Por Alan Castro Parra
Sin lugar a dudas uno de los grandes retos para el régimen de la cuarta transformación este año será la implementación de la reforma constitucional al poder judicial, puntualmente en lo referente a la elección de personas juzgadoras a nivel federal y estatal.
Es verdad que la reforma está justificada, se necesitaba una profunda transformación del poder judicial y romper inercias que habían ido socavando la justicia en México, y sobre todo se necesitaba ciudadanizar un poder de intocables e inalcanzables.
Pareciera que el voto popular es la respuesta para tener una mayor representatividad del poder judicial, sin embargo hay que tener claro que no vamos a elegir jueces que nos representen realmente, sino que impartan justicia de manera correcta.
En todo caso lo que sí se podría alcanzar es que ahora los jueces y ministros sí representen los intereses de justicia del pueblo, y no obedezcan a intereses personales, ni mucho menos trabajen para cuidar y proteger a las elites y a los poderosos.
El ser electos por el voto popular puede ameritar mayor conciencia social y el compromiso de actuar en función del pueblo, aun cuando te haya propuesto algún poder del estado y te haya considerado idóneo como candidato algún comité evaluador.
Finalmente el juzgador o juzgadora será electo por la gente, y el tener ese aval ciudadano legitimará no solamente el proceso electivo, sino a quienes lleguen a ocupar esos cargos, dejando atrás prácticas discrecionales, entre padrinazgos y nepotismo.
El desafío mayor sigue estando en el porcentaje de participación y los pronósticos no son muy alentadores, pues aun cuando el ejercicio electoral para representantes del poder ejecutivo y legislativo lleva décadas, se tiene una participación del 50%.
Ahora, llevar a cabo un proceso electoral inédito amerita un reto mayúsculo no solamente en la organización y realización del mismo, sino en la difusión y el involucramiento de una ciudadanía que no necesariamente ve el tema judicial como una prioridad.
El fantasma del abstencionismo ronda la elección de jueces y ministros, sobre todo ante la duda y la desinformación de un proceso sumamente complejo no solo para el ciudadano, incluso para quienes lo están impulsando y organizando por primera vez.
Esperamos en breve informar sobre la etapa que lleva el proceso y lo que está por venir, sobre todo cómo funcionará el tema de la campaña de los candidatos y por supuesto, el trabajo, responsabilidad de todos, para incentivar la participación ciudadana.
¿El PT podría encabezar la coalición en Sonora en 2027?
En los últimos procesos electorales son pocos los partidos que han ido creciendo en Sonora, fuera de Morena, uno de ellos es el Partido del Trabajo quién ha incrementado su cantidad de votos en la entidad, su representación legislativa en el Congreso y hasta su presencia en municipios con alcaldes y regidores.
Pero sin duda en algo que también han ido creciendo es en la calidad de los perfiles que se han ido integrando a las filas del PT en Sonora, esto gracias a la política de puertas abiertas que ha realizado el comisionado político nacional Ramón Flores, quien se ha encargado de sumar buenos cuadros y hacer alianzas estratégicas.
De cara al próximo proceso electoral del 2027 el Partido del Trabajo tiene varios perfiles que cuentan con grandes posibilidades de encabezar la candidatura a la gubernatura, desde Diana Karina Barreras, Froylan Gamez y el propio Ramón Flores, incluso no se descarta que una Celida López pueda reactivarse.
Por supuesto que difícilmente se puede pensar que Morena va a ceder la posibilidad de encabezar la coalición en Sonora, sin embargo en política no hay que descartar nada, sobre todo cuando se cuenta con grandes aliados del movimiento a nivel nacional que sin duda tendrán mano en las decisiones electorales.
Dicho esto el PT ya ganó, pues contar con estas cartas para la gubernatura y generar la condiciones para ser una posibilidad sería, seguramente le permitirán sentarse a la mesa a negociar y no solamente mantener lo que ya se tiene en diputaciones y municipios, sino la competir por la alcaldía de Hermosillo.
Y es que vamos viendo perfil a perfil, Diana Karina Barreras cuenta con la trayectoria de haber sido regidora y diputada local, además como diputada federal ya ganó la mitad de Hermosillo, por si fuera poco forma parte de un grupo muy fuerte en el movimiento de la cuarta transformación a nivel nacional.
Por otro lado, Froylán Gámez cuenta con el carisma y la capacidad de ser un producto electoral sumamente atractivo, ya está probado electoralmente y sobre todo como servidor público ha tenido una trayectoria meteórica, ni se diga en el partido donde funge actualmente como comisionado electoral.
Y hablando de Hermosillo, Celida López no es una desconocida, con dos elecciones por la alcaldía y una administración municipal que no se caracterizó por escándalos, agregue a esto su reciente participación como candidata del “Plan C” donde seguramente también hizo compromisos para estas próximas elecciones.
Veremos si finalmente Ramón Flores logra consolidar la estructura estatal que construye en este momento, y sobre todo si logra refrendar su liderazgo, no al interior del partido, sino frente al gobierno del estado donde si bien tienen el reconocimiento, obras (posiciones y candidaturas) son amores y no buenas razones.
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