COLOSIO, 30 AÑOS DESPUÉS
Por: Luis Fernando Heras Portillo
Desarrollador de negocios
Obviamente, recordar es vivir. Hace 30 años, me encontraba en Navojoa, Sonora, organizando un evento para aproximadamente 100,000 personas que recibirían estrepitosamente al candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta, en los campos deportivos de las unidades deportivas del municipio. Trabajaba junto con un grupo de unas 50 personas organizando este magno evento para que todo el sur de Sonora, particularmente en la región del Mayo, se congregara y le diera una gran fiesta al hijo de Sonora, orgullo nacional, candidato presidencial y casi presidente de la república.
El “casi casi” se desmoronó estrepitosamente, dolorosamente, angustiosamente en Lomas Taurinas, Tijuana, un par de días antes de que llegara a donde yo me encontraba organizando un evento para él. Iba a llegar primero a Hermosillo y después recorrer el sur del estado, pero una bala en la cabeza lo asesinó.
Y así cambió la historia del país, la del estado y la de muchos de nosotros que creíamos en él, algunos fieles a su memoria, otros lucrando con su imagen y otros más viviendo a costa de lo que pudo haber sido y no ser. Tantas y tantas cosas han pasado en estos 30 años.
Sin embargo, es importante entender varias cosas. Esto nos lleva a reflexiones históricas, políticas y sociales. ¿Hubiera Luis Donaldo Colosio transformado o cambiado a México de haber llegado al poder? Nadie lo puede saber. Se puede intuir que hubiera hecho muchas cosas diferentes, pero hubiera gobernado desde el PRI para los mexicanos. Si hubiera ganado, lo habría hecho de calle.
Porque si su suplente, el gris coordinador de campaña, el doctor Ernesto Zedillo Ponce de León, entró en su lugar y llegó a la presidencia de la república, ganó de manera indiscutible.
Pero el tema no es Zedillo ni es Fox. El tema es Luis Donaldo Colosio. Estos 30 años han sido testigos de la alternancia en el poder, el PRI, el PAN y nuevamente el PRI, luego de un gobierno desastroso de Enrique Peña Nieto, y finalmente, la victoria de Andrés Manuel López Obrador.
Estamos en la historia moderna, viviendo una nueva narrativa a la que llaman la Cuarta Transformación, tomando como base la independencia de México, la reforma en la época de Juárez y la revolución mexicana, precisamente la inspiración de Luis Donaldo Colosio, del PRI y de todos los gobiernos de más de 70 años hasta que perdieron el poder. Y así podemos seguir hablando de historia.
En la era moderna, llega Andrés Manuel López Obrador y dice que va a hacer la cuarta transformación después de la independencia, la reforma, la revolución. Digo que iba a transformar el país.
¿Tenemos una transformación profunda y real? Hay quienes dicen que sí, hay quienes dicen que no, todo depende de qué ángulo lo veas. Las críticas están por todos lados, los análisis también. La seguridad pública, la salud y la economía familiar son las grandes asignaturas pendientes.
¿Qué tiene esta cuarta transformación que no ha logrado despegar? Sin embargo, se está planteando continuar con un segundo piso de la cuarta transformación, digno sería para todos los mexicanos que se terminara y concluyera el primer piso de manera satisfactoria.
Es necesario que se terminen obras insignes como el tren maya, la refinería Dos Bocas, el tren Transístmico, el AIFA, la pobreza, el crimen, la violencia, las extorsiones, la inseguridad pública, los feminicidios, entre otros aspectos, con el primer piso de la cuarta transformación.
Lo más sensato es pensar en que México seguirá dividido, seguirá polarizado, tendrá que distanciarse. De ganar la continuidad para intentar construir ese segundo piso, es crucial encontrar una estrategia para unir a los mexicanos, garantizar la paz y la tranquilidad, y abordar el problema del crimen.
Por otro lado, es esencial dar seriedad no solo al discurso político y a los mensajes, sino también al manejo del dinero público. La corrupción está presente por todos lados. No sabemos si es un problema magnificado o realmente gigantesco, pero está claro que se debe abordar.
La oposición también debe reflexionar seriamente. Ya que tienen un frente amplio por México, al menos el PRI, el PAN y el PRD, deberían considerar formar una nueva fuerza política para dejar atrás la historia antigua del país y no permitir que toda la culpa recaiga en esta cuarta transformación.
Es momento de transitar de la partidocracia que asfixia al país hacia una democracia en la que se priorice a las personas por encima de los partidos políticos. Los votos en la cámara de diputados y en la cámara de senadores deben ser conscientes, representando verdaderamente al pueblo en cada decisión que tomen, sin seguir líneas partidistas desde Palacio Nacional o desde sus propios partidos. La partidocracia ha corrompido la democracia, eso está claro.
Si Luis Donaldo Colosio volviera a nacer, se volvería a morir, porque ese México que él veía sediento de justicia sigue aún más hambriento y sediento de muchas otras cosas. Pero con eso, me quedo con la tristeza que provoca recordar: 30 años de un Colosio que pudo haber sido y no fue.
Saludos, gracias por su atención.
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