AMLO Persiste: El Camino Controvertido hacia la Prohibición de Vapeadores
En una persistente búsqueda por reducir la comercialización de vapeadores y cigarros electrónicos en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) anunció su intención de presentar una reforma constitucional que prohíba estos dispositivos, argumentando su impacto negativo en la salud y señalando la existencia de una red de corrupción vinculada a su venta.
Desde octubre de 2021, el gobierno ha implementado medidas para disminuir la comercialización de estos productos en aras de “preservar el derecho humano a la salud”. En primer lugar, mediante un decreto que prohibió la importación de vapeadores y cigarrillos electrónicos, seguido, el 31 de mayo de 2022, por otro decreto que restringió su circulación y comercialización en el territorio nacional.
A pesar de estos esfuerzos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) revocó la segunda disposición, argumentando que vulneraba la libertad de comercio y el libre desarrollo de la personalidad. AMLO, sin embargo, sostiene que, aunque la prohibición actual no es constitucional, deben existir límites para productos que causan daño a la salud.
El presidente citó a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), que alertó sobre la presencia de hasta 25 sustancias no declaradas en estos dispositivos, algunas de las cuales son altamente nocivas, como el dimetil éter y el linalol, utilizado como insecticida. López Obrador expresó su preocupación por la falta de transparencia en la composición de los vapeadores y abogó por medidas que informen a los consumidores sobre los riesgos asociados, similar al etiquetado en los cigarrillos de tabaco.
En su próxima iniciativa de reforma constitucional, AMLO también planea abordar la prohibición del consumo de drogas químicas, como el fentanilo, y otros asuntos relacionados. El presidente enfatizó la responsabilidad social del Estado y la necesidad de no ser cómplices o encubridores de prácticas perjudiciales para la salud pública.
Criticó a los ministros que respaldaron la venta y distribución de estos dispositivos, acusándolos de priorizar intereses mercantilistas sobre la salud.
La COFEPRIS ha alertado sobre más de 30 sustancias omitidas en el etiquetado de los vapeadores, incluido el acetato de vitamina E, considerado altamente tóxico. Además, un estudio de la Universidad de Louisville vincula la exposición a aerosoles de cigarros electrónicos con arritmias y problemas cardíacos en modelos animales.
Estas medidas y advertencias han desencadenado un debate sobre los riesgos asociados a la incursión en el mercado negro de vapeadores de contrabando. Se ha señalado que la prohibición podría favorecer el aumento de productos no regulados y contribuir al mercado ilegal del tabaco, que ya representa el 19% del total en México.
Aunque las empresas que comercializan alternativas al tabaco argumentan que sus productos contienen hasta un 95% menos de sustancias nocivas, la ONU sostiene que no están exentos de causar daños a la salud. Las regulaciones en otros países, basadas en la evidencia científica, han reconocido estas alternativas como opciones para adultos, pero la prohibición total podría llevar a un aumento de productos ilícitos, según los críticos.
En medio de este controvertido panorama, la industria del tabaco ha experimentado un crecimiento, tanto en el mercado legal de vaporizadores como en el ilegal, planteando desafíos significativos en la búsqueda de un equilibrio entre la salud pública y el control del mercado negro. ¿Regular o prohibir? ese es el dilema.
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