarela de las “corcholatas” por Sonora
En los últimos días, circularon por Sonora las dos corcholatas mejor posicionadas rumbo a la definición de la candidatura de Morena a la Presidencia de la República, y digo corcholatas porque no se le puede llamar ni candidatas ni precandidatos, ya que no ha iniciado ningún proceso electoral.
Y es que si el presidente Andrés Manuel López Obrador viola sistemáticamente desde la mañanera la ley electoral, ni modo que no lo hagan sus discípulos quienes andan por todo el país en campaña con todo y la parafernalia de bardas pintadas, lonas y hasta espectaculares.
“Hay que ser cochis, pero no tan trompudos” reza el dicho popular, por lo cual estas corcholatas se han cuidado de no pedir el voto, eso sí, el proselitismo ahí está hecho y derecho, ya sea con el pretexto de darle seguimiento a un evento institucional hasta la presentación de un libro.
Pretextos sobran y justificaciones más, por lo cual ni el presidente ni el que aspire a sucederlo tienen de que preocuparse de ser denunciados por actos anticipados de campaña, mucho menos teniendo al INE neutralizado con la presidenta Guadalupe Taddei y su mano izquierda.
En fin, es así como vimos la pasarela de estas dos corcholatas por Sonora, primero la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheiumbaum que desayunó en el mercado municipal de Hermosillo y hasta se dio un baño de pueblo, al puro estilo priista, perdón, populista.
Tuvo un encuentro institucional en Palacio de Gobierno, otro evento con la militancia y por supuesto, la cereza en el pastel, un evento muy concurrido donde se noto la operación de “las bases morenistas”, por no decir el nombre de todos los funcionarios que estuvieron en el evento.
Pero no fue muy distinto en la visita del secretario de relaciones exteriores, Marcelo Ebrard, solo que este no fue al mercado municipal como un chairo cualquiera, no, como buen fifí lo llevaron a la Pitic, a La Casa de Gobierno donde despacha el gobernador Alfonso Durazo.
La gira de Ebrard, continuó con su presencia en el FAO organizado en Sonora, además de un encuentro con militantes del partido, otros con empresarios y por supuesto, no podría faltar un evento multitudinario, el más nutrido que me ha tocado ver en torno a la presentación de un libro.
A estas alturas, han inflado tanto las cifras de las personas que asistieron al evento, que no me alcanzaría este despacho para poner el número exacto, esperemos que en los próximos días se está anunciando la visita de Adán Augusto López a Sonora, de Fernández Noroña y hasta Manuel Velazco.
Punto aparte, he de reconocer que la anfitrionía a Marcelo en Sonora me sorprendió e incluso, superó las bajas expectativas que tenía, ya que pensaba que había quedado claro que Claudia era la preferida, ahora entiendo que solamente es la oficial, porque el más querido es otro.
Soy muy dado a generar dudas que certezas, pero hoy sí quiero afirmar algo a rajatabla: que buen anfitrión resultó el gobernador Alfonso Durazo, el tapete de la hospitalidad sobre el suelo parejo sentó muy bien a las corcholatas que se fueron de Sonora con un muy buen sabor de boca, ¿y usted?
¿La operación para proponer al nuevo Fiscal?
En absoluto, de ninguna manera hay una operación para imponer al nuevo Fiscal General de Justicia del Estado, podrá haber imposición, sin embargo, en ningún momento algún tipo de operación, simplemente es una instrucción del gobernador Alfonso Durazo.
¿Pero cuando ha sido distinto?, nunca pues, pero uno espera que cuando un proyecto se jacta de ser distintos, bajo la perorata de “no somos iguales”, resulta muy incongruente ver como vulneran la autonomía de la Fiscalía y hasta la separación de poderes.
Es verdad, que es facultad del ejecutivo proponer al Fiscal de Justicia, pero de plano no hay nadie dentro del Congreso o la política del estado que cuestione ese virtual nombramiento, que realmente reclame un riguroso escrutinio al perfil y trayectoria, nadie.
Si bien el nuevo fiscal estatal Gustavo Rómulo Salas Chávez podría tener su historial e incluso algunos señalamientos serios en su contra, el hecho de que no se esté debatiendo este tema donde debería de hacerse, en el Congreso, es lo más lamentable.
El gobernador es humano, también se equivoca, si no me cree vea a Rodolfo Castro o Cuauhtémoc Galindo, ayuden al gobernador a prevenir un escándalo mayúsculo y rectificar este nombramiento siempre y cuando sea el caso con la Fiscalía del Estado.
En cambio, la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales aprobó por unanimidad la propuesta presentada por Alfonso Durazo que designa a Gustavo Rómulo Salas Chávez como Fiscal General de Justicia del Estado por el periodo de seis años.
Esta votación se notificará a la Mesa Directiva de la Diputación Permanente el resolutivo aprobado, a efecto de que sea considerado en el orden del día de una sesión extraordinaria del Pleno, a la que deberá convocar en los próximos días, este martes puede ser.
Y bueno, el beneficio de la duda cualquiera merece, así que habrá que esperar resultados positivos del nuevo Fiscal y atienda en medida de lo posible el gran rezago que hay de sentencias y carpetas de investigación, entre otras cuestiones pendientes. Es cuanto.
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