PILAR POLÍTICO | Álamos: entre la memoria y la antesala del arte

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PILAR POLÍTICO | Álamos: entre la memoria y la antesala del arte

Por Jesús Donaldo Guirado

Álamos clausuró el Festival de la Calaca con la pulcritud y el porte que le son inherentes. Las rúas empedradas del Pueblo Mágico se vieron henchidas de vida, ataviadas con flores y luces que, más allá del ornato, fueron reflejo de una comunidad que exuda identidad y memoria.

Durante tres días, del 31 de octubre al 2 de noviembre, la tradición permeó cada rincón. Concursos de catrinas, altares y una Catrina Monumental colosal —erigida cual emblema de la iconolatría popular— transformaron la Plaza de Armas en un epicentro de fervor cultural. El xantolo inaugural, acompañado de música, color y fervor, constituyó una apología a la vida y a la muerte, esa dualidad que, inexorablemente, define nuestro ethos mexicano.

Sin embargo, tras el ocaso de las festividades, comienza la cuenta regresiva hacia otro suceso de magnitud conspicua: el Festival Alfonso Ortiz Tirado (FAOT) 2026. El eco de los mariachis que clausuraron la Calaca no se extinguió, sino que anunció el preludio de una cita mayor, donde el arte, la voz y la sensibilidad volverán a fecundar las plazas y los portales del pueblo.

Del 23 al 31 de enero, Álamos será nuevamente escenario de una vorágine de talento y emoción. Entre los confirmados se encuentran Charles Ans, El Kakalo, Andrés Obregón, Erik y Mía Rubín, y Sergio Mayor. La profusión de estilos y generaciones promete una edición de amplitud irrestricta, donde lo local dialogará con lo nacional y lo universal.

En este contexto, la política cultural del sur de Sonora se presenta como un caso digno de sopesar. Mientras otras comarcas menguan en visión y recursos, Álamos consolida un modelo endógeno de promoción artística que, con discrecional equilibrio, entrelaza tradición y modernidad. No es azar ni simple artificio: es el fruto de una praxis institucional que entiende el arte no como ornamento, sino como columna toral del desarrollo social.

Hoy, bajo la égida del alcalde Samuel Borbón, Álamos ha revivido su magia pretérita. La gestión actual ha sabido reanimar el pulso cultural del municipio con magnánimo empeño, restituyendo a la “Ciudad de los Portales” su esplendor y su carácter insigne. Lo que otrora languidecía en la penumbra del olvido, hoy resplandece con vigor renovado, fruto de una administración que ha fincado su legitimidad en la promoción del arte, la cultura y el turismo con visión fecunda y proyección duradera.

El FAOT 2026 se cierne, pues, como la cúspide de esa revitalización. Si el Festival de la Calaca fue la evocación de la muerte, el FAOT será la celebración de la vida. Dos extremos que, en su aparente contradicción, hallan su intersubjetividad en la belleza y en la voluntad de un gobierno que ha decidido no claudicar ante la inercia, sino instaurar nuevamente la mística de Álamos.

Navojoa corre con propósito: la nobleza de una causa compartida

Alberto Elías Retes y el Club Rotario.- Carrera End Polio Now

Mientras en Álamos el arte fecunda la conciencia y la memoria, en Navojoa el espíritu comunitario se manifiesta a través de la acción y la solidaridad. El próximo 9 de noviembre, las rúas de la ciudad serán testigo de un gesto magnánimo: la Primera Carrera “End Polio Now”, una iniciativa del Club Rotario respaldada con beneplácito por el Gobierno Municipal, que busca unir al deporte con la filantropía bajo una sola consigna: correr por una causa.

El punto de partida será la Plaza 5 de Mayo, a las 7:00 a.m., donde centenares de navojoenses se darán cita para participar en las distancias de 3, 5 y 10 kilómetros, con una bolsa de premios superior a los 80 mil pesos. Pero más allá del incentivo económico, lo que subyace es la convicción de que el esfuerzo compartido puede trastocar realidades y fecundar esperanzas.

Todo lo recaudado será destinado al programa internacional “Pongamos fin a la polio”, una cruzada de alcance mundial que busca erradicar una enfermedad que, aunque pretérita en apariencia, aún se resiste a desaparecer en ciertos confines del planeta. En tiempos donde la indiferencia suele permear el ánimo colectivo, resulta asaz reconfortante ver cómo una comunidad se une en torno a una causa tan humana como universal.

El Gobierno Municipal ha anunciado premios en efectivo para reconocer el talento y la dedicación de los participantes en diversas categorías —absoluta, juvenil, máster e infantil—, con estímulos que oscilan entre los $1,000 y $5,000 pesos, además de una categoría especial destinada a la inclusión. Este gesto, más que un acto protocolario, evidencia una administración que no soslaya la importancia del deporte como instrumento de cohesión social y promoción de valores.

En una coyuntura donde los proyectos públicos suelen extraviarse en la burocracia o el artificio, la sinergia entre el Club Rotario y el Ayuntamiento navojoense merece ser destacada. Es menester reconocer que este tipo de alianzas son las que verdaderamente cimentan el tejido social, alejadas del proselitismo y ceñidas, en cambio, a la empatía y la cooperación.

Sonora: entre el arte que inspira y la voluntad que mueve

Festival de la Calaca en Álamos.- Un éxito

Álamos clausuró el Festival de la Calaca con la pulcritud y el porte que le son inherentes. Las rúas empedradas del Pueblo Mágico se vieron henchidas de vida, ataviadas con flores y luces que, más allá del ornato, fueron reflejo de una comunidad que exuda identidad y memoria.

Durante tres días, del 31 de octubre al 2 de noviembre, la tradición permeó cada rincón. Concursos de catrinas, altares y una Catrina Monumental colosal —erigida cual emblema de la iconolatría popular— transformaron la Plaza de Armas en un epicentro de fervor cultural. El xantolo inaugural, acompañado de música, color y fervor, constituyó una apología a la vida y a la muerte, esa dualidad que, inexorablemente, define nuestro ethos mexicano.

Tras el ocaso de las festividades, comenzó la cuenta regresiva hacia otro suceso de magnitud conspicua: el Festival Alfonso Ortiz Tirado (FAOT) 2026. El eco de los mariachis que clausuraron la Calaca no se extinguió, sino que anunció el preludio de una cita mayor, donde el arte, la voz y la sensibilidad volverán a fecundar las plazas y los portales del pueblo.

Del 23 al 31 de enero, Álamos será nuevamente escenario de una vorágine de talento y emoción. Entre los confirmados se encuentran Charles Ans, El Kakalo, Andrés Obregón, Erik y Mía Rubín, y Sergio Mayor. La profusión de estilos y generaciones promete una edición de amplitud irrestricta, donde lo local dialogará con lo nacional y lo universal.

En este contexto, la política cultural del sur de Sonora se presenta como un caso digno de sopesar. Mientras otras comarcas menguan en visión y recursos, Álamos consolida un modelo endógeno de promoción artística que, con discrecional equilibrio, entrelaza tradición y modernidad. No es azar ni simple artificio: es el fruto de una praxis institucional que entiende el arte no como ornamento, sino como columna toral del desarrollo social.

Bajo la égida del alcalde Samuel Borbón, Álamos ha revivido su magia pretérita. La gestión actual ha sabido reanimar el pulso cultural del municipio con magnánimo empeño, restituyendo a la “Ciudad de los Portales” su esplendor y su carácter insigne. Lo que otrora languidecía en la penumbra del olvido, hoy resplandece con vigor renovado, fruto de una administración que ha fincado su legitimidad en la promoción del arte, la cultura y el turismo con visión fecunda y proyección duradera.

Y mientras en Álamos el arte florece, en Navojoa se corre por una causa. Este 9 de noviembre, las rúas del municipio serán escenario de la Primera Carrera “End Polio Now”, organizada por el Club Rotario con el respaldo del Gobierno Municipal. Un evento que conjuga la competitividad deportiva con la filantropía, donde la energía del cuerpo se transforma en esperanza colectiva.

Con distancias de 3, 5 y 10 kilómetros, y una bolsa de premios que supera los 80 mil pesos, la carrera destinará todo lo recaudado al programa internacional “Pongamos fin a la polio”, que busca erradicar esta enfermedad del mundo. Más allá de los estímulos económicos, la verdadera recompensa será la conciencia compartida de haber contribuido, desde lo local, a una causa global.

El gobierno navojoense ha reconocido la importancia de este evento, otorgando premios y respaldo logístico, en un gesto que refleja una política social de proximidad y sentido humano. No se trata solo de fomentar el deporte, sino de instaurar una cultura del compromiso y la empatía, valores hoy tan urgentes como escasos.

Así, entre la música que resuena en los portales de Álamos y los pasos que vibran en las calles de Navojoa, Sonora reafirma su vocación dual: arte y acción, sensibilidad y solidaridad. Dos pueblos, dos latidos que confluyen en una misma narrativa: la de un sur sonorense que no claudica ante la inercia y que, desde la cultura y la comunidad, redefine su destino.

Porque mientras el arte inspira, la voluntad mueve. Y en esa conjunción de espíritu y esfuerzo se cifra la grandeza de nuestra tierra.

Así, mientras Álamos se alista para vibrar con el arte del FAOT, Navojoa corre con el corazón, demostrando que el sur de Sonora no solo exuda cultura, sino también humanidad. En ambos casos, la ciudadanía se convierte en protagonista: ya sea frente al escenario o sobre el asfalto, los sonorenses reafirman que el desarrollo no solo se mide en obras, sino en espíritu.

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