Por Salvador Plata
24 de Octubre.- El presbítero Marcelo Pérez Pérez, 51 años, fue asesinado en San Cristóbal de las Casas el pasado domingo después de recibir varios impactos de bala dentro de su camioneta.
Según diversas fuentes, el sacerdote conducía una furgoneta blanca y viajaba solo cuando salía de la misa de siete para continuar los oficios en la parroquia de Guadalupe.
El cura Marcelo Pérez era un reconocido defensor de derechos humanos en la comunidad y había denunciado la violencia ligada al narcotráfico. Desde hace unos meses Pérez Pérez tenía conocimiento acerca de que su activismo con las comunidades marginadas y su rol como mediador estaba causando incomodidad entre los grupos de poder y bandas criminales que operan en la región de Los Altos de Chiapas, en el sureste de México.
En una entrevista hecha por el diario El Heraldo de Chiapas Pérez Peréz dijo “He luchado en contra de las injusticias, luchamos por la paz, en Simojovel le pusieron precio a mi vida”
Pese a ser México considerado un país católico, los sacerdotes son objetivo cotidiano de las balas en México, porque suelen tener el rol de mediadores en las crisis de violencia acercándose peligrosamente a los criminales, que no siempre acaban respetando la neutralidad que se atribuye al oficio del sacerdocio en estos conflictos.
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