Por Alan Castro
Desde el inicio de su gobierno lo dijo, Claudia siempre estuvo pensando en el séptimo año. Su más grande deseo era que al concluir su sexenio pudiera ver de frente a la gente y caminar por la calle libremente, aunque seguramente nunca pensó qué sería en otro continente.
El nombramiento de la ex gobernadora Pavlovich como cónsul de México en Barcelona se venía cocinando desde hace algunos meses y aunque era casi un hecho, terminó cayendo como un balde de agua fría para la mayoría de los sonorenses, agraviados claro por los recientes antecedentes.
“En política no hay sorpresas sino sorprendidos”, y aunque este dicho es muy sabido, hubo dos que tres morenistas que los agarró desprevenidos, sobre todo aquellos que señalaban y vociferaban corruptelas y negligencias del gobierno saliente, cuya titular en vez de ser juzgada será premiada.
Las opiniones son divididas pero ninguna a favor del nombramiento de Claudia, aunque hemos visto en reiteradas ocasiones que las decisiones del presidente Andrés Manuel López Obrador, tarde o temprano, terminan siendo avaladas por Morena y por la gran mayoría de su gente.
Es curioso que el tema de Claudia genere tanto desgaste en la militancia al interior de Morena y del PRI, quienes allá abajo se rasgan las vestiduras, mientras que las cúpulas de ambos partidos celebran la consolidación de la unión del “PRIMOR”… y que la luna de miel continúe.
“Quien no quiera ver fantasmas que no salga de noche” y el que no entienda que así es la política que se dedique a otra cosa, no me vengan a decir que no sabían que existían los pactos y negociaciones entre los principales actores, aunque actúen como los grandes reformadores.
El problema no es hacerlo en lo oscurito, pues ya estamos acostumbrados a los políticos de siempre, lo malo es pregonarse distintos y ser absolutamente lo mismo. Lo malo no es tratar de tapar el sol con un dedo, sino jugarle el dedo en la boca y volvérselo a meter a la gente.
Sobre un acuerdo con el gobierno federal, sobre un pacto de impunidad con el gobierno actual y sobre la supuesta traición al Borrego, no tengo pruebas pero tampoco tengo dudas. Los compromisos en política se cumplen, y a la ex mandataria vaya que le están cumpliendo.
Hoy, hoy inicia el séptimo año de Pavlovich, tal vez un par de meses asista a misa en la Iglesia de la Sagrada Familia, camine un domingo por la Ramblas o hasta celebre un gol en el Camp Nou, por lo pronto se le recordará en Sonora y será la historia quien finalmente la juzgará.
COMMENTS