Dos Bocas: la inauguración de una simulación
El pasado viernes, México dio el banderazo a su primera nueva refinería en más de cuatro décadas y una de las obras insignia del presidente Andrés Manuel López Obrador: Olmeca de Dos Bocas, en Paraíso, Tabasco, un complejo de casi 600 hectáreas en un antiguo manglar, que promete lograr la “autosuficiencia energética” y así dejar de importar gasolinas.
El arranque de este proyecto que pretende inyectar nuevos aires de vida a Pemex le serviría a la cuarta transformación para mostrar músculo, sin embargo, se inauguró una refinería sin la capacidad de refinar. No entrará un solo barril de petróleo ni saldrá de ahí un solo litro de gasolina, y, por si esto fuera poco, su costo ya superó por mucho al de las proyecciones iniciales. El costo de la refinería va actualmente en más de 14,000 millones de dólares, 75% por encima de lo prometido.
La inauguración de Dos Bocas termina tratándose de una simulación, un montaje exaltado por el ego del Presidente que quiere hacer coincidir la fecha de la inauguración con el cuarto aniversario de su triunfo en las elecciones presidenciales.
Será hasta el próximo año cuando supuestamente inicie la refinación, aunque expertos en el ramo energético afirman que es poco probable que para entonces alcance su producción máxima.
Mientras, vemos cómo en el resto del mundo la tendencia es abandonar el uso de combustibles fósiles y apostar por la generación de energías limpias, en México parece que volvemos en el tiempo y nos decidimos a apostar por el uso de hidrocarburos, combustibles más caros y contaminantes.
La simulación en Dos Bocas no responde a un evento aislado. El recién inaugurado Aeropuerto Felipe Ángeles, que debería mitigar la carga al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, sólo tiene decenas de vuelos comerciales y también fue inaugurado a medias. Así mismo, el proyecto del Instituto de Salud para el Bienestar hizo crecer en 12% el número de personas (15.6 millones) sin acceso a la salud pública.
Anunció el programa de reforestación Sembrando Vida con bombo y platillo, que terminó deforestando todo a su paso. Creó el Banco del Bienestar, que se declaró sin fondos al año y medio. Intentó vender el avión presidencial a través de una rifa que no fue rifa, y ahora dice que lo intercambiaría por alimentos. El Tren Maya no quedará completamente listo para la fecha prevista, ya costó mucho más de lo presupuestado y ha generado una rebelión de ambientalistas por los atroces daños contra la selva. Con estas obras insignia la cuarta transformación reafirma que se acerca más a las simulaciones que a los hechos. Pásenle a la refinería que no refina.
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