Bitcoin: en vez de “oro digital” resultó un “petróleo digital”: minado, contamina tanto como la industria de la gasolina | Prisma por David Omar Guirado V.

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Bitcoin: en vez de “oro digital” resultó un “petróleo digital”: minado, contamina tanto como la industria de la gasolina | Prisma por David Omar Guirado V.

Bitcoin: en vez de “oro digital” resultó un “petróleo digital”: minado, contamina tanto como la industria de la gasolina

La creación o minado de Bitcoin tiene un impacto en el medio ambiente al nivel de las actividades más contaminantes del planeta. A esta conclusión ha llegado un nuevo estudio publicado en la prestigiosa revista científica Nature que analiza en uno de los informes más completos, hasta la fecha, datos entre 2016 y 2021 donde se ha reafirmado una realidad que muchos especialistas en el campo llevan tiempo alertando.

Ahora, tenemos pruebas certeras de que la industria del Bitcoin es más contaminante que la extracción de petróleo. Solo en el año 2020, la minería de Bitcoin consumió 75,4 TWh (teravatio-hora) al año de electricidad, más que países desarrollados como Noruega, Austria o Portugal. 

La tendencia es que el Bitcoin ha ido contaminando cada vez más debido a lo atractivo del minado, pasando de las 0,9 toneladas de CO2 a las 113 toneladas el año pasado. Un incremento exponencial de 126 veces en su tiempo de vida.

Para hacerse una idea de la magnitud de estas cifras, los investigadores detallan que por cada dólar generado en BTC, 35 centavos implicaron daños medioambientales. Es una cantidad enorme para una actividad monetaria que está a la altura de la producción de hidrocarburos como la gasolina, la producción de carne y casi tanto como el gas natural a nivel mundial. 

Pero, ¿cómo se genera un Bitcoin?, para aquellos que no están familiarizados con las criptodivisas, el bitcoin y otras criptomonedas se generan a través de computadoras con procesadores y GPUs bestiales resolviendo problemas matemáticos muy complejos. 

La cosa es que quienes se dedican a minar, generalmente emplean cientos o incluso miles de estas computadoras de manera simultánea trabajando día y noche.

Cuando hablamos de actividades de alto impacto medioambiental rara vez hablamos del Bitcoin, pero este estudio reafirma la idea de que debe empezar a incluirse y estar más al pendiente de las implicaciones que tendría dejar su algoritmo, tal y como está.

Otra preocupación de los autores de este estudio es que las emisiones han ido en incremento en años recientes. Se esperaba que con la madurez del Bitcoin se moderarían las emisiones, pero no ha sido así. Únicamente la prohibición de China de minar Bitcoin tuvo un efecto en la reducción de emisiones.

Los defensores del BTC hablaban de esta criptomoneda como el “oro digital”, la verdad es que se ha convertido en una especie de “petróleo digital”. Una entidad de alto valor, pero con graves implicaciones medioambientales. Industrias como la del oro tienen un impacto del 4% según su valor, mientras que el Bitcoin un 35%. Cifras similares a la de la gasolina (41%) o la producción de carne de res (33%).

En 2021, por cada bitcoin generado se produjeron cerca de unos 217 mil pesos en daños medioambientales. Esto supone un total de 74,440 millones de pesos en daños a la naturaleza tan solo en 2021, llegando a ser casi tan contaminante como la industria del carbón. Y ojo que solamente estamos hablando del Bitcoin sin contar otras criptodivisas como el ethereum, cardano, binance, etc. 

Ahora, el futuro es muy incierto pese a las promesas de mejores mecanismos de regulación o incluso mejorar el código del algoritmo de creación. El estudio también habla del uso de las energías renovables para la minería de Bitcoin como en el caso del gobierno de El Salvador que utiliza energía de los volcanes. Sin embargo, los especialistas son escépticos sobre su impacto final. 

Incluso, en un escenario optimista donde se incrementa un 50% el uso de las energías renovables, el impacto del Bitcoin seguiría siendo un 23% del valor de la moneda.

Las organizaciones a favor de las criptomonedas abogan por profundos cambios en el código de estas, para reducir su consumo. Es lo que hemos visto con Ethereum 2.0, proyecto echado a andar este septiembre del 2022 que promete una reducción del 99,95% en impacto ambiental. 

Esto nos hace esperar que estas mejoras también lleguen al Bitcoin. Lo que tenemos ahora es un Bitcoin ultra contaminante que ya ha dejado una gran huella medioambiental en su corto periodo de vida. Habrá que seguirlo más de cerca.

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