La oportunidad de un nuevo sindicalismo en Sonora

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La oportunidad de un nuevo sindicalismo en Sonora

Por Alan Castro

El sindicalismo en México ha tenido altibajos en su historia, y aunque ha logrado algunos avances en la defensa de los derechos laborales, también ha enfrentado problemas como la corrupción, el nepotismo y la falta de transparencia en algunas organizaciones sindicales.

Si bien el sindicalismo tiene un papel importante en la protección de los derechos laborales, también hay críticas sobre su papel en la economía mexicana, incluyendo su influencia en decisiones empresariales y gubernamentales, y su impacto en la competitividad del país.

En general, el sindicalismo en México sigue siendo un tema de debate y discusión, pues es más que evidente que se necesitan medidas para garantizar que los sindicatos operen de manera transparente y efectiva en beneficio de sus afiliados y de la sociedad en general.

Caso de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) una de las organizaciones sindicales más antiguas y grandes de México, la cual también ha sido objeto de debate y críticas en relación con su supuesta participación en el llamado “sindicalismo charro”.

Este término también conocido como “charrismo sindical” se refiere a la práctica de algunos sindicatos en México, de estar estrechamente vinculados con los intereses del gobierno y los empleadores, esto en lugar de representar verdaderamente a los trabajadores.

Entre las principales funciones de la central obrera, se encuentran la negociación de contratos colectivos de trabajo con los empleadores, la promoción de mejores condiciones laborales y salariales para los trabajadores, además de la defensa de sus derechos.

Pero la CTM también le ha correspondido la representación de la fuerza laboral ante las autoridades gubernamentales, que es donde se ha viciado el camino, ya que su estrecha relación con el gobierno le han permitido un papel importante e inmerecido en la política nacional.

 

Un dinosaurio en extinción

La CTM es un dinosaurio que fue concebido y adiestrado en el siglo pasado bajo un régimen corrupto y autoritario, mismas prácticas que fue adaptando a supuestas luchas por la conquista de derechos laborales y mejores condiciones de trabajo para el pueblo.

La CTM en México, no solamente convirtió el sindicalismo laboral en corporativismo electoral, sino que bajo el velo de la justicia social pasó del arte de la negociación a la harta extorsión, al emplear prácticas terroristas para lograr sus caprichos y privilegios.

El dinosaurio que se alimentaba no solamente de contratos colectivos, sino de posiciones de poder en los gobiernos y en las cámaras legislativas, fue creciendo tanto que le quedó chica la jaula del partido que un día lo creó y lo consideró por muchos años como un sector.

Hoy, el dinosaurio anda suelto, haciendo paros locos e irrumpiendo la paz laboral de donde va pasando, monstruo insaciable que acumula millonadas de cuotas sindicales para sus líderes charros, mientras a los empleados los corren por hacer una huelga de hambre.

Pero el dinosaurio no es para toda la vida, se asoma una luz de esperanza y su paulatina extinción, aunque a estas alturas sigan poniendo huevos y dando sus últimos coletazos, y esto tiene que ver con el nuevo Sistema de Justicia Laboral y todo lo que de ello deriva.

La legitimación de los contratos colectivos de la fuerza laboral en Sonora ha sido un proceso lento y sobre todo revelador, pues ha evidenciado la falta de representatividad de la CTM que prácticamente tenía acaparado al gran grueso de los empleados sonorenses.

Este proceso que tenía como ruta crítica el 1 de mayo, emblemáticamente el Dia del Trabajo, no podía ser otra fecha, pues resulta que no se logró legitimar ni el 15% de los contratos colectivos vigentes en la entidad, lo cual significa un duro golpe a la CTM.

 

Una ventana de oportunidad

Esto abre la ventana de oportunidad para tener un nuevo sindicalismo en Sonora, pues prácticamente el 80% de la fuerza laboral tendrá la oportunidad de crear sus propios sindicatos y sobre todo afiliarse a la central sindical que ellos elijan de forma libre.

La democratización de esta reconfiguración del sindicalismo estatal ahí está, dependerá también de esas nuevas centrales que realmente puedan generar la certeza jurídica y la confianza de que realmente van a velar por los derechos de los trabajadores sonorenses.

Pero sobre todo de la voluntad política del gobierno del estado, pues en lo que va de la actual administración si algo ha quedado claro es la buena relación con la CTM que encabeza Javier Villarreal y el gobernador, quien ha reiterado que cuenta con derecho de picaporte.

A diferencias de otros tiempos, no hay sumisión de parte del gobierno ante los caprichos de la CTM, lo que hay es una complacencia e incluso alianza de facto para operar varios temas, como sucedió recientemente con concesionarios de transporte en Cajeme.

La relación institucional del gobierno del estado y la CTM había sido la Secretaria del Trabajo, quien en una primera etapa resultó incómoda para la central obrera y en una segunda etapa, simplemente llegó como apaga fuego de todos los conflictos sindicales.

Hoy con la llegada de Adolfo Salazar Razo a la Secretaria de Gobierno y sobre todo la atención en garantizar la paz laboral en el estado, se espera que también la relación con la CTM empiece a tomar otros matices y no sea como hasta ahora, todo color de rosa.

Y es que a nadie le conviene que la cosa se ponga color de hormiga, pero sí es pertinente encontrar los mecanismos para que la productividad del estado y sobre todo las nuevas inversiones no dependan de los caprichos de un líder charro montado en su viejo dinosaurio.

 

La cara real de Javier Villarreal

Ya que hablamos de líderes charros, llamó la atención sobre manera, la reciente reunión que tuvieron las autoridades estatales con las cámaras empresariales y organizaciones sindicales para garantizar un buen reparto de utilidades y lograr la paz laboral en el estado.

Pues mire cómo son las cosas, mientras el doble cara de Javier Villarreal ponía la cara para la foto de la reunión, por otro lado los de la CTM alborotaban empleados de una empresa automotriz para realizar un paro, que finalmente terminó en el despido de 20 personas.

Estos empleados ya pertenecían a la CTM, pero la federal, donde lidera el Secretario General Adjunto de la CTM Nacional, Tereso Medina, lo cual no solamente evidencia la pugna interna de la central, sino la ambición de querer acaparar todo en lo estatal.

Y reitero, esto es alarmante pues si no se pone un alto desde este momento a la CTM, se condiciona toda la industria que va a detonar en el estado una vez concretados todos los proyectos que se desarrollan por parte del gobierno federal y estatal en la entidad.

Pero bueno, hay que esperar cómo se van acomodando las calabazas y un buen termómetro será esta etapa preelectoral, ¿Qué diablos tiene qué ver? usted se preguntará, sin embargo, no dudamos que la CTM pida su cuota de candidaturas ahora en Morena.

Y dicho esto, no descarte pues, que veamos ahora otra cara de Javier Villarreal, pero ahora en la boleta electoral, que por cierto ya ha sido postulado anteriormente sin lograr la hazaña electoral, lo cual también deja claro que ni es líder, ni mucho menos popular.

¿Qué tan malo será que ni sus propios agremiados votan por el?

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