Como se ha comentado desde hace semanas, en los últimos días el regidor David Figueroa confirmó que existe una invitación para integrarse en el gobierno estatal de Alfonso Durazo, esto luego del desencuentro que tuvo con Movimiento Ciudadano.
El tema se ha comentado y analizado en diferentes espacios, sobre todo, los motivos que orillaron a la “salida” de David de ese partido, así como la posibilidad de emigrar al proyecto de la Cuarta Transformación en Sonora, siguiendo el camino de figuras como Dolores del Río.
Sin duda, este tema es digno del análisis desde diversas aristas, pues si bien pareciera que el desaire de MC ha desencadenado algunas decisiones del aguapretense, hay más actores involucrados en el caso David Figueroa, pero bueno, ¿quién gana y quién pierde?
Gana primeramente el presidente municipal de Hermosillo, Antonio Astiazarán Gutiérrez, quien no tendrá dentro de la comuna un regidor crítico e incisivo, y pareciera que el favor se lo está haciendo el gobernador Alfonso Durazo.
Pierde, por supuesto el cabildo de Hermosillo, no solo por el contrapeso que se requiere dentro del ayuntamiento capitalino, sino también por la voz ciudadana que podría representar en algunos temas importantes de la ciudad naranjera.
Gana, el gobierno del estado al integrar un perfil como David Figueroa, tanto por el oficio político que tiene, como también su trayectoria y expertise en varios temas como el diplomático, posición a la que se presume podría entrar naturalmente.
Pierden los morenistas por la competencia que podría significar esta adhesión, pues llega un perfil de buen nivel que si se mantiene activo políticamente podría el partido guinda recurrir a él como candidato en las próximas pizcas electorales, ¿senado?
Gana, obviamente, David Figueroa al integrarse a un nuevo proyecto e iniciar otra etapa en su carrera política, sobre todo en un tema que domina y le podría significar una buena plataforma para seguir avanzando, tanto política como electoralmente.
Pierde aunque no les guste, Movimiento Ciudadano, pues no cuenta dentro de sus filas con un liderazgo con tanto proyección estatal, renunciando a depender de una figura en el partido, estrategia que contrasta con el pasado y otros estados.
Esperemos que a finales de noviembre se oficialice la llegada de Figueroa Ortega al Gobierno de Sonora, por supuesto que previamente habrá de pedir licencia como edil del ayuntamiento de Hermosillo, por lo pronto que siga la mata dando.
Los alfiles del rey
Si bien en el ajedrez el alfil es considerado como una pieza menor, si lo sabes utilizar correctamente y aprovechar al máximo sus posibilidades, puede ser muy importante debido a que es una pieza de largo alcance.
Es así como tanto en la política como en el ajedrez de ninguna manera debes subestimar ninguna pieza, pues dependerá de la posición y sobre todo la estrategia que tengas, lo que te llevará a ganar una buena partida.
Y si bien la encomienda principal de los alfiles no es proteger al rey, como sí lo es para los caballos, su función de ataque es la primera defensa dentro del tablero blanco y negro de ajedrez, lo que lo hace todavía más importante.
No crea usted que estoy hablando de un juego de mesa, sino de política y permítame explicarle por qué.
En el proyecto de la Cuarta Transformación en Sonora encabezada por Alfonso Durazo Montaño, existen dos jóvenes que sirven como alfiles del gobernador, situados en dos posiciones sumamente estratégicas.
Por un lado, quien se encarga de los temas políticos y legislativos desde el gobierno del estado; por otra parte, quien se encarga de los temas meramente partidistas y sobre todo de estructura desde el campo de batalla.
Ambos jóvenes durante la campaña del hoy gobernador hicieron mancuerna en el tema territorial con excelentes resultados, lo que les valió seguir manejando temas importantes durante la etapa de transición del gobierno.
Y no solamente en la relación con el gobierno saliente y otras fuerzas políticas, sino en el Congreso del Estado, donde desde el primer día se demostró los buenos oficios y el trabajo político de avanzada del joven alfil.
Ya en una subsecretaría su trabajo mediáticamente no se ve, pero sin duda políticamente se siente, al grado de decirle que el mejor operador legislativo del Congreso Local despacha desde Palacio y no es diputado.
Pero no todo es gobierno, también hay que bajar a tierra y sobre todo aceitar esa estructura que ha llevado a Morena a ser la primera fuerza en Sonora, por lo cual no pudieron colocar al otro joven alfil en mejor posición.
La encomienda es fortalecer al partido y por supuesto darle mantenimiento al engranaje por lo menos para dejar encarrerada la maquinaria de cara al 2024, donde dicho sea de paso Morena lleva todas las de ganar.
Este par de jóvenes tienen oficio y experiencia pese a su juventud, le entienden pues, pero sobre todo tienen la convicción total al proyecto y cuidan los intereses del mismo, instaurar la cuarta transformación en la entidad.
Hay que tener en cuenta que el alfil en el ajedrez no puede pasar por encima de ninguna pieza, por lo cual -con capacidad y talento- debe procurar liberar el camino de otras piezas que puedan interferir en su camino.
Por supuesto que me sigo refiriendo al tema político, pues si se tiene en cuenta el valor y la posición del par de alfiles, se puede sacar ventaja de cualquier oponente político al utilizar correctamente la estrategia indicada.
A estas alturas de la partida usted ya habrá identificado a quien me refiero con los alfiles del rey, y si no es así, bastará repasar de nueva cuenta estas líneas, pues no hay mensajes cifrados ni mucho menos entre líneas.
Simplemente no veo necesidad de decir el nombre, pues son sus acciones las que hablan por ellos; si bien ambos jóvenes se manejan en perfil bajo, vaya que le han dado nivel al trabajo político y partidista en el estado.
Maravillosa jugada -sin duda- del gobernador, quien desde el inicio de su mandato está demostrando que entiende perfectamente a este juego y sabe mover muy bien sus piezas, obviamente que sigo hablando de política. Jaque mate.
Más allá de la transparencia
En las últimas décadas, en México se han dado avances importantes en temas de transparencia y rendición de cuentas, iniciativas impulsadas generalmente desde la sociedad civil que han derivado en la creación de asociaciones civiles, instituciones públicas y organismos autónomos.
Si bien hoy podemos decir que hay mecanismos para la observancia ciudadana del quehacer público, no necesariamente tener en el escaparate social las decisiones de los gobiernos garantizan la erradicación de malas prácticas, o un combate real en contra de la corrupción, sin simulación.
Pero la ciudadanía debe ir más allá de la transparencia, es decir que la participación ciudadana no debe limitarse a una silla dentro de los comités ciudadanos o a un voto en una consulta popular, sino que realmente debe formar parte de las decisiones y dejar ser un simple espectador.
De nada sirve ser transparente si vas a topar con un cristal, tenemos que ir más allá de la transparencia y avanzar a la participación activa de la sociedad civil en los temas públicos, pero ciudadanía de diferentes sectores y no los mismos actores de siempre que monopolizan los temas.
Y aunque el discurso de los gobiernos sobre transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción se escucha muy bien, lo cierto es que hay ciertas resistencias naturales en el sistema, el cual regatea hasta dónde puede llegar la participación ciudadana, es decir: que sí y que no.
Dicho esto, entonces no solamente carecemos de políticas públicas que generen mecanismos que garantice esa ciudadanización del gobierno, sino también la voluntad de los gobernantes para abrir las puertas de las instituciones públicas y no deslegitimar la participación de la sociedad.
Aterrizando el tema a Sonora hay esfuerzos interesantes actualmente en estos temas; en transparencia por ejemplo el parlamento abierto, y en rendición de cuentas y combate a la corrupción, las comparecencias de ex funcionarios municipales por supuestos actos ilícitos.
Se preguntará, ¿de qué sirve un canal del Congreso del Estado si no lo entiendo?, ¿de qué me sirve sentarme en una comisión si tengo voz pero no voto?, ¿de qué me sirve que comparezca un corrupto si no le harán nada?, esas son las disyuntivas que el gobierno habrá de dar respuesta.
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