¿QUÉ DEBE TENER EL PRÓXIMO PRESIDENTE DE MÉXICO? (2024-2030)
Por: Luis Fernando Heras Portillo
DESARROLLADOR DE NEGOCIOS
La pregunta recurrente sobre las características que debe tener el próximo presidente de la República Mexicana, son muy obvias. Creo que es una pregunta que comúnmente se le hace a los políticos, sobre todo a los líderes nacionales de los partidos políticos, incluso al Presidente de la República en turno, y casi todos contestan una serie de generalidades y comúnmente hablan de las características que debe de tener un líder político.
Nunca te dicen con precisión, con puntualidad, nombres, apellidos o cosas, porque es parte del argot político, cuidar las formas para no tener compromisos o no tener expresiones que se excedan de lo que implica hablar de realidades, ya cuando hay candidatos de cada partido o de las alianzas buscando la Presidencia de la República, por eso es muy importante tener muy claro cuáles son las características que deben tener las personas que aspiren a gobernar México.
Una de ellas tendrá que ser la honestidad e integridad, porque es importante que un político sea honesto, pero que además tenga la capacidad de tomar sus propias decisiones, las más importantes, de acuerdo a los intereses del país y de su gente. Es importante agregar, el presidente deberá de tener obviamente honestidad pero muy importante hoy en día, en el que el pueblo mexicano en lo general tiene a flor de piel el hecho claro, preciso y conciso de que la honestidad debe de ser un factor fundamental para quien ocupe la Presidencia de México, porque el tema de la corrupción finalmente como bandera, ha sido una bandera enarbolada para llegar al poder por la actual administración y ha sido de tanto impacto y de tantas vertientes e interpretaciones que es imposible dejarla a un lado a efectos de seguir implementando el combate a la corrupción.
Tomemos en cuenta que México es un país muy plural, con distintas regiones, de hecho, cada una de los 32 entidades federativas que tiene México y no se diga sus respectivos municipios, tienen tantas idiosincrasias y maneras de ser que eso es lo que nos hace tan plurales y tan complejos para para tomar decisiones.
Una característica obligada, que debe tener cualquiera que aspire a gobernar nuestro país es, visión y liderazgo, porque un político debe tener una clara visión de cómo llevar el país hacia el futuro inmediato, es decir, cuando menos hacia los seis años que le toca gobernar y dejar las bases para los siguientes años, que es algo de lo que hemos adolecido últimamente, porque una cosa es lo que probablemente se planeó por allá en 2017 y 2018 cuando se llegó al poder, y otra cosa es lo que estamos viviendo ahorita, tomando en cuenta que si hay circunstancias exógenas o externas o ajenas al gobernante en turno, en este caso al actual presidente, como la pandemia, la guerra o la falta de planeación en proyectos sexenales.
Es evidente, en el caso de México, que existan las suspicacias de que quien va a gobernar los próximos seis años pueda tener influencia del actual gobernante en el poder, sobre todo porque es la primera vez que un movimiento convertido en partido político también llega al poder y lo más lógico es suponer o presuponer que, en aras del movimiento, continuar con las políticas de quien está ejerciendo el poder. Y esas, pues, son cosas de la vida real que no se pueden eludir, pero ya depende de la gente, depende de la democracia, depende de los ciudadanos, de los electores, de todos los que participan en una elección presidencial, el por dónde se van y cómo se van en función de lo que piensen.
Por eso, no solo hay que tener visión de lo que quieres hacer, sino también liderazgo y el liderazgo comúnmente se ratifica o se reitera de nueva cuenta en las urnas. Si tu liderazgo realmente es compatible con lo que la gente quiere, piensa y desea para el futuro, entonces vota por tu partido o por tu candidato y ya después dependerá del nuevo presidente si deja que el movimiento sea el que gobierne, el que le diga que hacer las cosas o ejerce su capacidad constitucional de haber sido electo presidente de los Estados Unidos Mexicanos, que recae en una sola persona, es un cargo unipersonal y su obligación es ejercer el poder ejecutivo..
Y obviamente, otro de los elementos básicos para un presidente de la República es la empatía y el compromiso. La empatía con la ciudadanía, que le caiga bien, que lo vean bien, que le crean lo que dice y sobre todo, que haga compromisos claros de qué cosas va a dejar, qué cosas va a continuar y qué cosas va a modificar. De lo contrario, solo nos dice las cosas dulces y bonitas al oído, para convencer a la ciudadanía en general, a la gente medianamente informada, comúnmente con promesas y con ofrecimientos que después vemos con el tiempo que se contrapone totalmente con lo que haces cuando ya estás en el gobierno.
Otro punto fundamental de quien es presidente de la República, particularmente en nuestro país, son las habilidades de comunicación, es decir, tener la capacidad de conectarte de manera efectiva con la gente y explicar los planes, las decisiones de manera clara y concisa. Aquí ha habido una gran conectividad del actual gobierno con la gente, pero no ha habido explicaciones del por qué suceden cosas o por qué se toman decisiones, si realmente se consultan a grupos muy reducidos o la otra se gobierna solo para los tuyos, los que simpatizan contigo y el resto son opositores, adversarios, casi enemigos y entonces es cuando en vez de gobernar divides y haces partidocracia, es decir, gobiernas para tu partido, para tus simpatizantes y a los demás los mandas simple y sencillamente, al rincón de los recuerdos.
Es un buen momento de que la democracia mexicana madure buscando gobernantes que gobiernen para todos, para los que ganaron, para los que no ganaron, para los que no votaron, para todos, así lo dice la Constitución, así lo espera la ciudadanía y así lo espera el país de quien llegue a presidir. La República Mexicana debe tener la voluntad y la convicción de que va a gobernar para todos, por eso, algo importantísimo que debemos de considerar es que el próximo presidente de México debe de tener conocimientos y habilidades de administración. No podemos tener en este país a un presidente que no tenga conocimientos básicos del manejo de los recursos de todos los mexicanos. Hay que entender que se tiene que privilegiar el correcto manejo de los recursos financieros, materiales y humanos por ser el gobierno, la empresa de todos los mexicanos y quizás la más importante del país, sin duda alguna, porque tiene que ver con el impacto en la política, en la economía y en la sociedad.
Finalmente, un gobernante o un presidente de México tiene que tener adaptabilidad y flexibilidad, es decir, se tiene que adaptar a las circunstancias, como en el caso, por ejemplo, de una pandemia o una crisis económica mundial, de una economía de preguerra o de guerra. De nuevo, de los movimientos globales que suceden en el planeta producto del calentamiento global, por ejemplo, de la naturaleza o los grandes movimientos económicos como los que estamos viendo con el negocio o las empresas que se quieren cambiar de un continente a otro, o que pueden venir por circunstancias especiales a nuestro país.
Usted será el más adecuado para sacar sus conclusiones, de si vamos por la vía correcta, de que cuando menos por un lado hay tres preclaros precandidatos donde habrá de salir uno o una, y los que están en la oposición van a empezar a enseñar sus cartas, tendrán que decir claramente quién o quiénes pueden ser los candidatos o los precandidatos para llegar en algún momento, seguramente los primeros días de enero del año 2024, cuando se tengan candidatos oficiales de los partidos políticos o de las alianzas a la Presidencia de México. POR ELLO MÉXICO REQUIERE UN ADMINISTRADOR, UNA PERSONA CENTRADA, MADURA, CON SENTIDO COMÚN Y RESPETUOSO DE LAS LEYES, ALEJADO DE PLEITOS Y DIVISIONES, GLOBAL Y DE MENTE ABIERTA… ¿DONDE LO ENCONTRAREMOS?.
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