Por Luis Fernando Heras Portillo
Desarrollador de Negocios
Hoy quiero comentar brevemente el anuncio que hace el gobierno de México sobre que en los próximos años habrá inversiones extranjeras directas —o también nacionales— cercanas a los 300,000 millones de dólares, algo así como 300 billones de dólares (en español, sería más correcto decir mil veces menos, pero es evidente que se refieren a “billion” en inglés).
Obviamente, este anuncio de grandes inversiones por parte de Marcelo Ebrard y de la presidenta nos plantea una pregunta central: ¿son estas inversiones una buena noticia en el contexto de la guerra comercial global? Es decir, ¿es una forma de decirnos a los mexicanos que todas esas empresas extranjeras van a invertir al margen de las grandes tormentas y guerras comerciales que se están dando ahora mismo en el mundo? Es pregunta, desde luego.
Porque la tensión de la guerra comercial —básicamente entre China y Estados Unidos— con aranceles, disrupciones en las cadenas de suministro e incertidumbre económica global, afecta a todos los países. Y desde luego, México no puede estar ajeno a eso. También nos va a afectar.
Sin embargo, pareciera que estos anuncios —porque dice Marcelo Ebrard que hasta hoy no se ha cancelado un portafolio de más de 180 proyectos que suman esos casi 300,000 millones de dólares que se habrán de invertir—, pues es evidente que nadie los va a cancelar… todavía, porque lo hemos comentado mucho y la lógica nos dice que mientras hay miedo, temor y tormentas en el panorama mundial, todo el mundo se pone en pausa, es decir, se espera para tomar las mejores decisiones y no arriesgar grandes capitales.
Eso es importante entenderlo, porque México tiene una fuerte dependencia del comercio internacional, pero particularmente está amarrado de la manita con su socio comercial: los Estados Unidos de América. Entonces no podemos taparnos los ojos y hacer como que nada pasa, para que el pueblo, la gente o los lectores de los diarios mexicanos estén tranquilos pensando que todo ya está amarrado, cuando en realidad muchas de esas inversiones aún son especulaciones.
No quiero ser negativo, simplemente quiero ser objetivo. ¿Por qué? Porque los temores de una desaceleración económica global y su posible impacto en México son obvios. El Fondo Monetario Internacional, las principales instituciones financieras y los bancos más grandes del mundo han sido muy claros en advertir que muchísimos países están reduciendo sus expectativas de crecimiento para 2025, y México no es la excepción. Prácticamente nos están proyectando con posibilidades de cero crecimiento.
De manera tal que es importante señalar que, desde luego, sí hay posibles beneficios en la inversión, porque cualquier empresa que venga, como la anunciada por Corona Modelo —la cerveza mexicana de excelencia que, por cierto, mayoritariamente ya no es mexicana sino extranjera—, pues está apostando por México, y eso está bien. Según se dijo, va a ser una inversión multimillonaria, creo que son 3,600 millones de dólares, y eso es positivo porque ayudará a seguir generando empleos, desarrollando infraestructura, creando nuevas plantas e impulsando el crecimiento económico interno del país.

CIUDAD DE MÉXICO, 24ABRIL2025.- Marcelo Ebrard, secretario de Economía, presenta los avances del Plan México, durante la conferencia matutina. FOTO: DANIEL AUGUSTO/ CUARTOSCURO.COM
Es importante que entendamos que se debe diversificar la lucha contra la incertidumbre, buscando todas las inversiones posibles en materia de energía e infraestructura. Por eso hablaba yo del gas natural: es importante que la presidenta enfoque sus esfuerzos en convencer al presidente de Estados Unidos de que nos dé los permisos necesarios para que esas inversiones se lleven a cabo.
En mi opinión, este sería el Impacto en las inversiones extranjeras en México
• Pausa de inversiones chinas: Empresas chinas, que incrementaron su IED en México en un 50% desde la pandemia (alcanzando 477 millones de dólares entre enero y septiembre de 2024), están reevaluando sus planes debido a los aranceles de Trump. Por ejemplo, gigantes como BYD han detenido proyectos en México que representaban 10,000 empleos y 600 millones de dólares, optando por países como Perú. La amenaza de aranceles del 25% a productos mexicanos hace menos viable la estrategia de producir en México para exportar a EE.UU. sin costos arancelarios.
• Caída general de la IED: En 2024, la IED en México cayó un 39% respecto a 2023, cerrando en 3,169 millones de dólares, el nivel más bajo en tres décadas. El Consejo Coordinador Empresarial estima que más de 60,000 millones de dólares en inversiones están paralizados debido a la incertidumbre generada por las amenazas arancelarias. Esta situación afecta no solo a empresas chinas, sino también a multinacionales de otros países que ven a México como un centro de manufactura.
• Sectores más afectados: La industria automotriz, un pilar de la economía mexicana, es particularmente vulnerable debido a los aranceles específicos sobre automóviles, acero y aluminio. Empresas como BMW, Ford, y Toyota, que han invertido fuertemente en México, podrían pausar expansiones si los costos de exportación a EE.UU. aumentan. Asimismo, el sector logístico enfrenta retrasos de hasta ocho meses en proyectos de expansión debido a la guerra comercial.
Efectos económicos y sociales
• Ralentización económica: La incertidumbre arancelaria ha contribuido a una contracción económica en México, con un crecimiento del PIB de solo 1.2% en 2024 y una caída del 0.6% en el último trimestre. Organismos como el Banco Mundial y el FMI han revisado a la baja las proyecciones para 2025, anticipando un crecimiento de 0% o incluso una recesión del -0.3%. Moody’s estima que un arancel del 25% a exportaciones mexicanas podría reducir el PIB en un 0.8% a 1% en 2025, y en caso de prolongarse, hasta un 4%, lo que implicaría una recesión severa.
• Pérdida de competitividad: México ha caído al puesto 25 en el ranking de mercados confiables para la IED, según Kearney, debido a la percepción de inestabilidad. Esto pone en riesgo el impulso del nearshoring, que había posicionado a México como un destino atractivo por su cercanía a EE.UU. y costos laborales competitivos.
• Impacto social: La pausa en inversiones se traduce en menos empleos y menor consumo, afectando especialmente a la clase media y trabajadora. La confianza del consumidor en EE.UU., que influye en México, ha caído un 11%, alcanzando niveles históricos bajos, lo que podría reducir la demanda de exportaciones mexicanas.
Respuestas de México y estrategias posibles
• Plan México: El gobierno de Claudia Sheinbaum ha impulsado el “Plan México” para fortalecer la integración comercial con Norteamérica, promoviendo la sustitución de importaciones asiáticas por contenido regional y aumentando la vigilancia en aduanas para evitar el ingreso de productos chinos que violen el T-MEC. Sin embargo, expertos advierten que el tiempo para mostrar resultados concretos es limitado, y la amenaza de aranceles persiste.
• Diversificación comercial: México busca diversificar sus mercados, fortaleciendo lazos con la Unión Europea y países asiáticos no afectados por la guerra comercial. Sin embargo, la dependencia del mercado estadounidense (81.6% de las exportaciones en 2016) limita esta estrategia a corto plazo.
• Fortalecimiento interno: Expertos como Ignacio Martínez Cortés sugieren fortalecer la demanda interna mediante inversión en maquinaria, consumo de productos nacionales y gasto público contracíclico. Sin embargo, la falta de recursos fiscales, tras el agotamiento de fideicomisos en el sexenio anterior, restringe estas medidas.
Perspectivas a futuro
• Revisión del T-MEC: En 2026, está programada la revisión del T-MEC, que podría desembocar en una renegociación impulsada por Trump. Un deterioro en la relación comercial podría llevar a México a perder el grado de inversión en 2026 o 2027, según el IMEF. Esto agravaría la percepción de riesgo entre inversionistas.
• Ventaja relativa: A pesar de los retos, México mantiene una ventaja competitiva frente a países asiáticos sujetos a aranceles más altos. La cercanía con EE.UU. y los bajos costos laborales podrían atraer inversiones a mediano plazo si se logra estabilidad comercial. Sin embargo, esto depende de negociaciones exitosas con la administración Trump.
• Escenario pesimista: Si los aranceles se mantienen o escalan, México podría enfrentar una recesión severa, con una contracción económica significativa, pérdida de empleos y un debilitamiento del peso, que ya roza las 21 unidades por dólar.
En Conclusión
Las políticas de Trump y la guerra comercial con China han generado un clima de incertidumbre que ha llevado a una pausa significativa en las inversiones extranjeras en México, especialmente de origen chino. La amenaza de aranceles, combinada con la presión por cumplir demandas en seguridad y migración, ha debilitado la confianza de los inversionistas y puesto en riesgo el nearshoring. Aunque México ha logrado exenciones temporales y promueve estrategias como el Plan México, el tiempo para consolidar resultados es corto. La diversificación comercial y el fortalecimiento interno son clave, pero la dependencia de EE.UU. y la fragilidad fiscal limitan las opciones. A mediano plazo, la revisión del T-MEC en 2026 será un momento crítico para definir el futuro de la IED en México.
COMMENTS