August: back to school.
August es sin duda alguna el mes de back to school con sabor a un nuevo ciclo escolar, es por ello que he decidido llevarte a un viaje a través de nuestros recuerdos en el colegio, además de discutir un debate con el que diariamente nos preocupamos: el uniforme. Desde tiempos inmemorables ha existido este extenso discurso acerca de la vestimenta dentro de las instituciones escolares y cada uno de nosotros hemos fantaseado por quitarlos al menos una vez en nuestra estadía en las escuelas.
Si bien sabemos que, portar uniforme es un tema que democratiza las escuelas, contribuye a la igualdad y puede ser un factor hacia el ahorro en la economía familiar, pero, por otra parte, inhibe la expresión individual, excluye la libertad de expresión de cada uno de nosotros y evita apreciar la diversidad de los estudiantes. Nos hemos adaptado a esta vestimenta, pero he de decir que, a pesar de convivir cotidianamente con él, pocos llegan a agarrarle aprecio a estas prendas pues muchos de nosotros nos hemos sentido con una pérdida de identidad después de portarlo muchos años.
El back to school era emocionante, preparar tus útiles y tu uniforme, pero lo más divertido del regreso a clase era hacer las compras, ansiamos poder usar cada cosa que adquiríamos y volver a ver a nuestros amigos. Comprendemos que después de acostumbrarnos muchos años a un uniforme la única prenda que puede revelar nuestra identidad es la mochila; nuestra única libertad de expresión permitida, podíamos adornarla con accesorios, parches o distintivos que conforman nuestra marca personal limitada en la institución. Lo demás era estrictamente marcado por los superiores, tanto los uniformes tristes con colores apagados, hasta como debías llevar el cabello.
Dentro de mi experiencia, han sido pocos los uniformes que fueron de mi agrado, quizás si las instituciones se esforzaran más en elegir un diseño con el cual podamos sentirnos cómodos pero además luzcamos muy bien, no nos preocuparíamos por seguir teniendo este debate, sin embargo parece todo lo contrario pues seguimos optando por la ropa causal. Quizás si se nos permitiera poder darle nuestro estilo personalizado como en Gossip Girl o Etile, que cabe aclarar, es una idea muy estructurada y poco acercada a la realidad; y es que estos uniformes que nos muestran en pantalla, son una locura, ya no se pueden llamar como tal, aunque si me dieran a elegir me encantaría algo similar a GG.
Pensar que podemos personalizar los uniformes como en las series televisivas es fantasioso, pero no podemos dejar de pensar que el solo hecho de darle un toque de estilo a nuestra marca personal es emocionante; lo vemos en series, en películas, pero no en la realidad. Lo vimos en Cruella cuando ella era tan solo una niña, claro que su personaje a esa edad representaba rebeldía y pasión a temprana edad por la industria de la moda, y hablando de rebeldía, RBD nos hizo amar los uniformes cuando la serie estaba en su punto de popularidad, todos queríamos vestir corbata, camisas y botas a tacones, ahora con las nuevas series vuelve ese deseo pero mucho más personalizado, casi olvidándonos de nombrarlo uniforme como tal.
Cuando dejas atrás el bachillerato, le dices adiós a una vida de uniformes para inmiscuirte en la moda cotidiana, los básicos y vives en el pensamiento del ¿qué vestiré mañana?. En las universidades el concepto de la vestimenta es más libre, al principio suena emocionante, lo que tanto deseamos en años anteriores, la universidad te lo regala, vestimenta libre. El pensamiento cambia antes del primer semestre cuando las prendas en tu closet no cooperan y sientes que el closet te ahoga porque ya no tienes que ponerte.
Somos seres humanos, queremos comunicarnos unos a otros y es normal ser visual por naturaleza; queremos gritarle al mundo lo que somos sin tener que expresarlo, lo decimos a través de la música que escuchamos, de lo que hablamos y cómo vestimos, todos esos factores que componen nuestra personalidad lo comunican por sí mismos, e incluso este lazo de comunicación lo encontramos mediante la moda dentro de las escuelas. Sigue siendo complicado poder elegir entre portar uniforme o dejarlo en casa, sin embargo, si existiera un punto medio, podría decir que elijo los uniformes representando nuestro estilo, personalizados a nuestro gusto.
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