Estratégica Reapertura: Cómo la Garita en Sonoyta Impulsa la Economía regional
El Gobierno de los Estados Unidos anunció la reapertura del paso fronterizo de Sonoyta–Lukeville el jueves 4 de enero, luego de un mes de cierre temporal. A principios del mismo mes, las autoridades estadounidenses habían anunciado el cierre de esta garita debido al aumento en el flujo de migrantes que utilizaban este punto de entrada para ingresar al país.
Esta reapertura junto a otras más anunciadas, representa un paso fundamental hacia la normalización de las operaciones fronterizas y es esencial para reactivar la economía regional. La colaboración entre México y Estados Unidos en la gestión de esta situación subraya la importancia de abordar la cuestión migratoria de manera coordinada para garantizar la seguridad y la estabilidad en la región.
Al facilitar el tránsito de miles de personas por la garita se reactiva el engranaje económico de una de las áreas de mayor importancia para el desarrollo del país como lo es la mega región Sonora-Arizona.
En los últimos años, han dado inicio proyectos como la creación de un mapa de ruta energético verde que apuesta por la generación de energías limpias en Puerto Peñasco; nearshoring de empresas de semiconductores, la instalación de dos consulados en el estado; programas de becas que permiten que los mexicanos estudien en Arizona pagando como estudiantes locales; proyectos enfocados en mejorar programas educativos como Manos a Través de la Frontera; colaboraciones en sectores primarios como la agricultura, entre otros.
Solo en Puerto Peñasco, Sonora, estimaron pérdidas de más de 34 millones de dólares durante este período, especialmente en el sector turístico, donde hoteles, restaurantes y servicios sufrieron una pérdida de aproximadamente 14 millones de dólares. El sector de bienes raíces también registró pérdidas de 20 millones de dólares, sumándose a las cancelaciones para el mes de enero.
Las pérdidas económicas registradas durante el mes de cierre subrayan la interdependencia de ambas naciones y la vitalidad de los cruces fronterizos para mantener la estabilidad financiera de las comunidades afectadas.
La colaboración entre México y Estados Unidos para lograr la reapertura no solo aborda cuestiones migratorias, sino que también fortalece los lazos culturales y sociales, marcando un paso significativo hacia la reactivación económica y el bienestar de la mega región.
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