Por Luis Fernando Heras Portillo
Desarrollador de negocios internacionales
Parece que tendremos que aplicar aquel viejo dicho: donde pongo el ojo, pongo la bala. Donald Trump nos trae del tingo al tango, jugando con negociaciones temporales. Imagínese que cada mes nos esté pateando el bote o aplazando sus medidas, lo cual, en apariencia, le da oxígeno a México. Pero ahora nos pone el 2 de abril como nueva fecha, cuando antes nos había dado el 4 de marzo para aplicar los aranceles.
Sus declaraciones son tan cambiantes que un día dice una cosa y al siguiente otra, por lo que podríamos asumir que hemos ganado tiempo. Pero ese no es el punto.
¿Dónde está realmente poniendo el ojo Donald Trump? ¿Y dónde quiere poner la bala? En lograr que las grandes corporaciones con inversión norteamericana o de aliados de EE.UU. que están en México, en especial las automotrices, se vayan a los Estados Unidos a toda costa.
Lo que estamos viendo es una especie de nearshoring al revés. En lugar de que las empresas vengan de Asia a México para hacer negocios como socios dentro del T-MEC, Trump parece querer comerse el mercado, absorber la inversión extranjera directa y hacer que las empresas del nearshoring se establezcan directamente en EE.UU.
Ojo con los francotiradores de la política y los negocios. Trump es un cazador con gran visión estratégica y un garrote tremendo que, zarpazo a zarpazo, puede lograr que muchas compañías que ya están instaladas en México, como las automotrices o incluso tecnológicas como Apple, terminen trasladándose a EE.UU. Si logra su objetivo, ganará en todos los frentes. ¿Qué haremos los mexicanos con una ola de desempleo y naves industriales abandonadas en el país si sus tiros de sniper dan en el blanco?
Los grandes capitales norteamericanos que están en México están siendo presionados para relocalizarse en EE.UU. Es una decisión que se toma en las cúpulas empresariales de los gigantes multinacionales con sede en EE.UU., y, aunque el costo de producción en su país sea más alto, el beneficio para la economía estadounidense sería inmediato: una derrama económica masiva, nuevas inversiones y un brutal movimiento de capitales que fortalecería a EE.UU. y seguido, lo anterior nos dejaría muy limitados en Inversión Extranjera Directa.
En mi opinión, la relocalización de empresas hacia Estados Unidos en lugar de México puede tener varias implicaciones importantes.
Aquí te presento cuatro puntos clave sobre la importancia de esta tendencia y sus repercusiones:
- Costos de Producción y Logística:
-Las empresas pueden buscar reducir costos logísticos al estar más cerca de sus mercados principales en EUA, lo que puede optimizar la cadena de suministro.
-Repercusiones: Un traslado de empresas norteamericanas de México a EUA podría incrementar los costos de producción en el corto plazo, afectando la competitividad de estas empresas si sus costos aumentan y no pueden transferir esos costos al consumidor.
- Condiciones Laborales y Regulaciones:
– Importancia: Las empresas pueden optar por trasladarse a EUA debido a un entorno regulatorio más favorable o por condiciones laborales que se alinean mejor con sus políticas corporativas.
– Repercusiones: Si muchas empresas norteamericanas se trasladan a EUA, esto podría resultar en una reducción de empleos en México, afectando la economía local y aumentando la tasa de desempleo en sectores dependientes de estas industrias.
- Incentivos Gubernamentales:
-EUA puede ofrecer incentivos fiscales y subsidios para atraer inversiones, lo que puede ser un factor decisivo para las empresas que consideran relocalizarse.
-Esto podría llevar a una competencia desleal entre los países, donde México podría perder inversiones significativas, debilitando su atractivo como destino para la manufactura y otros sectores.
- Impacto en la Innovación y Desarrollo:
-La relocalización puede fomentar un entorno más innovador en EUA, donde las empresas pueden beneficiarse de un ecosistema tecnológico más desarrollado.
-El traslado de empresas puede desacelerar el desarrollo económico en México, limitando las oportunidades de innovación y crecimiento en sectores donde estas empresas operaban, lo que podría llevar a una menor inversión en investigación y desarrollo en la región.
Desafortunadamente para México, la relocalización de empresas hacia EUA puede ser un indicador de cambios en la economía global, pero también tiene repercusiones significativas para México, ya que puede afectar el empleo, la competitividad y la inversión en ambos países. EL PLAN MÉXICO RECIENTEMENTE PRESENTADO POR LA PRESIDENTA SHEINBAUM PODRÍA SUFRIR UN DURO GOLPE INCLUSO ANTES DE INICIAR ACCIONES CONCRETAS….
Es crucial ver el panorama completo y no solo enfocarnos en uno, dos o tres árboles. Hay una estrategia detrás de todo esto y, desafortunadamente, México tiene pocas opciones más allá de seguir negociando y buscando alternativas con inteligencia y tiempo. Ojalá se detengan estas estrategias específicas, como las que ya están afectando a Honda, Nissan, Chevrolet y Ford. La maniobra es clara: “No se preocupen, no les aplicaremos aranceles… pero si no quieren que se los pongamos, vengan a EE.UU. Aquí no hay aranceles porque es su casa”.
Ese es el verdadero fondo de todo, más allá de las formas y de las llamadas telefónicas de negociación. Lo que realmente está en juego es el regreso del capital norteamericano a EE.UU. Y sin duda, eso podría ser demoledor para México.
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