Las sombras nostálgicas
Por Jaime Almada Guirado
Con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, como presidente del México y el inicio de una narrativa polarizante, resurgieron de sus catacumbas, aquellos que décadas atrás, en los 70´s y 80´s, tremolaban en su mano izquierda el libro El Capitalismo de Karl Marx, mientras se decían parte del proletariado en la lucha de clases.
Hoy, muchos de esos que, en sus juventudes, fustigaban a los capitalistas, a los empresarios, los llamaban opresores, lobos del hombre y condenaban a todo aquél que pretendía una mejor vida material, con la etiqueta de pequeño burgués, viven, en bajo un nuevo régimen, que, en el discurso, evoca esos años, pero que, en la práctica y la vida real, dista universos, de aquellos “ideales”.
Aquellos, que, en sus años universitarios, estuvieron en el Partido Comunista, en el PSUM, posteriormente, en el PRD y más reciente en el Obradorismo, hubo un tiempo, que abjuraron de lo que creían, cuando cayó el muro de Berlín y cuando se disolvió la Unión Soviética.
Tras el triunfo de Obrador y el inicio de su régimen, esos nostálgicos, resurgieron y hoy, pululan por doquier; son sombras, desempolvando una retórica de filias y fobias; de geografías ideológicas, de buenos y malos; de condenas y consignas.
La conciencia de clase, volvió, pero ahora, son fifís y pueblo; en vez de burgueses, son clasistas; el proletario, es el pueblo bueno y sabio. Esos nostálgicos socialistas, hoy, hacen erupción como los volcanes, pero en las redes sociales, como borregos, censuran, atacan y ofenden a todo aquél que cuestione y critique al régimen.
Sin embargo, la nostalgia, no puede más, no estamos ni por asomo en un régimen socialista; hoy, el condenado neoliberalismo es el enemigo, es el sistema que prohijó la corrupción, la decadencia y el saqueo de nuestro país. Las sombras lo condenan, porque fue ese sistema el que los mandó a las catacumbas, pero hoy, que deambulan por ahí, no entienden, porqué en el país y el triunfo que tanto añoraron en su juventud, se rige por una política neoliberal para conducir al país y llevar el desarrollo al México profundo.
El valor del trabajo, de la clase trabajadora, cambió por el Producto Interno Bruto y per Cápita; en el presente de las sombras del socialismo no se explican porqué no se ha dado la igualdad por la que lucharon, pero menos entienden, porque sus salarios y poder de compra, están determinados por una política neoliberal: la inflación.
Cierran los ojos a las contradicciones actuales, solo condenan y vociferan; conservadores, clasistas, racistas, reaccionarios; seguramente, es catártico. Se desvanecieron aquellas e ideas y valores de pluralidad, tolerancia, libertad de expresión, de manifestación de las ideas. Si alguien cuestiona o a se atreve a manifestar una distinta a los que gobiernan, te caen en parvada y a mentadas. ¿Qué pasó? ¿abjuraron también?
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