Adiós Vaquero: AMLO concluye su etapa de conferencias mañaneras | Editorial

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Adiós Vaquero: AMLO concluye su etapa de conferencias mañaneras | Editorial

Por David Guirado

Este viernes, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ofreció su última conferencia mañanera, cerrando una etapa clave de su presidencia. A solo días de entregar el poder a Claudia Sheinbaum, el presidente concluyó este espacio que definió su relación con los medios y con los mexicanos. Desde 2018, las mañaneras han sido el foro diario donde AMLO informaba sobre su gobierno y respondía a las preguntas de los reporteros, bajo su concepto de transparencia y rendición de cuentas.

López Obrador, afirmó que, aunque él se retira, las mañaneras seguirán. Claudia Sheinbaum, su sucesora, ha confirmado que mantendrá este formato, comenzando cada día a las 7:00 a.m. Antes de dejar el cargo el próximo martes, AMLO se despedirá oficialmente en un convivio con los periodistas.

La conferencia mañanera fue presentada como un ejercicio innovador de rendición de cuentas y transparencia. Transmitida por diversos medios de comunicación, así como por plataformas digitales como YouTube, rápidamente se convirtió en un espacio esencial para la comunicación directa del presidente con la ciudadanía. Incluso, el gobierno mexicano recibió una placa de reconocimiento por la cantidad de visitas acumuladas en dicha plataforma.

Para López Obrador, las mañaneras eran una herramienta de comunicación directa con el pueblo. No obstante, varias organizaciones de derechos humanos criticaron que, en más de una ocasión, el presidente usó esta plataforma para descalificar a periodistas, activistas y opositores. Un ejemplo controvertido fue cuando reveló información personal de una reportera de The New York Times, después de que el medio publicara un reportaje sobre su posible vínculo con narcotraficantes durante su campaña.

El Tribunal Electoral sancionó al mandatario por utilizar las mañaneras como una herramienta para influir en los procesos electorales. En las elecciones de 2023, AMLO elogió a Sheinbaum y criticó a su opositora, Xóchitl Gálvez, lo que provocó más controversia sobre el uso del espacio presidencial para polarizar a la opinión pública.

El formato de las mañaneras no es algo nuevo para López Obrador. Entre 2000 y 2005, cuando fue jefe de Gobierno de la Ciudad de México, ya organizaba conferencias matutinas para interactuar directamente con la prensa. Esta estrategia consolidó su estilo cercano al pueblo, alejado de los protocolos rígidos, y fue algo que continuó al asumir la presidencia en 2018, con un formato inédito en la historia política mexicana.

Durante su mandato, López Obrador ofreció más de 1,400 mañaneras, con una duración promedio de dos horas y media, aunque algunas se extendieron más de tres horas. En todas ellas, AMLO permanecía de pie sin tomar agua, respondiendo preguntas y presentando informes, mientras los funcionarios y periodistas permanecían sentados. Este formato le permitió al presidente tener control sobre la narrativa mediática y la agenda política.

En su última mañanera, AMLO no pasó por alto uno de los temas más recientes: la decisión de Claudia Sheinbaum de no invitar al Rey Felipe VI de España a su toma de posesión. López Obrador criticó al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, por insinuar que él estaba detrás de dicha decisión. Calificó la insinuación como una falta de respeto hacia Sheinbaum, asegurando que ella toma sus propias decisiones.

Este incidente no es aislado, sino parte de una serie de tensiones diplomáticas entre México y España, que comenzaron cuando López Obrador exigió al rey una disculpa pública por los abusos cometidos durante la Conquista.

La despedida de Andrés Manuel de sus conferencias mañaneras marca el cierre de una etapa significativa en la política mexicana, caracterizada por un estilo de comunicación directo y poco convencional. Las mañaneras, que para AMLO representaban transparencia y rendición de cuentas, también estuvieron cargadas de polémica por su uso para descalificar a opositores y su influencia en la agenda política. Aunque López Obrador se retira de la vida pública, su legado seguirá presente a través de su sucesora, Claudia Sheinbaum, quien ha confirmado que continuará con este formato de conferencias diarias.

El reto para la nueva administración será mantener el equilibrio entre la comunicación efectiva y la responsabilidad de no repetir los excesos del pasado, como la polarización política y las intervenciones en procesos electorales. Sheinbaum deberá navegar en un escenario complejo, tanto interno como externo, y definir si su propio estilo podrá diferenciarse lo suficiente del de su antecesor, mientras enfrenta las expectativas generadas por la continuidad de esta herramienta. El uso que haga de las mañaneras será clave para moldear su imagen y relación con el público y los medios, en una nueva etapa política para México.

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