Qué significa y cómo nos afecta en México la quiebra de bancos en Estados Unidos | Prisma por David Omar Guirado V.

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Qué significa y cómo nos afecta en México la quiebra de bancos en Estados Unidos | Prisma por David Omar Guirado V.

Qué significa y cómo nos afecta en México la quiebra de bancos en Estados Unidos

En los últimos días, Estados Unidos ha sido testigo de la quiebra de tres importantes bancos del ramo tecnológico, hecho que ha generado preocupación en la población y nos deja grandes interrogantes sobre el impacto que tendrá en las economías del mundo y, como no, en la economía mexicana. Así mismo, pone sobre la mesa la discusión sobre cómo el sistema económico actual, obliga al estado a intervenir en el rescate de la banca privada, es decir, socializa las pérdidas, pero privatiza las ganancias.

La historia moderna de la quiebra de bancos en Estados Unidos se remonta al año 2008, cuando el sector bursátil desató una crisis económica a nivel global por otorgar créditos que se volvieron insostenibles. En ese entonces, el senador Bernie Sanders hizo una petición para la regulación del capital y la deuda de los bancos, pero el gobierno de Estados Unidos no le dio la razón. En lugar de eso, los bancos siguieron desregulados, otorgando créditos desmedidos, lo que llevó a una quiebra masiva del sector bursátil y de valores en el país.

En el reciente caso de la quiebra bancaria, el banco más afectado ha sido el Silicon Valley Bank (SVB), que tiene una gran cantidad de empresas medianas y pequeñas del mundo de startups y emprendedores americanos. Este banco ha estado relacionado con el financiamiento de hasta el 44% de las empresas de Silicon Valley en California y multitud de empresas a lo largo y ancho de la geografía mundial, contando con sedes en India, Reino Unido, Israel, Canadá, China, Alemania, Hong Kong, Irlanda, Dinamarca y Suecia.

En el caso de SVB, la falta de capital se sintió cuando las empresas pequeñas intentaron sacar su dinero de sus cuentas al mismo tiempo, lo que generó nerviosismo en los mercados. Los usuarios y las empresas se dieron cuenta de que algo estaba mal y empezaron a hacer retiradas grandes, lo que llevó a la falta de flujo de efectivo en el banco. El banco no tenía suficiente capital para regresar el dinero a sus usuarios y tuvo que declararse en bancarrota, solicitando ayuda del Estado para pagar ‘los platos rotos’.

La quiebra de bancos es un problema grave que afecta a la economía de cualquier país. En el caso de Estados Unidos, esto puede ser particularmente preocupante por tratarse de una de las potencias mundiales con la que muchos países mantienen importantes relaciones comerciales y cuya moneda da certeza a un sinnúmero de inversiones y activos en bancos centrales de todo el mundo.

Sumado a eso, persiste el gran problema neoliberal de que el sistema económico actual socializa las pérdidas y privatiza las ganancias. Esto significa que cuando una institución financiera se quiebra, la gente paga por las pérdidas a través del dinero recaudado por concepto de impuestos, mientras que cuando se trata de ganancias, los bancos no reparten utilidades. Hoy por hoy somos testigos de cómo las grandes fortunas son acaparadas por unos pocos, mientras la brecha de la desigualdad va en aumento.

En el escenario post pandémico, ha ido en aumento la aparición de ‘empresas zombie’. Una empresa zombie, es aquella que depende de manera constante de préstamos para seguir funcionando y no tiene la capacidad de generar las ganancias necesarias para pagar los intereses de su propia deuda. Estas empresas renegocian la deuda y piden más dinero prestado para continuar operando, lo que produce más intereses y más deuda. En Estados Unidos, una de cada cinco empresas hoy opera como una empresa zombie. Este modelo de hiper-financialización produce una economía entera de volatilidad y riesgo, basada en deuda. En el momento en que estas empresas quiebran, los bancos que les prestan dinero tienen que voltear a ver a la Reserva Federal o al Banco Central para su rescate.

El rescate de estas grandes empresas suele justificarse diciendo que se quiere garantizar la seguridad de la clase trabajadora y de la economía local. Sin embargo, cuando entra el dinero para el rescate, lo que hacen los empresarios es lucrar comprando sus propias acciones luego una vez saneadas las finanzas, sacan de nueva cuenta el dinero del sistema obteniendo beneficios en sus portafolios personales.

Si el crecimiento de la economía no se ve reflejado en un aumento directo en el poder adquisitivo de la clase trabajadora, lo único que se está haciendo es enriquecer -más- a la gente que ya es rica.

Tras la crisis del 2008 y el colapso de las criptodivisas y los NFTs, es importante que se tomen nuevas medidas para regularizar los bancos y la aparición de nuevos activos digitales para evitar que ocurran más quiebras a futuro.

Uno de estos ejemplos podría ser el de la economía China. En China, cuando una empresa quiebra, el gobierno se va directamente contra el patrimonio y los ahorros de los dueños de la empresa. Estas empresas son obligadas por el gobierno a liquidar sus propios bienes para pagar la deuda y a sus empleados en primer lugar, antes de refinanciar, pedir más dinero prestado o simplemente declarar la empresa en quiebra.

Otra alternativa podría ser que, si el Estado entra al quite a financiar estos grandes capitales privados, los bancos le den un porcentaje de su patrimonio al Estado. De esta manera, las empresas rescatadas por el Estado pasarían a dar una parte de regreso a la sociedad que la financia.

En cuanto al impacto que esta crisis tendrá en la economía mexicana, por un lado, hará que aumenten las restricciones crediticias de los bancos mexicanos y las empresas del país, esto puede provocar una reducción de la inversión y del crecimiento económico cuyas expectativas ya eran bajas.

Por otro lado, es posible que la crisis financiera en Estados Unidos también tenga algunos efectos positivos para México. Los inversores pueden buscar refugio en los mercados emergentes, lo que podría impulsar el flujo de capital hacia México y aumentar la demanda del peso mexicano, divisa que en los últimos meses ha ganado valor. La dependencia de México de las exportaciones a Estados Unidos y la debilidad del dólar podrían impulsar la competitividad de las empresas mexicanas, lo que podría contrarrestar algunos de los efectos negativos de la crisis financiera. 

Aún así, diversos analistas económicos vaticinan una fluctuación muy turbulenta en el tipo de cambio peso-dólar para los próximos meses.

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