- Lo dejaría sin patrimonio pagar deuda que exige un abogado; recuperarán “La Carbonera”, dice el dirigente ejidal; resaltan corrupción del pasado; AMLO viene a despedirse y le agradecerán gobernador y alcaldesa
Agustín Rodríguez L.
GUAYMAS, Son. – Leí resolutivos del Juzgado Segundo de Distrito sobre la demanda del abogado Jesús Garza, para que el ejido San José de Guaymas le pague honorarios sobre juicios para recuperar suelos que por descuido –¿o a propósito? — fueron a manos de terceros.
Fue generoso el juez de la causa. No deslizó la guillotina sobre el cuello ejidal y le da oxígeno para arreglar las cosas en buenos términos, aunque supervisará con lupa todo acuerdo al que se llegue.
Validó el argumento de la llamada “excepción de oscuridad” para considerar que San José agotaría su patrimonio, si paga el acumulado hasta hoy que, dice el demandante, supera los 120 millones de pesos.
El abogado es Jesús Garza, harina del mismo costal, ejidatario en ese tiempo e hijo de ejidatario. También presidió el Comisariado Ejidal. Laboró profesionalmente para el ejido, cobró, no le pagaron y demandó. Ganó el juicio, pero amparo tras amparo impidieron el pago.
Esperaban el fallo final, pero el juez prefiere protegerlos con un arreglo final. La ley lo acepta, pero 120 millones de pesos es mucho y el ejido perdería casi todo su suelo, porque dinero no tiene para responder. Agotaría lo que le queda de su envidiable, mutilado y disputado patrimonio.
Lo otro, es modificar la ruta seguida por la ley y hoy sería el demandante quien deba cubrir gastos y costas del juicio al ejido, si la justicia se mantiene a su favor.
HISTORIA DE CORRUPCIÓN
El Ejido San José fue enterado que un juez omitió entrar al estudio del fondo de ese asunto, lo cual les es favorable, pero preocupa este acuerdo: “se absuelve de la instancia a la parte demandada y se le reservan los derechos a la parte actora, para que, de tenerlos, los haga valer en la vía y forma que corresponda”.
Es decir, si el cobrador del agravio tiene elementos, solo retrasa el duro golpe, pero la dirigencia actual de Alejandro Robinson mira la luz en el fondo del túnel con el resolutivo, porque, reconoce, “era la muerte del ejido. No hay capital para responder”.
Confía en el éxito de su lucha, pues es para recuperar lo malamente perdido y se tienen recursos legales para eso. En cuanto a la contraparte, está abierto a negociar. A ver.
Pero no solo eso los ocupa. Ahora van por “La Carbonera”, superficie junto a la carretera, frente al parque maquilero “Roca Fuerte”, en el norte que, enjuicia Robinson, “es una injusticia lo que se hizo”, el “cochinero” con el que le ganaron al ejido.
El cómo, es fácilmente deducible. Los dirigentes ejidales de la época se dejaron ganar. Perdieron por ausencia. Pero en charla de exposición de motivos ante sus compañeros, “El Pantera” –como es conocido el bravo dirigente actual–, expuso cómo resultaron “tremendamente beneficiados” esos directivos. Y tiene los pelos de la burra en la mano.
Lamentó que “ninguna mesa directiva nos ha dejado sentidos”. Explica: “son dueños de medio Santa Clara, de medio Lomas de Colosio, pese a que la ley dice que ningún representante de la mesa puede adquirir o hacerse de un centímetro de tierra”.
No tienen un centímetro, sino muchos. Mire: “el reglamento también dice eso, pero compraron, regalado, a 5 pesos el metro cuadrado”, y nombre por nombre da la cronología de expresidentes del Comisariado que heredaron problemas. Uno de ellos hasta “olvidó” pagar a Hacienda –el impago parece costumbre– 1.7 millones de pesos, que hoy agregan 400 mil pesos de recargo.
“Con estos amigos, para qué quieres enemigos”, dice Alejandro, quien se queja: “Y todavía dicen que no he hecho nada, cuando todo ha sido capotear broncas”.
SON 1, NO 50 HECTÁREA
Ahora van por “La Carbonera”, predio inadmisiblemente traspasado con datos que hablaban de 1 hectárea y, “de repente, por una asamblea que se sacó, la deslindaron y luego la perdimos en el tribunal agrario”. La magistrada a cargo vio el documento y rechazó entregarlo.
El ejido tiene la posesión y evitó que fuera cercado por particulares, pero quien hacía el reclamo “armó un escándalo. Casi nos agarramos a ch…s. Se puso bien bravo allí al lado del abogado y la autoridad”, narra el líder social, quien se atrinchera: pidieron ayuda oficial contra la embestida y llegarán a la misma Presidencia de la República que, reconoce, en este gobierno, ha dado mucho apoyo al sector social.
Dice que deberán tener cuidado, porque “también hay mucha gente metida en el gobierno que está interesada en eso”, y suelta el primer punto que califica de “cochinada”: “La Carbonera era una hectárea de presunta propiedad particular, pero se hace un procedimiento ´a modo´ y el documento ahora dice que son 50 hectáreas”.
“Imagínate: está a 1,600 pesos el metro y son 50 hectáreas… multiplícalo y te vas a dar cuenta por qué andan como buitres detrás de eso”, destaca el presidente del Comisariado. Es decir, el bien costaría al menos 800 millones de pesos. Y no podía venderse por ser de uso común.
Restaría hablar de lo recuperado por Garza y los “pendientes” dejados, como ventas a particulares “a peso el metro” cuando valían entre 100 y 300 pesos. Pero la historia es larga y el espacio corto.
Solo expongo el agregado de Robinson sobre su lucha por la entidad social que representa: “Sí, vamos a enfrentarnos a enemigos que le van a meter mucha lana. A ver cómo nos va. Pero no es posible que uno le gane a un ejido, así, con ese tipo de robo”.
AMLO SE DESPIDE
Llega a su última visita a Sonora como tal el presidente AMLO y con él, la presidenta electa, Claudia Sheinbaum. Entregarán obras y las que falten, seguirán de frente, como han confirmado.
De aquí seguirán a Sinaloa y Nayarit, y se acabó. El domingo no hay agenda oficial. El lunes en la noche entrega y, listo, se va a su hacienda de Chiapas.
El gobernador Durazo dará un gran discurso sobre lo mucho que ayudó a Sonora el que se va.
La alcaldesa Karla Córdova estará en la recepción en Vícam, pues es suelo de su Municipio y, dijo, lo saludará y agradecerá a nombre de los guaymenses por lo mucho que apoyó a la región, de lo cual hay evidencia clara, así que no necesita explicar mucho.
Y como los nuevos gobiernos son de continuidad, saldrán adelante los pendientes y los nuevos proyectos que también son muchos.
Al decir de la mayoría, le fue muy bien a Sonora, a Guaymas, aunque hay voces que disienten. Tienen derecho, como todo ciudadano.
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