La fiesta, como en “la fiesta” | Estas Líneas con Agustín Rodríguez L.

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La fiesta, como en “la fiesta” | Estas Líneas con Agustín Rodríguez L.

La fiesta, como en “la fiesta”.

+ Mi calle, como muchas, “hoy sembrada de bombillas”; y apenas es una parte; foros para diseñar el futuro; volvió AMLO y ya podría hablar de obras terminadas

Agustín Rodríguez L.

 

GUAYMAS, Son.- Anocheció este jueves y recordé a Serrat.

El cantautor catalán de brillante carrera y contribución a la cultura y el arte decía en “La fiesta”, tema conocido alrededor del mundo: “Gloria a Dios en las alturas recogieron las basuras de mi calle, ayer a oscuras, y hoy sembrada de bombillas”.

Lo escuché de nuevo, como décadas atrás cuando intentaba hacer mi tarea preparatoriana, pero prefería escuchar la música que mi vieja grabadora comprada en La Paz y contrabandeada por Santa Rosalía a bordo del “Presidente Díaz Ordaz”, extraía del “casette” obsequiado por mi amor de secundaria que, Dios me ha hecho entender –creo que también usó a Serrat para ello–, será eterno.

Mire lo que me hace recordar un detalle. El detalle es de esos que terminamos olvidando, pero hoy agradezco a la autoridad municipal.

El miércoles, tras la rueda de prensa alusiva al Carnaval –La (nuestra) fiesta)–, la alcaldesa Karla Córdova me aceptó el reproche por la oscuridad en mi entorno domiciliario. No tarda en resolverse, me dijo. Y se resolvió.

Cierto, por qué agradecer algo que está obligada a hacer. Pues ya ve. Otros alcaldes también lo estaban y vieran cómo estaba mi calle –como casi todas en el Municipio—, donde reducían penumbra nuestras bombillas caseras arrojando algo de luminosidad al exterior.

La luz devuelve el tono al ambiente y al rostro de Julia, que trabaja tan noche; de Consuelo, obligada a madrugar; don Luis y doña Conchita, que reciben a quienes los cuidan con amor; y muchos más que habíamos dejado de exigir, pedir el favor y, ante el nulo resultado, callar.

Este jueves se dejaban escuchar los primeros tonos de la música que nos acompañará de aquí hasta la madrugada de miércoles. Comenzó la fiesta, el Carnaval, unos días de alegría y la gente bajaba por la iluminada calle. Así era en otros sectores donde el beneficio llegó.

 

LA ENSEÑANZA

Para seguir con el pionero de la “Nova Cançó catalana”, el “noi del Poble-sec”, dibujó lo que una fiesta significa para una comunidad. Prosigue la letra:

“Y colgaron de un cordel de esquina a esquina un cartel y banderas de papel, lilas, rojas y amarillas. Al darles el sol, la espalda revolotean las faldas bajo un manto de guirnaldas, para que el cielo no vea”.

Como en Carnaval, “en la noche de San Juan cómo comparten su pan, su mujer y su galán, gentes de 100 mil raleas”. Pide apurarse, allá nos espera si queremos ir, “pues cae la noche y –he ahí el significado de una convivencia tal– ya se van nuestras miserias a dormir”. Sube la cuesta, “que arriba mi calle se vistió de fiesta”.

Y la realidad: “Hoy el noble y el villano, el prohombre y el gusano bailan y se dan la mano sin importarles la facha. Juntos los encuentra el sol a la sombra de un farol, empapados en alcohol, magreando –con G– a una muchacha”.

Enseguida algo de escándalo para quien rechaza la fiesta por ser una auténtica manifestación del rey de la oscuridad –aunque a veces se le mira disfrutándola –, en esta narrativa de profundidad filosófica: 

“Y con la resaca a cuestas vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas. Se despertó el bien y el mal, la zorra pobre al portal, la zorra rica al rosal y el avaro a las divisas”.

La mañana de miércoles estaremos pensando así: “Se acabó, que el sol nos dice que llegó el final. Por una noche se olvidó que cada uno es cada cual”, reiniciando la enfermante rutina al bajar la cuesta, “que arriba en mi calle se acabó la fiesta.”

Felicidades, guaymenses, por nuestra fiesta. Disfrutémosla de la mejor forma posible.

Y felicidades también por las primeras 2,600 luminarias en Guaymas, apenas un tercio de la meta, pero ya reflejan lo que podría lograrse en estos tres años.

 

SONORA Y EL FUTURO

El gobernador Alfonso Durazo inauguró la 10ª. Cumbre Sonora donde empresarios, academia, gobierno y sociedad civil sugieren cómo impulsar el desarrollo. Allí reiteró el trabajo que promueve para esa meta facilitando la inversión.

Tras la pandemia, se tiende a reubicar inversión de Asia hacia América y el mandatario les dijo que “este es el momento de Sonora”. También, “el momento de las y los inversionistas sonorenses”, así que resta que sepan aprovechar la oportunidad “que muy probablemente se presenta solo una vez en la vida”.

 

RATIFICAN VISIÓN

Y como Durazo no posee el don de la ubicuidad, el titular de Infraestructura, el guaymense Heriberto Aguilar Castillo, lo representó en el foro “Alianza para el Hábitat, rumbo a la Cumbre Internacional del Hábitat de América Latina y el Caribe”.

Lo organizaron la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios, ONU Hábitat y Naciones Unidas, para proponer cómo desarrollar entornos regionales. En Hermosillo, donde gobierna un alcalde de primer mundo, se denomina la “Nueva Agenda Urbana en Acción” y persigue abatir los indicadores de desigualdad generados por la pobreza.

Aguilar Castillo se desempeñó bien, gracias a la carrilla cotidiana en un puesto importante, de un proyecto sexenal más importante aún. Cumplió su encomienda y resaltó cómo el gobernador dispuso el presupuesto más grande de la historia para atender las causas más sentidas de quienes fueron dejados por décadas a su suerte. Hoy, dijo, el ejercicio político en marcha sostiene que no debe haber desarrollo para unos cuantos al margen de la mayoría.

 

LLEGÓ AMLO

El presidente López Obrador inició su gira por Sonora. Aunque repetirá eso de planes y proyectos, ya habría algunos resultados.

No estará en Guaymas, pese a anuncios previos, así que los guaymenses no podrán plantearle ideas de obras con las que se sueña, como el estadio de béisbol, parte de lo que poco a poco nos fueron quitando. Ojalá nos deje el mensaje con el gobernador.

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