BARRA JÓVEN | “Adiós puente, hola cruce peatonal”: Melissa Samaniego

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BARRA JÓVEN | “Adiós puente, hola cruce peatonal”: Melissa Samaniego

Por Milton Guirado

  • “Aunque se ha limpiado y pintado, el puente sigue siendo un riesgo: se llena de basura, jeringas, hay asaltos, acoso y no es accesible para personas con movilidad reducida, adultos mayores o madres con niños.”
  • “Lo que se necesita es un cruce peatonal a nivel de calle, con semáforo, señalización y guías podotáctiles, que permita cruzar en 30 segundos; no buscamos eliminar el puente, sino resignificarlo como un espacio útil con arte, paneles solares o áreas verdes.”

Desde su campaña estudiantil, Melissa Samaniego y el Consejo Estudiantil de la Unison colocaron sobre la mesa un tema que lleva casi once años siendo cuestionado: el puente peatonal que conecta la Universidad de Sonora con el Hospital Universitario. Aunque ha sido pintado y limpiado en distintas ocasiones, su realidad sigue siendo la misma: inseguro, inaccesible y poco funcional. La presidenta del CESA explica que el puente no solo acumula basura y representa un riesgo de acoso o asaltos, sino que también excluye a sectores vulnerables como personas con movilidad reducida, adultos mayores o madres con hijos pequeños.

La propia estructura del puente, con 247 metros de longitud —casi dos canchas de fútbol—, obliga a los peatones a realizar un esfuerzo innecesario para evitar detener el flujo vehicular. Según Samaniego, este diseño contradice lo que marca la Ley General de Movilidad, que establece prioridad para el peatón sobre el automóvil. “Lo que se necesita es un cruce peatonal a nivel de calle, con semáforo, señalización y guías podotáctiles, que permita cruzar en menos de 30 segundos”, señala. Su planteamiento no busca eliminar el puente, sino resignificarlo como un espacio útil: con paneles solares, murales o maceteros con plantas endémicas.

La propuesta no se sustenta únicamente en percepciones. Estudios como el de la Universidad de Movilidad en 2017 demostraron que el mayor flujo peatonal no coincide con las horas de tráfico más pesado, por lo que un cruce semaforizado sería perfectamente viable. Además, la normativa nacional indica que los puentes peatonales solo deben ser la última alternativa, cuando exista un obstáculo físico insalvable, como un río. “Este puente costó 3.5 millones de pesos en 2014, pero ese recurso pudo haberse invertido en una solución más accesible y justa para la comunidad”, puntualiza.

El CESA ya presentó su proyecto ante el Ayuntamiento de Hermosillo, encabezado por Antonio Astiazarán, y ha obtenido respuesta positiva. También recibió apertura por parte de la dirección del campus, que reconoció el sustento técnico de la propuesta. La siguiente etapa será definir el cronograma con las autoridades municipales y lanzar una campaña de buen uso para que automovilistas respeten el cruce. Melissa enfatiza que la lucha va más allá de un puente: se trata de construir ciudades para las personas, y no únicamente para los automóviles. “Admiramos a los países primermundistas, pero no aplicamos sus soluciones. El llamado es a poner al peatón en el centro y a pensar en quienes son más vulnerables”, concluye.

¿Cómo surgió la propuesta de replantear el puente entre la Unison y el Hospital Universitario?

Desde la campaña estudiantil teníamos esta propuesta. No queríamos terminar la administración sin atender un problema constante para los estudiantes. Aunque el puente ha sido pintado y limpiado, sigue siendo inseguro: acumula basura, hay jeringas, asaltos, acoso y no es accesible para personas con discapacidad, adultos mayores o madres con niños. Recopilamos experiencias y los datos fueron preocupantes; incluso un estudio en 2017 mostró que cerca de 6 mil personas lo usan diariamente, pero el puente no responde a esa demanda.

¿Qué opinan los estudiantes sobre este puente?

Es incómodo y riesgoso. Mide 247 metros, casi dos canchas de fútbol, y obliga a caminar de más solo para que los autos no frenen. Esto afecta no solo a estudiantes, también a quienes van al hospital. No prioriza al peatón y de noche se convierte en un foco de inseguridad. Nuestra propuesta es clara: un cruce a nivel de calle, con semáforo y guías podotáctiles, que permita cruzar en 30 segundos.

¿Quién debe atender este proyecto?

El Ayuntamiento de Hermosillo.

¿Se trata de un tema político o electoral?

No, lo descartamos totalmente. Mientras estamos en funciones no podemos pertenecer a partidos políticos, así lo marca el estatuto.

¿Qué riesgos representa el puente actualmente?

Más allá de la movilidad, refleja problemas de seguridad y salud. El puente costó 3.5 millones en 2014 y ese dinero pudo haberse usado en un cruce a nivel más accesible. La Ley de Movilidad señala que un puente debe ser la última opción, solo cuando hay un obstáculo real como un río.

¿Es viable un cruce en esta zona, considerando el tráfico?

Sí. Un estudio demostró que las horas de mayor flujo peatonal no coinciden con las de mayor tráfico vehicular, por lo que un cruce semaforizado no afectaría la vialidad.

¿Qué beneficios tendría el nuevo cruce?

Hacer más fácil y seguro el acceso tanto a estudiantes como a quienes acuden al hospital. Queremos promover caminar, usar bicicleta o transporte público y no depender solo del automóvil.

¿Han tenido respaldo de la Unison y del Ayuntamiento?

Sí. Al principio hubo comunicados para promover el uso del puente, pero al presentar el proyecto con datos recibimos buena respuesta, incluso del director del campus. Con el Ayuntamiento ya nos reunimos y esta semana discutiremos las etapas del proyecto.

¿Qué sigue después de las manifestaciones?

Trabajar en la implementación del cruce y en una campaña para que los automovilistas respeten la vía, con semáforos, topes y límites de velocidad en zona escolar.

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