Los votos fantasmas de El Congreso
En el proceso electoral de 2021, para elegir los diputados de los 21 distritos locales que comprende el Estado, la alianza “Va por Sonora” compuesta por el PRI, PAN y PRD obtuvo en los cinco distritos donde fueron juntos 81,537 votos, en los demás distritos el PRI, por sí solo obtuvo 130,651 votos, mientras que por la coalición se obtuvo 8,980 votos.
La alianza “Va por Sonora” ganó dos distritos, el 6 y el 10 de Hermosillo, además, como coalición pudieron conseguir el distrito 4 de Nogales y el 9 del poniente de Hermosillo, valiéndole al PRI dos posiciones plurinominales, al PAN dos plurinominales y al PRD una diputación plurinominal, de todas ellas seis diputaciones ya no representan esos votos.
El PRI, aún cargando el pesado lastre de la alianza en el 2021, pudo conseguir cuatro diputaciones locales y el segundo lugar en la mayoría de los distritos, además de cinco diputaciones por la vía plurinominal, de las cuales solo se conservan dos por parte de Acción Nacional en nombre de Alejandra López Noriega y Sagrario Montaño.
Por decisiones políticas tanto individuales como de grupo, además de una operación exitosa desde Palacio de Gobierno para neutralizar la oposición en Sonora, por primera vez en la historia del PRI, se quedó sin representación en el Congreso del Estado, cambiando los diputados priistas plurinominales a Movimiento Ciudadano y las dos electas a Morena.
Es así como el PRI pasó en un par de años, de ser la segunda fuerza en el Congreso Local a simplemente desaparecer, pero si bien desaparece el grupo parlamentario, los votos que obtuvo el partido en alianza o por separados no necesariamente se van a otros partidos, sino que en teoría deberían seguir teniendo una representación en el legislativo.
Es impensable e inimaginable que decenas de miles de sonorenses votaron por una oferta política y por la voluntad de solo cuatro personas esa enorme voluntad popular se esfumó, que el PRI no tenga representación no quiere decir que miles de ciudadanos no sigan viendo a ese partido como una verdadera opción para gobernar y este caso, legislar.
Seguramente han escuchado hablar del dolor fantasma, esa sensación de dolor que aparenta venir de una extremidad o parte del cuerpo que ya no está, pues en la política sonorense hoy podemos hablar de los votos fantasma que existe en el Congreso del Estado, que no se ven, pero de alguna u otra forma se hace sentir aún.
Hablo de todo esto por dos cuestiones, primero porque Morena y sus aliados no pueden dar por muerto al PRI aun cuando no pasa por su mejor momento, no piensen que porque acabaron con la fracción parlamentaria acabaron con la segunda fuerza del estado y si no me creen, deberían de pegar una checada al voto histórico las últimas dos elecciones.
Y no solamente lo digo por la tendencia de Morena a la baja tanto en las votaciones para las diputaciones locales, sino en los municipios, donde evidentemente también han tenido una reducción y para la siguiente elección tendrán a cuestas, el desgaste natural de dos periodos al frente del gobierno municipal de las principales ciudades de la entidad.
Otro aspecto que creo sumamente interesante a la hora de hablar de los votos fantasmas del PRI en el Congreso, es la iniciativa de la Secretaria de Organización del PRI Sonora, la cual busca de alguna forma rescatar esa voluntad popular y proponer una agenda legislativa desde el partido y cabildos municipales, no importa que no tengan ni un diputado.
Y es que Emeterio Ochoa trae la encomienda de la organización de foros que cuenten con la participación de los priistas y sociedad civil en general para poder enarbolar causas ciudadanas a través de propuestas de ley, recurriendo a la ley de participación ciudadana, donde sus representantes regidores y la misma ciudadanía puede proponer al Congreso.
Por supuesto que el priista es consciente de la resistencia que habrá del legislativo, sin embargo, también está convencido que la gente votó para que el PRI tuviera diputados en el Congreso y no porque estos diputados hayan tomado la decisión de cambiar de partido, se debe de menospreciar y echar por la borda la voluntad política de miles de sonorenses.
Esperemos que no sean ignorados esos votos fantasmas que hoy rondan por el recinto legislativo del estado, ni la fuerza predominante en el Congreso ni mucho menos esos diputados que legítimamente decidieron dejar de lado sus militancias, digo, no vaya ser que el próximo año les lleguen a pegar un buen susto y mucho menos los atormenten.
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