Andrés Manuel López Obrador ha salido a la defensa de la ministra Yasmín Esquivel, acusada de plagiar su tesis de licenciatura en 1987 de la UNAM. “En este caso no soy objetivo del todo porque considero que cualquier error, anomalía, cometida por la ministra Yasmín cuando fue estudiante es infinitamente menor al daño que han ocasionado a México Krauze y el señor que hace la denuncia, Sheridan”, ha dicho el presidente en su conferencia mañanera, que ha citado un pasaje de la Biblia para minimizar el asunto: “Como diría Jesús, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra”.
Esta reacción es la primera del Gobierno en defensa de la magistrada de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), protagonista esta semana del escándalo. Esquivel fue nombrada ministra en 2019 por López Obrador y es la favorita del mandatario para presidir el alto tribunal mexicano, que elegirá al sucesor de Arturo Zaldívar en nueve días, el 2 de enero. Esquivel y otros cuatro ministros se han lanzado a la contienda para conseguir la presidencia de la SCJN en lo que se ha convertido en una campaña con una tensión sin precedentes.
En ese contexto se enmarca la revelación del académico Guillermo Sheridan de que la tesis de Esquivel estaba plagiada de una presentada el año anterior. El ensayista publicó la acusación en el portal LatinUs, dirigido por Carlos Loret de Mola, con quien López Obrador mantiene una guerra abierta. EL PAÍS ha podido comprobar que ambos trabajos son idénticos, el de la ministra solo un poco más corto y publicado un año más tarde, y que la profesora que asesoró a Esquivel, Martha Rodríguez Ortiz, tiene al menos otras cuatro tesis plagiadas. Además, en una bomba que afecta directamente a la UNAM, la institución educativa más prestigiosa del país, hay otro trabajo igual que el de Esquivel presentado en 1993, pero esta vez asesorado por otra profesora. Lo que deja el mismo texto aprobado como tesis de licenciatura en 1986, 1987 y 1993, por dos docentes distintas.
La UNAM ha anunciado “un análisis pormenorizado del contenido y las circunstancias del caso”, que va a estar en manos del Comité de Integridad Académica y Científica de la Facultad de Estudios Superiores Aragón. Este órgano deliberará qué sanción puede imponerse a la ministra, que va desde un apercibimiento público, hasta la más extrema: la revocación del título. Sin embargo, estos procesos son lentos y pueden tardar meses en resolverse.
López Obrador ha concedido que son “las autoridades competentes” las que tienen que hacerse cargo del asunto, pero ha insistido en que lo que hicieron “los intelectuales, alcahuetes” es mucho peor: “Todos esos que están pidiendo que se castigue a la ministra han cometido delitos mayores. No estoy justificando a la ministra, pero ¿cómo voy a estar yo a favor de Sheridan? Prefiero equivocarme con lo de la ministra a darle la razón”.
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