Mucho gobierno para tan poco partido
Por Alan Castro
De cara a la renovación de los Consejos Políticos de Morena en todo el país, este “Movimiento de Regeneración Nacional” está frente a otra oportunidad más de institucionalizarse y hacer partido.
Y es que Morena sigue siendo un espectro que pasa de ser un estado de ánimo a un cascarón hueco que no representa la estructura, ni traduce en votos las simpatías que genera su líder moral.
Tal y como quedó demostrado en el reciente ejercicio de revocación de mandato, donde votaron 15 millones de personas, casi la mitad de los votos que llevaron a Andrés Manuel López Obrador a la presidencia.
El partido no ha renovado a sus consejeros desde el 2017, antes de llegar al poder, y al ser gobierno no han podido ponerse de acuerdo para sacar ningún proceso de dirigencia nacional sin salir divididos.
Al contrario, el partido en el gobierno ha envejecido prematuramente, adoptando en solo cuatro años prácticas de antaño que pareciera una copia del priísmo anquilosado en el sistema político nacional.
En el gobierno federal y en muchos estados, hay mucho gobierno para tan poco partido, donde siguen siendo los juegos de poder e intereses perversos los que mueven a las tribus y grupos al interior.
Hoy más que nunca, Morena necesita cimentar una estructura sólida para no depender de una sola persona para su estabilidad y no sean los vientos de cambio quienes tambalean al “movimiento”.
La sana distancia en Morena Sonora
En los últimos tres años en Sonora se han tenido tres dirigentes estatales de Morena, uno previo a la campaña, uno durante la campaña y otro como como gobierno en el estado.
Las tareas y objetivos de cada dirigente han sido distintas, sobre todo la del último David Jesús Mendoza, quien tenía como principal encomienda sacar la revocación de mandato en Sonora.
Muchos han cuestionado el trabajo del joven Mendoza al frente de Morena en Sonora, ya que su perfil no ha sido tan público o mediático, sin embargo, sus tareas así lo han ameritado.
David Jesús Mendoza se ha concentrado en refrendar simpatías con la militancia y aceitar la maquinaria electoral, ya que siempre se ha desempeñado en el trabajo territorial del partido.
Y en lo político, aunque para muchos ha pasado desapercibido, ha hecho lo propio con las fuerzas políticas aliadas y sobre todo ha entendido su papel dentro de la nueva realidad del estado.
Con esto me refiero a la sana distancia que ha tenido Morena con el gobierno, pues ni ha representado un liderazgo paralelo ni mucho menos una carga para el mandatario Alfonso Durazo.
El joven Mendoza ha entendido perfectamente las reglas del juego y no se conflictúa con nadie, al contrario, ha dejado fluir la operación política desde Palacio de Gobierno hacia otros poderes.
Misión cumplida de David Mendoza
Al margen de los resultados de la revocación de mandato, la etapa de David Mendoza concluyó. ¿Misión cumplida?, pues ya lo dirán quienes les asignaron temas y tareas.
Por lo pronto, se le avizora una posición en el gobierno del estado e incluso, un posible enroque en Palacio de Gobierno.
Pero todo dependerá de cómo quede reconfigurado el próximo consejo político estatal de Morena, donde para nadie es un secreto que se volverá a vivir un juego de fuerzas entre grupos.
Por lo pronto, quienes recientemente mostraron músculo político, fueron aquellos perfiles identificados con Jesús Valencia, que, aunque no asistió a la reunión vaya que sí se sintió.
En política, ausencias son presencias, es el caso del ex delegado de Morena, quien operó con éxito el tema de los aliados y al ser un perfil neutral logró conciliar a las diversas tribus.
Evidentemente no solo dejó escuela, sino que dejó equipo, por lo cual no dude que se posicionan rápidamente en el consejo de Morena para la posible llegada a la dirigencia estatal.
No queda más que esperar a finales de este mes como quedará la nueva configuración del Consejo, recuerde que no solo se definirá la dirigencia sino las próximas candidaturas.
Reyna Haydee y la mañanera
El día jueves 21 de julio del 2022, en la recta final de la mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador, una reportera tomó el micrófono y alzó la voz por miles de reporteros como ella. Esa voz conforme avanzaba, temblaba, pero lo que decía esa reportera retumbaba en Palacio Nacional por la sinceridad, por el coraje, por la injusticia, por el miedo, por el duelo de miles de periodistas.
Esa voz era la de Reyna Haydee Ramírez, quien ha recibido un par de amenazas y no solo ha denunciado eso, sino que se ha tenido que amparar para que no se le censure y participar en la mañanera. Tribuna, donde el presidente ha denostado y estigmatizado periodistas, porque según las palabras de la reportera, Andrés Manuel prefiere las alabanzas y que se las pongan “bobitas” para “batearlas”.
“Soy reportera”, dijo Reyna Haydee, pero no puede hacer su trabajo porque no la dejan entrar a las mañaneras y el Presidente no le da la palabra, pero eso no es censura, sino un castigo por cuestionar. A diferencia de quienes hablan cada semana y casi cada día, “periodistas paleros”, ella no tomó partida a favor del Presidente, la reportera independiente tomó partida hace treinta años pero del lado de la gente.
Los que tuvimos oportunidad de escuchar a detalle a Reyna Haydee podríamos coincidir que fue un desahogo, un escape, una liberación de presión por no poder ejercer una libertad de expresión. El Presidente dijo que tenía todo el derecho a manifestarse y tener una opinión contraria a la de él, pero lamentablemente en la mañanera exhibe, descalifica y “lincha” mediáticamente a comunicadores.
Eso contemplando solo este ejercicio de la mañanera, que, si bien se reconoce como un instrumento de rendición de cuentas y un fenómeno de comunicación, se convierte en una tribuna política para golpear a sus detractores. La mañanera se ha ido convirtiendo en un circo romano, o bien un lienzo blanco donde el Presidente diariamente escribe esta narrativa de héroes y villanos, liberales y conservadores, fifís y chairos.
¿Por qué es preocupante lo de Reyna Haydee?, porque estos reclamos se dan en un contexto de polarización política y violencia en todo el país, sobre todo contra las mujeres y por supuesto: los periodistas. Según Artículo 19 y Reporteros sin Fronteras, en solo los seis meses del año se han asesinado a 12 periodistas en el país, posicionando a México como uno de los más peligrosos para ejercer el periodismo.
De seguir así, este 2022 se superarán las estadísticas y podría convertirse en el año más mortal para la prensa en México, comparado con el 2017 cuando se registró el número de asesinatos que llevamos. De acuerdo con autoridades de la Secretaría de Gobernación, de diciembre de 2018 al 11 de febrero de 2022 se tienen contabilizados 54 asesinatos de periodistas y 97 de personas defensoras de derechos humanos.
El Mecanismo de Protección a Periodistas considera que el 57 por ciento de las agresiones a periodistas se concentra en el Estado de México, Guerrero, Michoacán, Sonora, Oaxaca y Veracruz. Ya no hablamos de la impunidad del estado mexicano en contra de estos delitos contra la libertad de expresión o simplemente la vida misma de quienes ejercen el periodismo, libre, valiente e independiente. Cuando el Presidente denosta a un periodista y el pseudo líder del partido de oposición opina que a los periodistas hay que matarlos de hambre, te das cuenta que no hay mucho futuro para ejercer tu trabajo.
Regresando a Reyna Haydee, hay que decir que fue tendencia en redes sociales y obviamente la sinceridad se agradece, pero la verdad incómoda, hubo reacciones de todo tipo, mas a favor que en contra. El propio Fernández Noroña la calificó de “Bravucona”, también la directora del Instituto Sonorense de Cultura, Beatriz Aldaco quien no es la primera vez que sale a defender al Presidente. Lo que sí es sorpresa, es que alguien venida de las letras y la cultura considere que “alguien debió haber sido callada, ponerle un freno a su falta total de educación y respeto a la investidura presidencial”. Sin duda es un tema controvertido que divide opiniones, pero por eso mismo es sumamente importante abrir el debate sobre garantizar los derechos y sobre todo la seguridad a los periodistas en México.
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