Los Tampa Bay Rays cancelaron la construcción de su nuevo estadio en St. Petersburg, Florida, debido a retrasos en la financiación y al impacto de huracanes, anunció su propietario, Stuart Sternberg. La decisión pone en duda el futuro del equipo en la región.
“Tras una cuidadosa deliberación, hemos concluido que no podemos seguir adelante con el proyecto en este momento”, declaró Sternberg, señalando que una serie de imprevistos desde octubre llevaron a esta difícil determinación. A pesar de esto, aseguró que el equipo sigue comprometido con encontrar una solución que beneficie tanto a la organización como a la comunidad.
El equipo tiene contrato para jugar tres temporadas más en el Tropicana Field después de que el estadio sea reparado, tras sufrir daños significativos por el huracán Milton. Más allá de eso, su permanencia en la Bahía de Tampa sigue siendo incierta. La MLB reafirmó su compromiso de mantener a los Rays en la región y continuará trabajando con funcionarios locales para encontrar una solución viable a largo plazo.
El plan original incluía un estadio con capacidad para 30,000 personas como parte de un ambicioso proyecto de revitalización de 6,500 millones de dólares en el Distrito Histórico de la Planta de Gas. La propuesta había sido bien recibida y las agencias gubernamentales locales aprobaron la venta de bonos para financiar su parte del costo. Sin embargo, los Rays no lograron cumplir con los requisitos financieros antes del plazo del 31 de marzo, lo que llevó a Sternberg a frenar el proyecto.
El alcalde de St. Petersburg, Ken Welch, impulsor del plan “Aquí para Quedarse” para asegurar la permanencia del equipo en la ciudad por otros 30 años, calificó la noticia como “decepcionante pero no inesperada”. Además, dejó abierta la posibilidad de que los Rays sean vendidos, señalando que si surge un nuevo propietario dispuesto a cumplir con los acuerdos y compromisos comunitarios, se considerará una nueva alianza para mantener el béisbol en la ciudad.
Mientras tanto, los Rays jugarán la próxima temporada en el Steinbrenner Field de Tampa, sede de entrenamiento de los New York Yankees, mientras se evalúan posibles soluciones a largo plazo. La MLB y la organización podrían aprovechar esta oportunidad para medir el interés de los aficionados y determinar el potencial de la ciudad como sede futura del equipo.
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