- “No se puede cuidar lo que no se ama, así que trabajar en el amor por tu ciudad implica mucho esfuerzo, pero sobre todo voluntad. Basta con decir ‘quiero’ para empezar. Así lo vamos a lograr, sumando voluntades y recordándole a cada persona que Hermosillo también es su responsabilidad, que el cambio empieza con una decisión tan sencilla como esa.”
- “Hermosillo ya grita. Esto ya no es solo una denuncia, es un estilo de vida. Todos debemos subirnos a este barco, porque el aire está tan contaminado que ya se han detectado microplásticos. La ciudad ha crecido tanto que si no damos un paso atrás… ya no habrá vuelta atrás.”
Por Milton Guirado
Patricia Montes comenzó su lucha ambiental por una razón profundamente personal: la salud de su hijo. Tras una grave neumonía, el médico le advirtió que evitara exponerlo al humo. Al mudarse al norponiente de Hermosillo, lo primero que vio fue una nube negra sobre su colonia. Ese fue el detonante que la llevó a investigar y descubrir una red de ladrilleras quemando basura, lotes baldíos convertidos en focos de contaminación y un sistema de recolección irregular que operaba sin control.
Desde entonces, su lema ha sido claro: “Nuestro derecho a respirar un aire limpio.” Con esa convicción, fundó el Colectivo Ambientalista de Sonora, una red ciudadana que ha logrado poner el tema sobre la mesa. Aunque no ha sido fácil, asegura que lo más valioso ha sido lograr el despertar ciudadano. “Antes, la gente ni siquiera sabía que era ilegal quemar basura. Hoy ya se denuncia, ya no estamos en silencio”, afirma.
Una de las principales críticas de Patricia es hacia la forma en que tanto autoridades como ciudadanos han normalizado la contaminación. “Las campañas que culpan a la gente, como ‘cochinón, tú eres el culpable’, solo dañan. Y del otro lado, el ciudadano se victimiza y se acostumbra. Pero ya no podemos vivir así, sin esperanza”, dice. Su esfuerzo se enfoca en tocar corazones y recuperar esa conexión con la ciudad, porque, como insiste, “esta es tu ciudad, tú vives aquí, no el gobernador.”
Patricia ha enfrentado resistencia, burocracia e indiferencia por parte de muchas instituciones. Sin embargo, no se rinde. “No sé quién debe actuar, pero mis pulmones ya no aguantan”, dice con firmeza. La clave para avanzar, asegura, es entender que este no es un tema político, sino una necesidad urgente. “La vida y la salud son nuestro primer derecho”, recalca.
¿Cómo empezó tu lucha ambiental?
Todo comenzó cuando mi hijo salió del hospital tras una neumonía grave. El doctor me dijo que evitara exponerlo al humo, pero al mudarnos al norponiente, lo primero que vimos fue humo negro. Ahí me di cuenta del problema ambiental en la zona.
¿Cómo nace el Colectivo Ambientalista de Sonora?
Después me enfermé y empecé a investigar. Descubrí que estábamos rodeados de ladrilleras que quemaban basura. Me dediqué a documentar todo y entendí que la responsabilidad es compartida: tanto de autoridades como de ciudadanos.
¿Cuál ha sido el mayor reto?
Creí que bastaba con presentar una denuncia, pero el proceso es lento, lleno de trabas y falta de voluntad. Aun así, me mantiene firme la esperanza de que hay autoridades con corazón.
¿Qué tan grave es el problema del aire en Hermosillo?
Es muy grave. Ya se detectan microplásticos en el aire y la contaminación se parece a la del DF. Si no cambiamos, el calor extremo y el aire tóxico nos alcanzarán en pocos años.
¿Por qué sigue tan normalizado tirar basura o quemarla?
Nos acostumbramos y perdimos la esperanza. Las campañas culpan al ciudadano y no motivan. Por eso trabajo en recuperar la conexión con la ciudad y recordarle a la gente que este problema también es suyo.
¿Cómo ha sido el apoyo del gobierno?
Hay desconocimiento y burocracia. Las autoridades no sabían que la gente ya estaba denunciando. No se trata de buscar culpables, sino de actuar, porque nuestros pulmones ya no aguantan.
¿Qué hace el colectivo para mejorar?
Despertamos conciencia: difundimos, denunciamos y limpiamos. También tengo un plan piloto que necesita apoyo institucional. Queremos dignificar nuestras colonias olvidadas, porque la salud es un derecho.
¿La comunidad se está involucrando?
Sí. En el grupo “Ciudadanos Vigilantes” ya saben cómo denunciar. Todos los días documentamos. Aunque no siempre hay resultados, dejamos evidencia y seguimos presionando.
¿Qué urge atender?
Hay que empoderar al ciudadano. Si un lote no se limpia, la comunidad debería convertirlo en espacio útil. También urge regular a los recolectores informales. Proponemos empezar en una colonia y replicar lo que funcione.
¿Qué falta para respirar aire limpio?
Necesitamos que el gobierno vea “el otro Hermosillo”: el de la periferia llena de escombros. No basta con embellecer el centro. Faltan inspecciones, pavimentación y un verdadero compromiso desde arriba.
¿Cómo puede ayudar la gente?
Denunciando. Aunque creas que no sirve, sí lo hace. Si ves humo, llama al 911. Si puedes limpiar, hazlo. Necesitamos voluntad de todos los niveles. Yo ya hago mi parte, ahora necesito respaldo.
¿Qué papel tienen los jóvenes?
Tienen energía y tiempo para cambiar su entorno. Los invito a enamorarse de su ciudad y dejar huella. Sus ideas y fuerza son necesarias para transformar Hermosillo.
¿Qué mensaje quieres dejar?
No se puede cuidar lo que no se ama. Empecemos por querer nuestra ciudad. No necesitas saber mucho, solo tener ganas de actuar. Así se construye el cambio.
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