Recientemente, México ha sido testigo de una serie de apagones eléctricos por largo y ancho de la geografía nacional que han dejado a millones de personas a la deriva frente a altas temperaturas y han suscitado interrogantes sobre la estabilidad del sistema eléctrico del país.
Según el Cenace, la situación de emergencia se desencadenó por la salida de operación de varias centrales eléctricas, lo que provocó un desequilibrio en el suministro de energía. La desconexión de una decena de estas centrales, junto con una menor producción de energía en plantas solares y eólicas, fue identificada como la principal causa del apagón masivo registrado el 7 de mayo.
El sistema eléctrico nacional fue declarado en estado de emergencia a las 17:04 horas de ese día, momento en el cual el Cenace comenzó a implementar cortes rotativos en el suministro para intentar restaurar el equilibrio entre la oferta y la demanda. Este desequilibrio fue exacerbado por condiciones climáticas adversas, como olas de calor, que mantuvieron alta la demanda de energía mientras salían de operación al menos 1,668 megavatios de capacidad de generación.
Las centrales de ciclo combinado, que funcionan a base de gas, como Altamira Tres y Cuatro, Villa de Reyes y la unidad de la planta de Dulces Nombres, fueron algunas de las instalaciones que se desconectaron, contribuyendo así a la crisis energética. Además, el efecto de nubosidad en el Bajío redujo la generación fotovoltaica y eólica por debajo de los niveles esperados, lo que llevó al Cenace a tomar medidas urgentes.
La respuesta del Cenace ante esta situación crítica fue interrumpir rotativamente el suministro de energía eléctrica, ya que el margen de reserva se situó por debajo del 3%. Esta medida afectó a miles de usuarios en todo el país, aunque ni el Cenace ni la CFE han proporcionado aún una estimación precisa del alcance de los apagones.
La CFE, por su parte, ha señalado que la alta demanda de energía también ha sido un factor contribuyente a la necesidad de implementar cortes selectivos en diversas zonas del país. En Sonora, municipios como Caborca, Sonoyta, Navojoa, Hermosillo y Nogales, así como regiones como el Poblado Miguel Alemán y Bahía de Kino, han experimentado apagones previo al verano, lo que subraya la urgencia de abordar las deficiencias en el sistema eléctrico.
Ante este panorama, se hace evidente la necesidad de impulsar proyectos de energías limpias en México. El proyecto del parque fotovoltaico en Puerto Peñasco, con una capacidad proyectada de 1,000 megavatios, emerge como un paso crucial hacia un futuro energético más sostenible. En un país que ha dependido tradicionalmente de los combustibles fósiles, la diversificación hacia fuentes de energía renovable como la solar es esencial para garantizar un suministro confiable y reducir la vulnerabilidad ante crisis como la que se ha experimentado.
Si bien México cuenta con una capacidad de generación de energía considerable, es necesario modernizar y diversificar su infraestructura energética para evitar futuros apagones. La transición hacia un modelo energético más sustentable no solo beneficiará al medio ambiente, sino que también fortalecerá la seguridad y la estabilidad del suministro eléctrico para todos los mexicanos, especialmente acá en el norte donde el sol no perdona.
COMMENTS