La independencia y emancipación del PRI Sonora
Luego que el Tribunal Estatal Electoral ordenó la reposición del proceso de renovación de la dirigencia del PRI en Sonora, el partido está frente la oportunidad de reivindicarse, primero con su militancia y después con la ciudadanía.
Es que el accidentado proceso que aún no concluye y evidentemente seguirá su curso en tribunales, lejos de traer al tricolor un cambio y renovación, ha traído consigo encono y división entre los grupos al interior del partido.
Es verdad que los vicios en el PRI son muchos y se vienen arrastrando desde hace mucho tiempo, sin embargo, la evidente intromisión del CEN en el proceso ha sido el factor determinante para que hoy no haya reconciliación al interior.
La independencia y la emancipación del PRI Sonora parece ser la única opción que le queda al partido para retomar el camino, no solamente defender su autonomía estatal, sino también dejar de depender de patrones locales y foráneos.
Hay de dos sopas y una ya se está enfriando, que se imponga de nueva cuenta la fórmula de Onésimo Aguilera e Iris Sánchez Chiu, dejando con ello un partido más fraccionado aún de lo que se encuentra en estos momentos.
La otra, que se ve todavía más complicada, pero sin duda sería la más conveniente, la llegada de la fórmula de Zaira Fernández y Pascual Soto, el envión anímico que traería llegar a la dirigencia posiblemente permearía a la militancia.
Es que sobreponerse a todas las trabas legales y legaloides interpuestas desde el CEN del PRI, le traería a esta fórmula legitimidad y el impulso necesario para la unificación del partido rumbo al proceso electoral del 2024.
¿Difícil?, ciertamente, ¿imposible?, no lo creo.
Por lo pronto ya hay delegado del Comité Ejecutivo Nacional del PRI en Sonora, se trata del jalisciense Ramiro Hernández García, quien buscará apagar los fuegos en el tricolor en lo que se resuelve el proceso en tribunales.
Mientras tanto, según lo dicho en reciente conferencia de prensa, el delegado nacional señaló que se enfocará en buscar entendimiento entre los priístas sonorenses, la inclusión y la suma de todos en torno al partido.
No obstante, explicó que la instrucción de Alito Moreno es cuidar al partido y fortalecer la unidad, cuando evidentemente el propio dirigente nacional ha sido el factor divisorio entre los grupos internos del tricolor en Sonora.
“Gavilán que suelta no es gavilán” dicta el adagio popular y definitivamente Alito Moreno es un gavilán de la política y es complicado que suelte este coto de poder que representa la dirigencia estatal, ganado sí, pero tramposamente.
Sería interesante escuchar la versión del delegado con funciones de presidente, Ramiro Hernández, quien al parecer cuenta con todas las credenciales para calmar las cosas y dejar el rancho ardiendo como el pasado delegado. Por ver.
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