Por Luis Fernando Heras Portillo
“Darle la vuelta a la página” es un dicho común, simple y llano, pero imprescindible en cualquier aspecto de la vida humana. En el contexto político y empresarial, este dicho cobra un significado profundo y relevante, especialmente cuando un país como México transita hacia una nueva administración. Es precisamente esto lo que los empresarios mexicanos están haciendo al declarar que están listos para trabajar con el nuevo gabinete, encabezado por Claudia Sheinbaum, la presidenta electa de México. Esta actitud refleja una madurez y un compromiso con el progreso y la estabilidad del país.
Las elecciones son un proceso fundamental en cualquier democracia. Representan un esfuerzo colectivo de los ciudadanos para ser representados en los cargos públicos. México, con su robusta democracia, ha demostrado una vez más su capacidad para llevar a cabo un proceso electoral pacífico y ordenado. Con la elección de Claudia Sheinbaum como presidenta y la renovación de gobernadores en ocho estados, así como la elección de 300 diputados federales y senadores en los 32 estados del país, se abre un nuevo capítulo en la historia política de México.
Los líderes del Consejo Coordinador Empresarial, de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), de la industria de la construcción, de la Asociación de Hidrógeno y de desarrolladores inmobiliarios han expresado su disposición para trabajar con el nuevo gabinete. Este gesto no solo es un signo de buena voluntad, sino también un reconocimiento de que el éxito del país depende de la colaboración entre el sector público y el privado. La declaración de estar “listos para trabajar” con el nuevo gabinete refleja una actitud proactiva y constructiva.
Es crucial no caer en la tentación de generalizar los problemas o desacuerdos que puedan surgir durante el proceso de transición. La democracia representativa es cíclica y temporal, y como tal, debe ser respetada y entendida. Los cambios de administración y de legislatura son naturales y necesarios para la evolución política de cualquier nación. Sin embargo, es importante recordar que, incluso dentro del mismo grupo político que gana las elecciones, pueden existir discrepancias y diferencias de opinión.
Un ejemplo notable es el caso de Gerardo Fernández Noroña, un político polifacético que, a pesar de su carrera en el partido gobernante, ha expresado su descontento por no ser considerado para liderar alguna de las cámaras legislativas. Sin embargo, la capacidad de diálogo y negociación, demostrada por la presidenta electa al reunirse con él, es una señal positiva de que las diferencias pueden ser gestionadas de manera constructiva.
El nuevo gobierno federal, tanto en el poder ejecutivo como en el legislativo, enfrenta enormes desafíos. Los compromisos públicos expresados por Claudia Sheinbaum son numerosos y complejos. Al revisar sus 100 compromisos iniciales, resulta evidente que muchos de ellos son generales y difíciles de comprender sin un marco presupuestario claro. Esto subraya la importancia de una planificación detallada y meticulosa.
Un principio básico de la administración pública es la planificación. Es fundamental planificar, organizar, ejecutar, controlar y evaluar cada paso del proceso administrativo. Este ciclo debe repetirse continuamente para asegurar una gestión eficaz y eficiente. El nuevo equipo de transición debe considerar seriamente un redimensionamiento de la estructura orgánica de la administración pública federal. Esto incluye tanto la administración pública central, que depende directamente de la presidencia, como los organismos públicos descentralizados y los órganos autónomos.
Fusionar dependencias, ajustar niveles de confianza y reducir el tamaño de ciertas estructuras administrativas son pasos esenciales para evitar el exceso de gasto y mejorar la eficiencia. Además, es crucial identificar qué dependencias y organismos son realmente útiles para los objetivos de un México moderno y cuáles no lo son. Esta racionalización debe llevarse a cabo con frialdad e inteligencia, siempre con el objetivo de servir mejor a la ciudadanía.
El compromiso del sector empresarial con el nuevo gobierno es vital. Los empresarios mexicanos han demostrado estar dispuestos a colaborar y a apoyar los proyectos de la nueva administración. La inversión extranjera directa, el nearshoring y la inversión nacional directa son aspectos fundamentales que pueden impulsar el desarrollo económico del país. La cúpula empresarial mexicana se compromete a trabajar conjuntamente con el gobierno para alcanzar estos objetivos.
“Darle la vuelta a la página” no es solo un dicho, es una necesidad imperativa en la política y la administración pública. México enfrenta un momento crucial en su historia, y es esencial que todos los actores involucrados, tanto del sector público como del privado, trabajen de manera conjunta y coordinada. La nueva administración, encabezada por Claudia Sheinbaum, tiene una gran oportunidad para implementar reformas profundas y significativas que pueden transformar el país.
Es el momento de mirar hacia adelante, de planificar con cuidado y de actuar con decisión. La colaboración y el compromiso de todos los sectores de la sociedad son fundamentales para el éxito de esta nueva etapa. México tiene el potencial de avanzar y prosperar, y con un esfuerzo conjunto, puede lograr grandes cosas.
La transición hacia un nuevo gobierno es siempre un momento de incertidumbre y expectativa, pero también es una oportunidad para renovar y revitalizar el país. Es hora de darle la vuelta a la página y comenzar a escribir un nuevo capítulo en la historia de México, uno lleno de esperanza, progreso y colaboración.
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