La ausencia temporal del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de sus funciones públicas por cerca de 80 horas, generó una sensación de ‘vacío de poder’ que sacó a la luz varias realidades del gobierno y del país. Hasta la noche del martes 25 de abril, había mucho hermetismo respecto a la situación del presidente. AMLO seguía oculto, sin ninguna fotografía o video que diera certeza de su estado de salud real.
El propio López Obrador, reconoció tener varias enfermedades, entre ellas problemas cardíacos, hipotiroidismo y gota; su desvanecimiento del domingo pasado en Mérida, lo ha obligado a ser recluido y posponer su agenda para los próximos días que incluía una reunión de carácter urgente con los gobernadores de la Cuarta Transformación.
La primera realidad que surge de la ausencia temporal del presidente, es que la política interna del país parece girar alrededor de un solo hombre o de una sola persona, y sin él. su gobierno se resquebraja o deja de moverse. En un país donde la voz del presidente es la única que importa, cuando éste deja de hablar, queda un silencio sepulcral. Los funcionarios no pueden llenar el hueco que deja su ausencia.
A medida que el sexenio se acerca a su fin, más se intensifica la división y la polarización política al interior de su partido con miras a las elecciones de 2024.
La segunda realidad expuesta, tiene que ver con la gran dependencia de las “corcholatas” de la imagen de AMLO. La situación abrió el escenario al secretario de gobernación, Adán Augusto López, sin embargo, no logró aprovechar la oportunidad y su comportamiento en la mañanera en la que sustituyó al presidente fue tan confuso y contradictorio como lo han sido las versiones sobre la salud del mandatario.
Por otro lado, la jefa de gobierno de la ciudad de México, Claudia Sheinbaum, anunció un incremento en los salarios de más de 25 mil trabajadores de su gobierno, inició una gira por Estados Unidos para reunirse con migrantes y participó en la Cumbre de Ciudades de las Américas sobre cambio climático y movilidad en las ciudades, con sus pares de todo el continente, pero demostró que sin López Obrador sus eventos no despegan ni tienen la misma difusión a pesar de haber anunciado iniciativas concretas y actos relevantes.
En cuanto al secretario de relaciones exteriores, Marcelo Ebrard, a pesar de que se ha mantenido resiliente y en la carrera presidencial debido a que es el menos cercano al círculo del presidente, es considerado por algunos grupos de interés económico como una figura más atractiva y pragmática en comparación con las “corcholatas”, quienes ofrecen “continuidad con cambio”.
Otra realidad evidenciada, es que en lo económico México navega por buen rumbo, independientemente de la presencia o ausencia del Presidente. La economía mexicana ha arrancado con el pie derecho en 2023. A pesar de las altas tasas de interés en el país y el acecho de una inflación aún elevada, el Producto Interno Bruto (PIB) en México creció 1,1% de enero a marzo de este año, en comparación con el trimestre previo, mientras que a tasa anual el aumento fue del 3,8% respecto al primer trimestre de 2022, ha revelado el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Con este desempeño, la actividad económica mexicana ha hilado seis trimestres consecutivos de alzas y un buen tipo de cambio respecto al dólar.
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