- MC saltó de 3 a 18 puntos en las preferencias, dice Jaramillo; el frente PRI-PAN-PRD minimiza a la marca; Otto se cuece aparte; volverá el tren, dice Ramón Flores a Empalme; Sebastián convive y recuerda al viejo San José de Guaymas
Agustín Rodríguez L.
GUAYMAS, Son. – Fernando “El Chino” Verdugo, de La Cantera, buen pescador y un prodigio con el guante y al doblar hacia primera en su ya no tan cercana juventud, narraba sobre un prospecto llegado al “Ostioneros” de Guaymas y, en la primera semana, acumulaba 5 “jomrones” y muchas carreras producidas al elevar por encima de las 300 milésimas su porcentaje de bateo.
Los magnates del equipo en aquellos 60´s del pasado siglo, lo vieron como quien acercaría a su sexta corona al club más representativo en el béisbol de invierno de la Liga del Pacífico. Todos los cronistas desde José Luis Enríquez, Jorge su hermano, Moreno Quijas y el “Chavalón” Hiram Ortega, querían entrevistarlo.
Avivado nuestro interés, quisimos saber qué pasó con él: “pues nada, que hasta allí llegó, no pegó ni uno más”, lamentaba Fernando con sorna en una de sus inigualables charlas de domingo por la tarde en una esquina del tradicional barrio del cual tengo gran cantidad de recuerdos, de infancia, amores y amigos que se han quedado tan lejos, como reza la bellísima canción que nos induce a la nostalgia, del gran Alberto Cortez.
La anécdota la recordé al ver el rostro del panista que entusiasmó a prianistas y perredistas de esa mezcla imposible de agua con aceite, Javier Dagnino, el ex “espía” del padrecismo desde el programa C-4 que, presuntamente, operaba la inteligencia contra el delito, pero fue descobijado como herramienta para doblar adversarios políticos.
Dagnino pierde el aprecio de media centena de seguidores espontáneos del proyecto de la alianza por Guaymas, esperanzados en el poco probable triunfo que les devuelva el poder arrebatado por Morena. Y lo sabe. Supo que no entiende a la gente local y confundió con empleados a quienes le ofrecieron llevarlo por el buen camino electoral.
Con los ademanes obvios, esos seguidores frustrados lamentan el tiempo perdido por actitudes típicas de este tipo de políticos en esa ruta errática de cada día. Hasta sacan trapos al sol, como esos de tener a auxiliares traídos de Hermosillo y comunidades serranas durmiendo en casas prestadas en los suburbios y comiendo “burritos” de frijol, mientras el candidato pernocta en hoteles caros donde come “tibón”.
Se quiso colgar de la campaña municipal, pero el candidato a alcalde no le invierte, por eso el aspirante a diputado federal por el 04 de esa alianza incumplió en el pago a quienes le pintaban bardas y colgaban pendones. A ver con qué les sale a quienes le prestaron carro y oficina.
Alguien citaba que sus patrocinadores le retiraron el apoyo ofrecido y él, explican los que dicen conocer de esto, tiene dinero, pero ya está en su bolsa y no le invertirá a la campaña, esa aventura sin garantía a la cual lo comprometió el PAN.
Esta semana se le vio “de remate”. Ha de ser por la muy clara explicación de Alán Jaramillo, el experto en temas electorales que se cansó de orientarles a hacer un buen trabajo –pueden ganar, pero no tienen actitud de triunfo, lamenta–, y los puso más cabizbajos al citarles números durante uno de los desayunos “a la gringa” a los que invita el “durazno” Dagnino.
Jaramillo, estratega electoral contratado por “Manuelito” Aguilar para su proyecto “nuevo” de Movimiento Ciudadano, les dijo que MC saltó en 15 días de 3 a 18 puntos en la preferencia electoral y que la candidata del morenismo a reelegirse, Karla Córdova, “se desfondó”.
De Rogelio Sánchez, candidato de PRI-PAN-PRD alcalde, dice lapidario que “nomás no prendió”. Y fue demoledora la respuesta sobre el Dagnino del cuento: “hizo un buen arrancón, pero tampoco prendió”, con el añadido de que “no trae nada en la bola”.
Nadie tocó el tema del candidato a diputado local por esa triple alianza oleohídrica, Otto Claussen, quien juega aparte. Si acaso, alguien aludió a videos producidos con ocurrencias afines a la cultura popular y “han pegado”, reconocen, con el mismo entendimiento de que el exdiputado local, exalcalde y fallido aspirante a diputado federal, tiene posibilidades porque no está en la misma órbita de quienes “no levantan”.
Y si la historia se hace presente, parece persistir el choque del exalcalde contra quien desde el C-4 lo espió y usó información para entramparlo en presuntas cuentas mochas durante su trienio, ese “coco” que seguramente se vuelve pesado lastre cuando se lo recuerdan en los barrios.
La audiencia pidió analizar las cosas y “ahora sí”, pensar en serio, porque van contra candidatos de Morena o aliados que podrían no gozar de la simpatía popular –algunos nadie los conoce, caso de la actual diputada por Empalme, de cuyo nombre no puedo acordarme–, pero enfrentan la marca, aun muy fuerte en ese horizonte electoral que siguen evaluando mal “los de siempre”.
En pocos días se sabrá más de la estrategia de MC y cómo subió tantos puntos. Si la numerología jaramillista es real, entonces el 2 de junio triunfará “Manuelito” Aguilar, de quien el morenismo asegura, permanece en los 3 puntos del estancado partido.
VOLVERÁ EL TREN
También el petista Ramón Flores, candidato a diputado federal por el 04 Distrito aliado con Morena, trae esperanza a los Empalmenses de que regresará el tren de pasajeros que alguien nos quitó afectando de una manera solo entendida por quienes perdieron un medio de transporte para ellos accesible.
Lo dijo en Empalme: “a pesar de que la oposición no apoya el proyecto para que el ferrocarril brinde nuevamente el servicio de pasajeros, éste será una realidad en los próximos meses”.
Ojalá. La función social –y negocio también—que representa es muy útil al país, pero hoy solo beneficia a unos cuantos.
Y otro petista, en campaña para reelegirse como diputado por el 13 Distrito local, Sebastián Orduño, paseó junto con su suplente María Jesús Delgado, con la gente de San José de Guaymas.
Hablaron el idioma, pues Orduño desciende de ganaderos y agricultores reconocidos en el área y lo recordaron disfrutando el delicioso café de talega, tras hervir el agua en la fogata de leña en la cafetera de peltre azul con puntos blancos, “narizona, como don Manuel”, dijo Ignacio, su interlocutor, mientras servía más de la aromática infusión, recordando a los Ulloa, González, Arbayo, Johnson, Garza y demás leyendas del ejido cuya fama citrícola trascendió fronteras, pero hoy exploran el enorme potencial inmobiliario a la vista.
Visitaron la escuela en cuyo inmueble nació Abelardo Rodríguez en 1889, uno de los guaymenses que han dirigido el país y el último presidente no electo popularmente en ejercer.
Ni se diga los resultados de esa charla de Sebastián sobe el ayer, vinculado al San José de hoy.
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