Por David Guirado
En una ceremonia histórica celebrada en la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Claudia Sheinbaum Pardo recibió la constancia que la acredita como la primera presidenta electa de México. Tras varias impugnaciones a los resultados de la elección del 2 de junio, la morenista asumirá el cargo el próximo 1º de octubre, marcando un hito en la política nacional.
Durante su discurso de aceptación, Sheinbaum enfatizó la importancia del momento para las mujeres mexicanas. “Las mujeres podemos también tomar el rumbo de la nación en nuestras manos y en nuestra mente”, declaró, pidiendo ser nombrada como “presidenta” con “a”. Subrayó que este triunfo no es individual, sino colectivo, recordando a figuras históricas como Leona Vicario, Josefa Ortiz y Sor Juana Inés de la Cruz. “Llegamos todas”, afirmó con convicción.
La presidenta electa también destacó la necesidad de respetar y continuar el legado del actual mandatario, Andrés Manuel López Obrador. “Durante toda la campaña aseguré que el Humanismo mexicano son los principios con los que ha gobernado el presidente”, señaló, asegurando que su administración trabajará bajo el lema “por el bien de todos, primero los pobres”.
Sheinbaum anunció una serie de proyectos prioritarios que reflejan su compromiso con la justicia social y la igualdad. Entre ellos, la instauración de un programa para mujeres de 63 y 64 años, la beca universal para niños de educación básica pública y un programa de salud casa por casa. Además, se comprometió a impulsar planes de justicia para pueblos originarios y afromexicanos, y a garantizar el derecho humano al agua mediante obras estratégicas.
En materia educativa, declaró: “El Estado tiene la obligación de dar la mejor educación”, anunciando la eliminación del Usicamm y la creación de un nuevo programa centrado en los profesores, así como la apertura de nuevas escuelas de nivel medio y superior.
Sheinbaum también se refirió a la necesaria reforma del sistema judicial, asegurando que “la elección de los ministros, magistrados y jueces es un mandato popular”. Prometió trabajar para que haya independencia en el Poder Judicial y se elimine la corrupción, fortaleciendo así la democracia en el país.
La ceremonia contó con la presencia de destacados miembros de la política nacional, entre ellos gobernadores, futuros miembros del gabinete y representantes de las Fuerzas Armadas. El evento concluyó con Sheinbaum entonando por primera vez el himno nacional como presidenta electa de México.
La llegada de Claudia Sheinbaum a la Presidencia representa un avance significativo en la igualdad de género y plantea nuevas expectativas en la política mexicana. Como la primera mujer en ocupar este cargo, su liderazgo será observado de cerca, y su administración enfrentará desafíos complejos. Su enfoque en la justicia social y la continuidad del proyecto de la Cuarta Transformación serán factores clave para evaluar el impacto de su gobierno en los próximos años.
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