Little Black Dress: El vestido de la venganza.
Entre un par de enamorados, líneas escritas con poesías, flores y chocolates en las puertas de sus hogares, existen quienes con pesar sobreviven a este día, mientras unos caminan por un pasillo de rosas rojas otros se tropiezan con espinas, en el mes del amor Allure revoluciona, porque hoy no venimos a hablar de ello.
El fin de un caos puede empezar con algo hermoso, entre promesas de joyas y coronas, el sueño de una niña trasciende a una mujer. En este mismo mes pero de 1981 nació un compromiso que pronto terminaría dándole la vuelta al mundo entre medios locales e internacionales, con el fin de enterarnos del desorden causado por un matrimonio disfuncional. En un cuento de hadas convencional no se espera que una princesa utilice un vestido de Christina Stambolian como herramienta de venganza y por supuesto, quizá esta idea en la época contemporánea te parezca algo insignificante pero en 1996 este hecho causó gran conmoción en el mundo, el little black dress marcó historia en la industria de la moda.
Para ninguna de nosotras los hechos, los rumores y las ideas conspirativas que dieron vida a un matrimonio real son un secreto, mucho menos podemos dejar de lado la tormentosa vida que tuvo Lady Di dentro de la realeza, algo que no estaba pactado en un cuento de princesas donde el acuerdo es vivir felices por siempre. En todo momento fuimos testigos de un amor al que no le veíamos trasfondo puesto que al pensar en una boda real sólo podemos imaginar una vida de lujos, coronas y vestidos elegantes, diseñados por los mejores modistas del mundo, confeccionado solo y exclusivamente para la princesa.
Lo que nunca imaginamos es que el príncipe Carlos tendría dudas entorno al futuro de la relación que para muchos de nosotros marcaría historia, no podíamos creer lo que en aquel año el prometido de Lady Di les había confesado a sus amigos más íntimos minutos antes de la gran ceremonia; el príncipe tenía dudas sobre su futuro matrimonio puesto que estaba enamorado de Camila Parker, sin embargo después de todas las decisiones de nuestra princesa y de aún así haberse casado con quien ahora solo podemos imaginarlo como el villano de la historia, desenterramos la historia que nos lleva al núcleo de este tema; el famoso LBD.
El día que obteníamos la completa libertad de Lady Diana Spencer, a su vez, había problemas en el paraíso puesto que toda esta historia iba desencadenaría más tragedias. Aquella tarde del 29 de Junio de 1994 lo que Carlos de Gales no imaginaba es que todo el tormento que le había hecho pasar a Diana detonaría en un tiro de gracia destinado a él para definir el fin de una trágica relación.
Para concluir con la etapa de princesa en la familia real, la vestimenta era un factor importante ¿debía vestir un Valentino decente o un Christina Stambolian revolucionario? ¿Debía despedirse como princesa o debía dar inicio a su vida de soltera esa misma tarde? Los planes nunca fueron precisos. Lady Di tenía planeado vestir un Valentino azul destinado para esa ocasión y muchos de nosotros esperábamos verla llegar con un look característico de la realeza, esos estilos tan icónicos que la definieron durante su etapa dentro de la familia real pero para sorpresa de muchos ese día dejaba de ser parte de un matrimonio “de cuentos de hadas”. Ya no hablábamos de la misma persona, ya no era más Lady Di ahora era Lady Diana Spencer, una mujer renacida de las cenizas como un Fénix.
Ese día Diana estaba en el foco de la prensa, era el centro de los medios de comunicación, nadie podía creer que esa misma tarde era ella quien acudía a uno de los eventos que marcarían historia y no por la separación de Carlos de Gales, sino por el arma letal que portaba. Una nueva mujer se presentaba al mundo portando un little black dress de la firma de Christina Stambolian, no se hablaba de un vestido negro cualquiera; parecía confeccionado por finas manos, con cortes precios y telas de un brillo con sabor a venganza, a pesar de ser un negro profundo tenía un resplandor reluciente, no necesitó de un gran escote para resaltar la belleza de Diana, cada paso que daba el vestido parecía aferrarse a su piel, un vestido que conquistó hasta la persona más conservadora, lo cambió todo.
El cuento de hadas que alguna vez pensamos en contar a nuestras futuras generaciones estaba irreparablemente roto, lejos de esconderse Lady Diana Spencer se presentó en la fiesta sola con su arma más letal, el arma que le daría el tiro de gracia a Carlos de Gales, el little black dress creado por Christina Stambolian lucía espectacular en Diana, el foco de la prensa estaba puesto en ella ya que era un vestido fuera del protocolo de la realeza pero Lady Diana Spencer ya no formaba parte de ella, ahora era solo suya, ya no podían privarla más de su libertad y el LBD hacía alusión a una mujer libre y soltera.
Fue así como un vestido no aprobado por la realeza demostró valentía, empoderamiento y fue denominado como el “vestido de la venganza”, la historia se convirtió en una anécdota para contarle a las nuevas generaciones, y claro, como toda buena historia nos dejó más que una moraleja, una enseñanza; en una historia no siempre habrá un príncipe y si lo hay no siempre será azul, nuestra arma más letal puede convertirse en una prenda firmada por Christina Stambolian y lo más importante, hasta en el momento más difícil donde el mundo nos muestre indefensas y derrotadas, nosotras podemos demostrarles lo contrario, porque somos valentía, inteligencia y elegancia.
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