La “corcholata” está en el aire, la recta final del proceso
Una vez concluida la etapa de recorridos por todo el país de los aspirantes a coordinar los comités de defensa de la cuarta transformación, nos perfilamos rumbo a la recta final del proceso, donde si bien no ha variado mucho las preferencias según las encuestas publicadas en medios de comunicación, aquí todo puede pasar.
La ficha está en el aire y no hay que descartar cualquier posibilidad, pues será hasta esta semana donde se realizará el levantamiento de las encuestas que realmente importan, y que deberán de garantizar la certidumbre y por supuesto, una rigurosa metodología y un cuestionario que no deberá sesgar el próximo resultado.
Si bien muchos consideran que la principal encuesta que definirá finalmente la candidatura presidencial de Morena se hará en el Palacio Nacional, al presidente Andrés Manuel López Obrador, es importante que el resultado que se presente el próximo 6 de septiembre también venga con la evidencia de la encuesta realizada.
Hasta el momento la tendencia es clara a favor de la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheiumbaum, quién si finalmente es la “corcholata” elegida confirmar la veracidad de las encuestas publicadas y lo que todos presumen desde el inicio de la contienda, la candidatura ya estaba definida desde antes.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas, pues también si el resultado resulta favorable a Claudia, esas voces que acusaban anticipadamente una cargada a favor de la Doctora Sheinbaum seguramente tendrán argumentos para presionar en Morena e incluso motivos suficientes para emigrar a otras fuerzas políticas.
Ese es el caso de Marcelo Ebrard, quien, si bien no se encuentra muy lejos de la puntera Claudia Sheinbaum, esta etapa de proselitismo no le alcanzó para revertir la contienda interna del movimiento y tiene el motivo perfecto, justificadamente, de patear el pesebre e irse pataleando a Movimiento Ciudadano o al Frente.
Esta semana, para Marcelo también será crucial, para ir recolectando evidencia empírica de la supuesta cargada a favor de Claudia y por supuesto ir ideando la estrategia que va a seguir dentro o fuera de la cuarta transformación, donde finalmente deberá tomar una importante decisión quedarse sentado o irse por la libre.
Por su parte, pese a todo pronostico, Adán Augusto López fue de las “corcholatas” que más creció en esta etapa, quien a base de codazos fue avanzando en la contienda luchando en contra de campañas negras en su contra y en contra de sus principales colaboradores, seguramente su sacrificio rendirá frutos en su futuro inmediato.
Y digo esto, porque Adán Augusto, de cierta forma representó en este proceso una tercera opción dentro de Morena y de alguna manera resto algunos puntos porcentuales a Marcelo Ebrard, es decir, que si la contienda desde un principio hubiera quedado solamente entre dos, considero que se hubiera emparejado cada vez más.
De parte de Ricardo Monreal es evidente que su papel dentro de la contienda obedecía a dos cuestiones, primeramente, cuidar los intereses de Marcelo dentro de esta especie de interna de Morena, pero sobre todo negociar y acordar su continuidad dentro del proyecto de la cuarta transformación, aunque no hay que cantar victoria.
En cuanto a los aliados Partido Verde y el Partido del Trabajo realmente salieron ganando, Manuel Velazco sin ninguna posibilidad se placeó por todo el país y fortaleció sus lazos con la coalición; lo mismo con el PT quien sin lugar a dudas aprovecho la oportunidad para generar compromisos en nombre de Gerardo Fernández Noroña.
Y lo digo esto, porque cualquier hubiera imaginado a un diputado Fernández Noroña más incensario y criticó al interior del movimiento, sin embargo, la mesura y cordialidad fueron las que permitieron una operación cicatriz en la coalición y sobre todo ir construyendo acuerdos a favor del Partido del Trabajo rumbo al proceso de 2024.
Eso sí, hay un comentario de Noroña que, si hay que tomar nota, pues en su visita a Sonora le solicitó al presidente del Consejo Nacional de Morena, Alfonso Durazo Montaño, que se removiera a la presidenta de la comisión de encuestas de Morena, Ivonne Cisneros, porque simpatiza abiertamente a la “corcholata” Claudia Sheinbaum.
A partir de este lunes 28 de agosto hasta el 3 de septiembre se estará realizando las famosas encuestas de Morena, por lo cual no queda más que esperar el resultado final que se dará el próximo 6 de septiembre, donde seguramente no habrá sorpresas y esperamos que no haya ilusos, para que no haya desilusionados.
Dos mujeres y un camino al Frente
En donde también estarán llegando al final del proceso es en el Frente Amplio por México, el día sábado se cerró la etapa de los foros regionales y el domingo inició el segundo estudio de opinión que se realizará hasta el 30 de agosto, para llegar al 3 de septiembre donde se hará la consulta final y se darán los resultados.
Lo único seguro dentro de esta contienda es que la abanderada del Frente será mujer y viste de huipil, pues si bien considero que Xóchitl Gálvez debe ser la candidata por toda la efervescencia mediática y electoral generada desde su irrupción en la mañanera del Presidente, yo no me confiaría tanto teniendo al PRI como aliado.
A ver, quiero dejar claro que no digo que la priista Beatriz Paredes no merezca la candidatura o no tenga la capacidad suficiente para ser la primera presidenta de México, lo que trato de decir es que representa a una clase política que ya tuvo su oportunidad y no quedo muy bien parado frente al electorado del país.
Electoralmente, para mi sería un error postular a Beatriz Paredes, pero también sería un error confiarse que será Xóchitl, pues finalmente es una elección interna donde la operación y movilización de estructuras es fundamental para conseguir la candidatura, y en eso digamos que el PRI es un experto y si no vean la recolección de firmas.
Por eso, digo que la moneda está en el aire y no está dicho nada, tanto en Morena como en el Frente, pues en este México surrealista todo puede pasar, más cuando hablamos de la política mexicana y los diferentes actores que la representan hoy en día, comenzando con el propio presidente, las “corcholatas” y las de lindos huipiles.
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