- Del “milagro mexicano” al “tigre de América”

Por Luis Fernando Heras Portillo
En enero de 2025, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó el Plan México, una hoja de ruta económica que busca colocar al país entre las 10 economías más grandes del mundo hacia 2030, apoyándose en el T-MEC, el nearshoring y una política industrial activa.
La International Chamber of Commerce México (ICC México) ha lanzado una frase: “México se puede convertir en el milagro del mundo”… si aprovecha la revisión del T-MEC en 2026 y escucha al sector privado.
Analistas y medios internacionales hablan de México como posible “tigre de América”, un “nuevo China” manufacturero para Estados Unidos, gracias a su ubicación, mano de obra y el reacomodo global de las cadenas de suministro.
Pero ¿qué hay de cierto en esta narrativa? ¿Qué plantea realmente el Plan México?, ¿cuáles son sus metas?, ¿qué dice la ICC México sobre el T-MEC? y ¿qué tan viable es que México se convierta en ese “tigre de América”?
El contexto: México entre el top 15 del mundo y la oportunidad del T-MEC
Según el FMI, México se ubica alrededor del lugar 13 en PIB nominal en 2025, con unos 2.08 billones de dólares. En 2023 se destacaba que México había ascendido al puesto 12. Las proyecciones para 2025 lo sitúan entre el 12–13. Cuando el Plan México habla de “pasar de la economía número 12 a la 10”, se refiere a esa fotografía de 2023; hoy el ranking fluctúa.
T-MEC y nearshoring: la ventana histórica
México está en el radar como posible “tigre de América” por tres elementos: ubicación privilegiada; acceso preferencial al mercado de EE. UU. y Canadá vía T-MEC; y el nearshoring ante la guerra comercial EE. UU.–China, que llevó a México a superar a China como principal socio comercial de EE. UU. en 2023. Las empresas buscan reducir riesgos de sus cadenas de suministro. México entra como candidato natural, pero no automático.
¿Qué es el “Plan México”? Metas, números y sectores clave
El Plan México es una estrategia económica 2025–2030 que combina política industrial, incentivos fiscales e inversión en infraestructura. Entre documentos oficiales y análisis especializados se identifican metas:
Metas macro del Plan México:
- Top 10 de economías del mundo hacia 2030.
- Inversión fija: >25% del PIB a partir de 2026; >28% en 2030.
- 1.5 millones de empleos adicionales en manufactura especializada y sectores estratégicos.
- Aumentar el contenido nacional: 50% de consumo interno “Hecho en México” en sectores como textil, calzado, mobiliario y juguetes; +15% de contenido nacional en cadenas globales de valor (automotriz, aeroespacial, electrónica, semiconductores, farmacéutica, química).
- Financiamiento a PyMEs: 30% con acceso a crédito hacia 2030.
Sobre la frase “incrementar la participación de México en las exportaciones mundiales hasta el 15%”: no aparece en documentos oficiales. Lo verificado es el objetivo de incrementar el contenido nacional en exportaciones en 15%, no la cuota mundial. Hoy México representa 3–4% del comercio mundial; 15% sería irrealista. No puedo confirmar que el plan pretenda ese 15% global.
Volumen de inversión estimado: el Plan México contempla un portafolio de inversiones por hasta 277 mil millones de dólares entre 2025 y 2030. Si México alcanza una inversión anual cercana al 28% del PIB en 2030, equivaldría a 580–640 mil millones anuales. El dato de 277 mil millones se refiere al portafolio específico de proyectos emblemáticos.
Ventajas estructurales: ¿por qué se habla de México como el “nuevo China”?
México tiene varios puntos a favor: proximidad geográfica con EE. UU.; base manufacturera instalada en automotriz, autopartes, electrodomésticos y electrónica; calidad de ingenieros y técnicos; competitividad salarial. El nearshoring aprovecha décadas de integración desde el TLCAN.
Conclusión parcial: sí existe base para pensar en México como plataforma industrial para Estados Unidos. El reto es elevar escala, contenido nacional y valor agregado al ritmo que marcan las metas.
Obstáculos internos: crecimiento débil, inversión estancada e incertidumbre
Aquí está el choque con la realidad macroeconómica. En 2025, Banxico recortó su previsión de crecimiento a 0.3%. El PIB se contrajo 0.3% en el tercer trimestre, presionado por caída industrial (-1.5%).
Para subir al top 10 mundial, México necesitaría varios años de crecimiento >3% real sostenido. Con tasas de 0–1%, las metas de 2030 se vuelven difíciles salvo un cambio radical en inversión y productividad.
Inversión y clima de negocios: espacio fiscal limitado y presiones de déficit; tensiones comerciales con EE. UU.; debates sobre reformas al Poder Judicial y cambios en reguladores que generan incertidumbre. Centros de análisis como México Cómo Vamos muestran empleo formal e inversión fija bruta por debajo de lo necesario para cumplir la meta de 1.5 millones de empleos adicionales.
ICC México y la revisión del T-MEC 2026
La ICC México advierte que el país está ante un “partido histórico” con la revisión de 2026: fortalecer reglas de comercio digital, logística y servicios; dar certidumbre jurídica a la inversión; e involucrar al sector privado en la negociación.
Desde su perspectiva, el modelo puede ser “ganar–ganar”: México obtiene más inversión y empleo; EE. UU. y Canadá proveedores confiables y cercanos. También advierten riesgos: una negociación mal manejada podría endurecer reglas de origen o imponer nuevas restricciones. La alineación entre Plan México y la estrategia de negociación será crucial.
¿Puede México ser el “tigre de América”? Balance
Escenario optimista: ventaja geográfica y T-MEC; nearshoring en marcha; metas claras del Plan México; hoja de ruta empresarial para usar la revisión del T-MEC como palanca.
Escenario adverso: crecimiento muy bajo; inversión insuficiente y espacio fiscal reducido; incertidumbre regulatoria y política que puede frenar inversiones.
Veredicto: potencia con posibilidades, pero sin garantías
México tiene potencial para ser un gran hub industrial de Norteamérica. No hay garantía de que se convierta en el “tigre de América” o el “milagro del mundo”. El resultado dependerá de elevar inversión al 25–28% del PIB; mejorar seguridad, infraestructura, educación y Estado de derecho; y negociar bien la revisión del T-MEC 2026.
En resumen: el potencial existe, pero el desenlace está abierto. No puedo confirmar un “milagro asegurado”; solo un escenario posible si se cumplen condiciones exigentes.
Entre el sueño industrial y la tarea pendiente
El Plan México y el discurso del “tigre de América” plantean una visión: aprovechar cercanía con EE. UU., subir en valor agregado, fortalecer mercado interno y PyMEs, y convertir el T-MEC en plataforma de desarrollo. Pero la realidad económica —crecimiento débil, inversión limitada y tensiones comerciales— exige seriedad, transparencia y ejecución. Si México cierra la brecha entre discurso y datos, entonces podrá hablarse con fundamento de un “tigre de América”.


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