Frente a la Catedral Metropolitana ubicada en el corazón del centro histórico de Hermosillo, periódicamente se lleva a cabo una reunión a puerta cerrada, encabezada por el gran jerarca de la facción y correligionarios.
Conforme se va metiendo el sol en el horizonte, discretamente empiezan a llegar cada uno de las y los invitados, la noche termina por completar el ambiente de secrecía con la que inicia esta reunión para la próxima sucesión.
El cónclave está completo y se conforma de manera paritaria, lo integran cinco hombres y cinco mujeres, cada uno con capacidades, cualidades y edades distintas, los une solamente una causa, la continuación de la transformación.
Todos los perfiles están posicionados pero no todos cuentan con el reconocimiento de la gente, pues sin importar traiciones, deslealtades e incapacidades, son invitados a compartir la mesa, aun y cuando a algunos les gusta comer solos.
El cónclave 27 está conformado por Javier Lamarque, Adolfo Salazar, Heriberto Aguilar, Froylan Gamez y Omar del Valle; además de Loreni Valles, Paulina Ocaña, Celida López, Dolores del Rio y por último, Karla Córdova.
De todas la peor posicionada es la presidenta municipal de Guaymas, que aun cuando el gobierno federal y estatal han inyectado millones de pesos en el puerto, su gestión ha sido totalmente oscura y sumamente polémica.
La administración de la alcaldesa Karla Córdova en Guaymas ha estado marcada más por los escándalos que por los logros, los episodios de opacidad, descontrol y contradicciones han terminado por minar la confianza ciudadana.
Uno de los momentos más oscuros ocurrió en noviembre del 2021, cuando durante una manifestación por el Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, un ataque armado en el Palacio Municipal dejó víctimas mortales.
La alcaldesa atribuyó el atentado al crimen organizado, pero nunca aceptó que el ataque armado iba dirigido a ella y tampoco esclareció el motivo, la herida de aquel episodio sigue abierta en la memoria colectiva de Guaymas.
En 2022, la propia alcaldesa Karla Córdova encendió la polémica al anunciar despidos de funcionarios municipales por presuntos actos de corrupción; sin embargo, días después reconoció que no existían denuncias formales.
El episodio dejó la sensación de venganza política contra ex funcionarios de Guaymas que no habían querido colaborar con ella, lo cual dejó la imagen de un gobierno que opera más con declaraciones mediáticas que con resultados concretos.
En materia de gasto, los reflectores se los lleva todos los años el Carnaval de Guaymas, el festejo en 2024 costó alrededor de 22.5 mdp, una cifra escandalosa para un municipio con rezagos graves en servicios públicos y seguridad.
A estos episodios se suman las constantes observaciones de los órganos fiscalizadores y las críticas ciudadanas sobre la falta de obra pública significativa, aunque la alcaldesa se quiera colgar la medallita de toda la inversión.
Mientras tanto, la narrativa oficial se sostiene en eventos, festivales, espectáculos y carnavales que poco abonan a resolver la crisis estructural de Guaymas: la inseguridad, el rezago urbano y falta de oportunidades.
En resumen, la gestión de Karla Córdova ha sido una sucesión de escándalos, contradicciones y gastos injustificables, donde los grandes pendientes del municipio siguen sin atenderse mientras la alcaldesa pierde su tiempo en distraerse.
Pues si bien fue invitada al cónclave de la sucesión, solamente fue para llenar un espacio vacío en la mesa, y aunque todos sepan que ella no va ser la elegida, sus sueños guajiros y grandes anhelos la mantienen distraída.
Pero Karla Córdova es la peor de todas no solamente por sus nulos resultados como alcaldesa, sino que es el perfil más gris y poco atractivo, una persona antipática que jamás hubiera ganado sin el respaldo de la marca Morena.
Será por eso que no se siente merecedora y deja que su esposo sea supuestamente el que gobierna en La Casa de Piedra, un operador que trabaja con la bendición de la alcaldesa y por maldición de los guaymenses.
COMMENTS