En un Sonora donde el desgaste del régimen se palpa en la conversación cotidiana y las calles resienten las fisuras del sistema, Pascual Soto emerge como un actor político que, sin partido ni candidatura, construye con paciencia y visión un nuevo andamiaje social. Sin ostentaciones y desde una trinchera ciudadana, el abogado y operador político sonorense reflexiona sobre la necesidad de vertebrar una alternativa real al modelo actual, y lo hace convencido de que el camino no está en los viejos acuerdos cupulares, sino en una revolución social más horizontal y auténtica.
A sus 37 años, Soto no se presenta como aspirante, pero tampoco se borra del tablero. Desde el análisis crítico y la participación estratégica, empuja un modelo de gobierno como el que hoy encabeza Antonio Astiazarán en Hermosillo, cuya gestión, según argumenta, representa una carta de presentación efectiva frente al centralismo y la inercia partidista que ha predominado en la entidad. Para Soto, el éxito no está en levantar una nueva sigla, sino en construir una causa compartida.
La entrevista transita entre diagnósticos agudos sobre la mediocridad de ciertos gobiernos municipales, cuestionamientos directos al poder actual y una clara apuesta por el trabajo como principal legitimidad política. Pascual habla sin ambages de Morena como un adversario fuerte pero vulnerable; uno que ha centrado su fuerza en el reparto de recursos, pero que flaquea donde más importa: los resultados.
No rehúye el tema de su futuro. Reconoce estar en un buen momento, cómodo en su ejercicio profesional y cercano a los liderazgos que podrían gestar una nueva correlación de fuerzas. Pero su mirada está puesta más allá de su nombre: está en la idea de articular un movimiento capaz de enfrentar, con organización y dignidad, el intento de perpetuación de un régimen que ya muestra grietas.
¿Cuál es tu estatus político en este momento?
El mismo que he comentado antes: participando en la construcción de una mejor ciudad, un mejor estado, un mejor país. Estoy tratando de impulsar una vertebración social distinta que aglutine buenos perfiles y conciencia ciudadana. La idea es motivar el tránsito de una sociedad civil activa a una sociedad más política, más involucrada en lo que sucede a su alrededor.
Se habla de que Morena ya tiene una decena de perfiles para el 2027. Uno de ellos es el alcalde de Cajeme. ¿Qué significa eso para la contienda que se avecina?
Creo que eso obligará, eventualmente, a contrastar modelos de gobierno. Lo que no se puede exportar es la mediocridad de una administración como la de Cajeme, que no ha sabido responder a su gente. Eso ya será decisión de las cúpulas de Morena. Pero lo que nos debe importar al resto de los sonorenses es que lleguen los mejores perfiles, más allá de partidos. Yo sigo promoviendo la idea de que Toño Astiazarán encabece ese proyecto en 2027. Su mejor carta es su trabajo al frente de Hermosillo.
¿Toño está coqueteando con algún partido político? ¿Se están acercando a él?
Yo lo veo más concentrado en gobernar bien. Y Hermosillo hoy tiene rumbo, eso no es casualidad. Es resultado de mucho trabajo, de romper inercias, de proponer soluciones reales. No creo que esté buscando ser candidato como tal, aunque llegará el momento de decidir. En lo personal, tengo amigos en todos los partidos, y con ellos busco construir, no dividir.
¿La oposición está condenada a perder Hermosillo? Hay fracturas internas y perfiles que generan divisiones.
No tengo una vida partidista activa, así que no puedo especular demasiado. Pero los partidos deben hacer su trabajo y lanzar a sus mejores cuadros. Faltan más de dieciocho meses, aún hay tiempo. Lo importante es posicionarse bien y generar confianza en la gente.
¿Se notará la ausencia del Toño en la boleta municipal? ¿La gente seguirá respaldando su proyecto sin él como candidato?
Toño deja una vara alta. Hermosillo avanzó en seguridad, movilidad, parques, electrolineras públicas, presupuestos participativos. Hay confianza en el gobierno municipal, y eso se refleja incluso en el sector privado. El programa de salud CRECES, el H Bus, las 300 patrullas eléctricas… nada de eso fue improvisado. Esos logros pesan, y quien quiera tomar el relevo debe entender el modelo y tener la capacidad para continuarlo.
¿Antonio Astiazarán es conocido fuera de Hermosillo? ¿Tiene presencia en el resto del estado?
Sí lo conocen, y valoran su estilo de gobierno. En Navojoa, por ejemplo, ven con buenos ojos el transporte gratuito para estudiantes. En Nogales admiran el programa de paneles solares. En Etchojoa aprecian los servicios médicos itinerantes. Esas ideas ya están generando eco en todo Sonora.
Si Toño se lanza por la gubernatura, ¿a quién tiene que vencer: a Lamarque o a la marca?
A la marca. Morena es una estructura que, más allá del candidato, opera bajo un mismo libreto, con resultados muy pobres. El Congreso local funciona como oficina de partes, los diputados federales no destacan. Muchos gobiernos municipales están hundidos en la mediocridad. El reto es presentarle a Sonora una alternativa real de gobierno, una que sí sepa cómo enfrentar problemas como la inseguridad, la salud o el transporte.
¿Qué tipo de personas deberían sumarse al proyecto de cambio que tú visualizas?
Todos los que quieran construir algo mejor. No se trata de esperar a que un partido derrote a otro, sino de articular una nueva revolución social desde abajo. Lo vimos en Hermosillo con la defensa de la vivienda social: la gente se organizó, formó comités y actuó. Necesitamos eso, una ciudadanía activa, organizada y decidida.
¿Los partidos se van a imponer de nuevo? ¿Acapararán las candidaturas aunque haya mejores perfiles ciudadanos?
Eso dependerá de la sociedad. Si queremos candidatos con capacidad y compromiso, tenemos que exigirlos. Los partidos pueden hacer su chamba, pero esto va más allá de siglas. Se trata de construir un vehículo que tenga causas reales y una visión clara del Sonora que queremos.
Hermosillo podría convertirse en una pieza clave en la elección. ¿Toño entregará la plaza si decide competir?
Si Toño es candidato, no va a entregar nada. Él sabe lo que implica esta contienda. Querrá que quienes lo acompañen sean los más competitivos y capaces. No hay espacio para improvisar.
¿Es posible mantener la alcaldía con la marca actual?
Sí, absolutamente. Un buen gobierno deja huella. Quien entienda y continúe este modelo tendrá serias posibilidades de ganar.
¿Debe ser una cara nueva o un viejo conocido?
Debe ser alguien con capacidad, honestidad y visión. Personalmente creo que necesitamos una nueva generación política. Algo distinto a lo que representa Morena hoy.
¿A tus 37 años no has pensado en postularte tú mismo a la alcaldía?
Me interesa ser útil. Estoy concentrado en construir, en aportar desde donde me toca. Si en algún momento se da la posibilidad, será porque es coherente con lo que he venido haciendo. Pero no busco una candidatura por sí misma.
Tienes amigos en todos los partidos. ¿Eso te vuelve un posible articulador, alguien que pueda unir en lugar de dividir?
Tal vez. Agrupar depende de la capacidad de convencer, de presentar un buen proyecto. Estoy concentrado en eso: en construir una nueva organización, un modelo diferente que pueda aportar a los proyectos que vengan.
¿Hermosillo seguirá votando por Toño si decide buscar la gubernatura?
Creo que sí. El ciudadano valora los resultados. En un país tan violento, Hermosillo ha mejorado en seguridad. Hay programas insignia, innovadores, y eso genera confianza.
¿Cómo ves a Toño en esta segunda etapa de su gobierno?
Lo veo bien. Enfocado, sin distracciones. Sigue generando resultados diferentes: camiones eléctricos para basura, paneles solares para el agua, ahorro energético. Esos logros serán su carta de presentación.
¿Y tú? ¿Cómo te ves rumbo al 2027?
En un buen momento. Mi familia y mi trabajo van bien. Me veo construyendo contrapesos, participando en una nueva revolución social si se presenta la oportunidad. Tengo la convicción de aportar, desde donde sea, para lograr un Sonora mejor.
¿Te llama la atención participar en alguno de los nuevos partidos políticos que están surgiendo?
Estoy al tanto, en comunicación con varios de esos esfuerzos. Pero lo veo más desde lo local. Los grandes cambios vendrán desde las regiones, desde liderazgos que se pongan de acuerdo para enfrentar el régimen actual. La clave no está en las grandes estructuras, sino en las causas reales que seamos capaces de levantar.
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