PILAR POLÍTICO | Toño Astiazarán: Un Ínclito Aspirante en la Coyuntura Electoral de 2027

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PILAR POLÍTICO | Toño Astiazarán: Un Ínclito Aspirante en la Coyuntura Electoral de 2027

Por Jesús Donaldo Guirado

El panorama político en Sonora se encuentra en una vorágine donde las fuerzas políticas, cual recua desbocada, buscan posicionar a sus mejores exponentes. No obstante, en este agitado tablero, el nombre de Antonio “Toño” Astiazarán Gutiérrez emerge con preeminencia, siendo considerado por expertos y analistas como el candidato natural a encabezar la sucesión gubernamental.

No es un secreto que el edil de Hermosillo, reconocido por su magnánima gestión y pulcritud administrativa, ha permeado de manera ineludible en el imaginario colectivo como una opción irrefutable para ceñir la banda estatal en los próximos comicios. Su administración, signada por la practicidad y una férrea vocación de servicio, ha sido objeto de prolijas evaluaciones, donde la prestigiosa casa encuestadora Mitofsky lo ha encumbrado como el alcalde con mejor evaluación en todo el país.

Mitofsky, entidad insigne en la prospección política, ha cimentado su prestigio en la irrestricta aplicación de metodologías rigurosas y en la fiabilidad de sus estudios. Su dictamen, lejos de ser una falacia o artificio, funge como un termómetro incontrovertible del pulso ciudadano, consolidando a Astiazarán como un actor político con innegable potencial para las lides estatales.

La grey política no es ajena a esta realidad, y en los corrillos del poder su nombre se menciona con frecuencia. Su ascendente liderazgo y capacidad de gestión han desbancado cualquier animadversión o encono que pudiera fraguarse en su contra. Con una administración que exuda eficiencia y transparencia, resulta lógico que su proyección se amplíe más allá de la capital sonorense.

El 2027 se avizora como un año definitorio, donde los actores políticos deberán medir fuerzas en un cónclave electoral que promete ser álgido y disputado. Sin embargo, en este panorama de incertidumbre, hay algo indubitable: el perfil de Toño Astiazarán se mantiene en lo más alto, erigiéndose como el aspirante más conspicuo a dirigir los destinos del estado.

El ascendente liderazgo de Toño Astiazarán no es fortuito ni artificioso, sino el resultado de una gestión pragmática y propositiva que ha dejado una impronta indeleble en el desarrollo de Hermosillo. Su administración ha fincado bases sólidas mediante proyectos de infraestructura colosales, concebidos con una visión de largo aliento y ejecutados con una pulcritud presupuestaria que rara vez se observa en la política mexicana.

El paso a desnivel en el cruce de los bulevares Luis Donaldo Colosio y Solidaridad, con una inversión de 412 millones de pesos, es solo un epítome del vigor con el que se ha transformado la movilidad urbana en la capital sonorense. A ello se suma la rehabilitación de la calle Francisco Salazar, la recuperación de espacios deportivos y la inédita inversión en seguridad pública que, con una flotilla de 300 unidades, ha logrado reducir los tiempos de respuesta ante emergencias a menos de diez minutos, un hito inusitado en la gestión municipal.

Las futuras inversiones refuerzan aún más la proyección de Hermosillo como un epicentro de modernización y progreso. La rehabilitación del Parque Madero y la construcción de un libramiento norponiente, que enlazará la entrada norte con el aeropuerto y la carretera hacia Bahía de Kino, constituyen apuestas estratégicas que representan una inversión superior a los mil millones de pesos. Cada obra no es una simple infraestructura; es un cimiento que fortalece la confianza ciudadana en un liderazgo que exuda eficacia y visión.

Más Allá de los Partidos: El Peso de una Marca Propia

Sin embargo, en el teatro de operaciones político, los críticos han intentado sembrar dudas en torno a Astiazarán por no formar parte de un partido con mando nacional y estatal. Tal objeción, no obstante, resulta endeble y ajena a la realidad electoral.

El otrora imbatible MORENA se encuentra en un inexorable proceso de mengua, víctima de su propia incompetencia y la improvisación de sus cuadros políticos. En paralelo, la oposición ha comenzado a aglutinar adeptos, recuperando terreno de manera indubitable. En este reacomodo de fuerzas, emerge con vigor el Partido Sonorense, una agrupación que ha cobrado fuerza con celeridad y que podría ser el eje de un bloque opositor contundente.

Pero incluso más allá de estas estrategias partidistas, existe un factor que trastoca cualquier cálculo tradicional: Toño Astiazarán no depende de un partido; Toño es Toño. Su trayectoria, su gestión y su conexión con la ciudadanía no requieren de siglas políticas como muleta, pues su marca personal es en sí misma un baluarte electoral. No es un político sujeto a dictados centralistas ni un títere de estructuras partidarias que sofocan la autonomía de sus figuras. Su liderazgo es endógeno, forjado en la praxis gubernamental y en los resultados tangibles que ha entregado.

MORENA haría bien en sopesar su porvenir con mayor cautela, pues, si la oposición logra una sinergia estratégica en 2027, enfrentará una batalla electoral con un adversario formidable. En política, el voto duro tiene su peso, pero la diferencia de nivel entre actores políticos improvisados y un líder con la experiencia de Astiazarán es abismal.

En el ajedrez político sonorense, las cifras recientes evidencian una transformación sustantiva en la correlación de fuerzas. Morena, otrora baluarte del voto popular, exhibe una aprobación de 46.3%, un número que, aunque aún significativo, muestra una tendencia descendente que no puede ser soslayada. La fatiga del electorado ante la improvisación gubernamental y la ineficacia administrativa ha erosionado su otrora hegemonía.

Por el contrario, la oposición experimenta un resurgimiento que trastoca cualquier cálculo convencional. El Partido Acción Nacional (PAN) supera a Morena con 48.2%, seguido de un Revolucionario Institucional (PRI) que, contra todo pronóstico, ostenta una robusta aceptación del 49.9%, evidenciando que su estructura territorial sigue siendo un actor de peso. Movimiento Ciudadano (MC), con un 48.3% de respaldo, consolida su narrativa de alternativa fresca, sumándose al bloque de contrapeso que ya se vislumbra para la contienda de 2027.

también modifica el tablero el Partido Sonorense, cuya aceptación crece con un dinamismo insólito, captando a los sectores desencantados con la polarización tradicional

En este tablero, el futuro aún no está escrito, pero una verdad es incontrovertible: Toño Astiazarán avanza con paso firme, y la gubernatura de Sonora podría ser el próximo escaño en su ascendente trayectoria.

l declive de Morena no es fortuito. La falta de liderazgos sólidos, la persistente improvisación en la administración pública y el desgaste natural del poder han minado su base electoral. El electorado ha madurado, y las decisiones ya no recaen únicamente en un voto inercial, sino en la capacidad de gestión y en la credibilidad de sus candidatos.

Ante este escenario, una eventual coalición de las fuerzas opositoras con el respaldo del Partido Sonorense podría convertirse en una ecuación letal para la continuidad de Morena en Sonora. De ocurrir este ensamble, los márgenes de maniobra para el oficialismo se verían drásticamente reducidos, quedando a merced de un electorado que exige resultados concretos y rechaza la política de la simulación.

El 2027 se configura como un parteaguas, donde la hegemonía política se disputará no en el discurso ni en la propaganda, sino en la gestión efectiva y la credibilidad. Y en este nuevo paradigma, Toño Astiazarán no solo es un contendiente de peso, sino una figura que encarna la experiencia, el liderazgo y la solvencia administrativa que la ciudadanía exige.

Si Morena no logra recomponer su estrategia y afianzar un candidato con verdadera estatura política, la contienda no será una simple elección: será la crónica de una derrota anunciada.

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