No ha terminado el estira y afloja entre el INE y el Gobierno de la 4T a pesar de que finalmente, Andrés Manuel López Obrador se salió con la suya y será el próximo 10 de abril cuando se realice la Consulta para la Revocación de Mandato.
El presidente sabía desde un inicio que él y Morena iban a convocar a la consulta no para su revocación, sino para su ratificación. El Ejecutivo no tiene forma de perder en la consulta. Por un lado, está la capacidad de mover a su gente para que vaya a votar, especialmente a los beneficiados de apoyos sociales; por otro, porque tiene 65% de apoyo popular, es más, en las encuestas previas más de 70% votaría por la ratificación.
Un verdadero entusiasta de la democracia siempre estará a favor de todo acto social que involucre la participación libre de sus conciudadanos; incluso cuando pueda anticipar que él mismo se encuentra la minoría (es decir, que vaticine su derrota en una votación abierta) porque teniendo la posibilidad de permitirse alguna arbitrariedad, decide escuchar y valorar el pensamiento, y las opiniones de los demás.
El problema de inicio es que el instituto autónomo no cuenta con recursos para solventar este ejercicio democrático. El Ejecutivo ha puesto sobre las cuerdas al INE reduciendo el presupuesto para este año y obligándolo a realizar una consulta que, contemplando la logística, contratación de supervisores electorales, impresión de la lista nominal, operación de campo, entre otros, costarán hasta 3 mil 830 millones de pesos.
Ante esto, los consejeros Lorenzo Córdova y Ciro Murayama han manifestado que el Gobierno Federal desconoce cómo funciona el Instituto Nacional Electoral (INE), contemplando incluso al plan de austeridad propuesto por el Ejecutivo la semana pasada.
La revocación de mandato va, pero el INE informó que presentó a la Secretaría de Hacienda una solicitud de recursos adicionales por un monto de 1,738.9 mdp para sumarlos a los recursos que obtuvo de varios ajustes para realizar el ejercicio.
Entre tanto, la oposición de la 4T se encuentra en el dilema de llamar a participar o no en la consulta. Si llama a participar está avalando una farsa, si no lo hace perderá por default ya que se manifestará un apoyo casi unánime a favor del presidente. No importa si se logra o no 40% de participación, la consulta va a dejar claro un apoyo amplísimo a favor del Presidente y su gobierno.
No participar es dejar toda la cancha libre al Presidente y al gobierno para fortalecer su imagen con miras a las elecciones del 2024 y desviar la atención de temas como el grave problema económico que enfrentamos, el desempleo, el aumento de la pobreza, el fracaso en seguridad y en el sistema de salud y la educación.
Si no se participa va a parecer que no existe la oposición y que la única verdad que existe es la del gobierno.
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