PIRATERÍA Y LA ECONOMÍA INFORMAL!
Por: Luis Fernando Heras Portillo
Desarrollador de negocios turísticos, comerciales e industriales
Una de las principales preocupaciones de los empresarios mexicanos, además de la seguridad pública en el país y los desafíos actuales, es, sin lugar a dudas, el tema de la economía informal.
Muy elemental, la economía formal abarca a aquellos que cumplen con sus obligaciones fiscales, lo que conlleva ventajas, desventajas, inquietudes, inconformidades, corrupción y otros aspectos. Por otro lado, la economía informal comprende a quienes no cumplen con sus obligaciones fiscales y operan al margen del sistema tributario. Estas actividades suelen ser toleradas por autoridades que, al no poder auditarlas por no estar registradas en el sistema de la Secretaría de Hacienda, permiten su funcionamiento.
En este contexto, quienes participan en la economía informal también fomentan la corrupción. Viven al margen del sistema tributario, lo que a menudo conduce a situaciones de extorsión por parte de inspectores. En lugar de decomisar sus mercancías, los extorsionan exigiendo sobornos. Esto se ha vuelto una práctica común que contribuye al aumento de la corrupción silenciosa y perjudica la economía mexicana.
Recientemente se celebró un foro organizado por la Canacintra (Cámara Nacional de la Industria de la Transformación), donde se discutieron temas relevantes. En este foro, se destacó que la piratería en México tiene un valor de más de 10 mil millones de pesos al año.
Esto subraya la magnitud del problema, que involucra productos clonados, adulterados y falsificados que inundan el mercado, desde bolsos, camisetas, calzado y productos de limpieza hasta licores y cigarros. Es un fenómeno que afecta no solo al sector industrial sino también al comercial, contribuyendo a la ilegalidad y a la economía informal en México.
Dentro de estos sectores, los más afectados son sin duda la industria de la ropa, el calzado, las bebidas alcohólicas, el tabaco, los productos electrónicos, los productos de limpieza y, sobre todo, los medicamentos. La pandemia ha agravado la situación, particularmente en lo que respecta a medicamentos falsificados y bebidas alcohólicas de bajo costo que representan un riesgo para la salud pública.
La razón de este peligro radica en la adquisición de estos productos en lugares no regulados, a menudo con la errónea creencia de que son idénticos a los productos legítimos que normalmente consumimos. Por lo tanto, debemos prestar especial atención a este problema.
México se encuentra en una encrucijada que requiere una transformación tanto en la lucha contra la piratería como en la formalización de la economía informal. Se deben implementar esfuerzos significativos para lograr que, de alguna forma, todos cumplamos con nuestras obligaciones fiscales y realicemos actividades de manera legal. Aquellos involucrados en la economía informal representan un obstáculo para el desarrollo del país, ya que esta situación promueve la corrupción.
Un dato interesante: tanto Xóchitl Gálvez como Claudia Sheinbaum han participado en foros organizados por el Consejo Coordinador Empresarial y otros organismos empresariales. Claudia Sheinbaum propone un aumento en la recaudación de impuestos, ya que argumenta que, a veces, quienes tienen más recursos son los que proporcionan una contribución menor proporcionalmente, mientras que aquellos con menos recursos a menudo aportan más en proporción. No obstante, este enfoque no aborda la cuestión de la economía informal, ya que aquellos involucrados en estas actividades informales operan al margen del sistema fiscal.
En pocas palabras, estas personas venden sus productos en banquetas y calles, comercializando productos ilegales, y recurren a tácticas coercitivas. Se podría comparar esto con un “casi cobro de piso” realizado por autoridades no oficiales, amenazando con decomisar sus bienes o llevarlos a la delegación, como se decía anteriormente. Esto genera una situación donde aquellos involucrados en actividades ilegales empiezan a buscar sobornos. Lamentablemente, esta es una práctica de corrupción generalizada que todos conocemos.
A nivel macroeconómico, se han publicado datos oficiales que subrayan la importancia de abordar el trabajo informal en México. Aproximadamente el 55% de los mexicanos paga impuestos, mientras que el 45% restante soporta la carga de financiar al gobierno. Este dinero respalda los proyectos del presidente y los gastos gubernamentales. Es crucial recordar que estos recursos no pertenecen al presidente ni a su gabinete, sino al pueblo mexicano.
El trabajo informal representa una preocupación significativa, y la corrupción sigue siendo un problema persistente que afecta la economía y a la población en general.
Es esencial que, en futuras campañas electorales, se propongan fórmulas que busquen una mayor equidad entre quienes soportan la carga económica del país. Saludos.
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