EL PODER INVISIBLE DEL CONTROL SOCIAL
Es importante reconocer que la masa es fácilmente manipulable, mediante instrumentos cotidianos como el lenguaje, la música, las modas. La gente empieza “tarareando” una canción de contenido destructivo y termina ejecutando tales ideas incluso de manera inconsciente.
Por: Jesús Salvador Guirado López
Desde siempre las ideologías rigen el comportamiento social. La ideología es una construcción de pensamiento acerca de algún aspecto de la realidad. De esa manera, la moral, el derecho, la religión, el género, el poder, son ejemplos de ideologías que crean estructuras de pensamiento normalizantes de conductas, las cuales aun cuando pudieron haber sido rechazadas en otro tiempo por la ideología imperante, llegan a adquirir vigencia y validez en cualquier momento, al ser aprobadas por una sociedad enajenada que decida reconocer una idea naciente, sustentada por un proceso de internalización dirigido, que transforma poderosamente a los seres humanos desde sus entrañas, como señaló el filosofo Michel Foucault.
Es común la expresión “¿Cuándo esto hubiera sido bien visto en otro tiempo?” en referencia a nuevos comportamientos sociales antes descalificados y ahora reconocidos como acciones progresivas. Así, mediante seudojustificadas razones, se construye alguna “nueva moral” que defienden intereses específicos de grupos de poder, con la fuerza suficiente para enajenar a las personas de que un nuevo pensamiento como “la forma correcta de interpretar una realidad”.
Es ocasiones, se trata de movimientos de contracultura peligrosos y destructivos que atentan en contra del buen entendimiento humano mediante ideologías que lesionan la estructura moral de una comunidad. Es importante reconocer que la masa es manipulable fácilmente mediante instrumentos cotidianos como el lenguaje, la música, las modas. La gente empieza “tarareando” una canción de contenido destructivo y termina ejecutando tales ideas de manera inconsciente.
La violencia, el sexo, las adicciones, la rebeldía, el odio, el poder, son recursos explotados para promover nuevas ideologías que modelan nuestras generaciones construyendo nuevas formas de interacción reguladas desde los agentes de control social que son los encargados de “educar” a los ciudadanos en otras perspectivas sobre temas neurálgicos como la vida, la libertad, el genero, la diversidad sexual. Estos discursos que se “cuentan” como “buenos” por los grupos de poder, no siempre coinciden con una realidad concreta de la sociedad, pero llevan a la confusión. Así, en el tema de relaciones de pareja, la multiplicidad de ideologías genera una perplejidad frente a preguntas como: ¿cuáles son las fronteras para determinar la violencia en las relaciones de pareja?, ¿a partir de cuándo el hombre se convierte en opresor? ¿Hay limite para el empoderamiento de la mujer?, ¿existe realmente el matrimonio o solo se trata de mera cuestión de semántica? Para responder a estas existen varios discursos ideológicos, pero también existe una realidad concreta.
El control social, dijo el eminente sociólogo Robert Merton, es la influencia contradictoria desplegada por determinados agentes de la estructura social (familia, escuela, medios de comunicación masiva, etcétera), en su labor de introyectar los valores culturales fundamentales y el impacto masivo que se produce entre los ciudadanos, al confrontar el estado deficitario de medios institucionalizados o grupos de poder que por medio por medio de los agentes de control para justificar la incapacidad de obtener sus metas”, en este caso, se trata de ideologías enajenantes que resultan contrapuestas entre los discursos enajenables y las necesidades reales de los ciudadanos sustentadas en una milenaria tradición moral.
De esa manera, el control social para hacer cumplir un discurso ideológico, vía sus agentes primarios antes citados, implica la introyección de principios, valores, pautas de comportamiento y conductas consuetudinarias que desde etapas tempranas de la vida, crean una personalidad que se adapte a las reglas del juego de la sociedad en la que quieren ser aceptados. Por otra parte, si estos sujetos no logran adaptarse, entran en acción los agentes secundarios como la ley y los cuerpos represores como la policía, para obligar a los ciudadanos reticentes a través de medidas coactivas, donde mas allá de las medidas culturales de los agentes primarios, estas segundas medidas aplican medidas coercitivas como el encarcelamiento.
De hecho, el derecho es la forma mas efectiva de control social. Es un proceso cíclico. El sujeto está sometido a una idea. Luego empieza a gestarse una nueva. Inicialmente la sociedad la rechaza. Es cuando entran primeramente los agentes informales de control social como la familia, la escuela, la religión y otros para fincarla en la conciencia, utilizando los medios masivos de comunicación, la música, la moda, la cultura. Muchos ciudadanos quedan por fin convencidos de la nueva ideología…pero otros no. Es cuando los grupos de poder solidifican la idea socializándola y convirtiéndola en norma jurídica obligatoria. Es así como la sociedad queda sometida a la nueva ideología ahora imperante lograda por una culturización desde su conciencia interna y en la realidad externa a través las medidas coercitivas.
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