Por: Luis Fernando Heras Portillo
Desarrollador de negocios turísticos, comerciales e industriales
En el caso del fenómeno conocido como el “nearshoring”, es evidente que México, cuenta con dos actores principales que buscan atraer a empresas dispuestas a relocalizarse desde países asiáticos a territorio mexicano.
Estos actores son el gobierno, tanto federal y, en conjunto, los gobiernos estatales involucrados en este proceso. Sin embargo, de los 32 gobiernos estatales, solo 10 de ellos han centrado sus esfuerzos en obtener dicha relocalización. No necesariamente se trata de estados fronterizos, ya que, hasta la fecha, no ha habido reubicaciones de empresas a México como resultado de la promoción del gobierno estatal de Sonora, entre otros. Esta es una realidad innegable.
En este contexto, es fundamental comprender que la actividad económica, la generación de empleo, las inversiones, la construcción de parques industriales y naves industriales, así como la capacitación del personal necesario para que las empresas puedan establecerse y operar con éxito, recae en última instancia en la iniciativa privada. De ahí que la mayoría de los parques industriales en México sean de propiedad privada.
Este fenómeno de relocalización, inesperado y que nos demostró que no estábamos completamente preparados, es una oportunidad que requerirá tiempo para que todas estas empresas evalúen diferentes lugares y oportunidades para su instalación. Por tanto, se está desarrollando una competencia entre el sureste y el norte de México, además de ciertas áreas del Bajío, para atraer estas empresas.
El gobierno federal, está haciendo esfuerzos significativos para atraer empresas al sureste mexicano, específicamente al istmo de Tehuantepec, donde están los estados favoritos del presidente y se han concentrado inversiones como el Tren Maya y la Refinería Dos Bocas. Esta zona es estratégica debido a la extracción de petróleo y gas natural.
El gobierno busca incentivar esta reubicación mediante estímulos fiscales, que van desde exenciones fiscales del 90% en el impuesto sobre la renta para las empresas que opten por establecerse en el sureste de México. Ese es un atentado contra la libertad de empresa.
Esta política ha generado preocupación debido a que puede verse como un intento de monopolizar ciertas áreas geográficas para la instalación de empresas. Esto ha suscitado preocupaciones acerca de una posible tendencia hacia el estatismo, es decir, un mayor control del estado mexicano sobre la economía y una interferencia excesiva en la libertad de empresa y la competencia.
Vemos claramente que, en adelante, se espera la participación de trenes por los militares en esta dinámica, así como la operación de aviones a través de Mexicana de Aviación. También se están considerando otros sectores, como la Refinería Dos Bocas, aunque esta área siempre ha sido controlada por Pemex, manteniendo su monopolio. Sin embargo, lo que observamos es un intento del gobierno por involucrarse en todas las esferas de actividad económica.
Es importante señalar que podría verse con buenos ojos si estos incentivos, incluyendo el acceso a tierras y desarrollos, fueran parte de una estrategia para atraer inversiones. Sin embargo, preocupa que pueda interpretarse como un intento de trasladar la riqueza del país hacia el sureste de México.
Es por ello que el Consejo Coordinador Empresarial ha puesto en marcha un proyecto denominado “Agenda Crítica para el Nearshoring”, en el cual, según las palabras de Francisco Cervantes, existen notables oportunidades como hemos mencionado en múltiples ocasiones.
Este fenómeno representa grandes oportunidades y desafíos para México. Es relevante destacar que, hasta el momento, la mayoría de las empresas que se han relocalizado, especialmente en Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Coahuila, lo han hecho sin intervención gubernamental directa.
Esto se debe a varias razones, entre las que se incluye la concentración de mano de obra, profesionales y técnicos especializados en tecnología y otras áreas en el Bajío y el noroeste de México, lo que ha sido una característica cultural , sin embargo no tiene nada de malo que intenten meterse al proceso industrial de maquilación de muchas cosas.
El gobierno federal ya alista la creación de dos decretos presidenciales para otorgar incentivos fiscales a cinco sectores específicos: microprocesadores, farmacéuticos, transporte, aeroespacial y electrónico. Estos decretos implicarán reducciones en el Impuesto Sobre la Renta y están destinados a impulsar la relocalización de empresas.
Este cambio en la política fiscal es significativo y marca una reconsideración sobre la distribución de estímulos fiscales en todo el país como el que tiene el presidente en el Istmo de Tehuantepec. Esto podría facilitar la relocalización de empresas en diferentes estados de México. Una extraordinaria noticia para Sonora, Baja California, Sinaloa, todas las empresas que estén haciendo esfuerzos para promover o atraer inversiones.
Es por eso que he insistido que en el caso de Sonora particularmente, el gobernador Alfonso Durazo se concentre en atraer inversiones y promover oportunidades. Llevó casi diez días en Ciudad de México en el proceso de Morena para elegir al candidato de ese partido. En lugar de involucrarse en actividades políticas de su partido, deberían centrarse en establecer relaciones internacionales y comunicarse con líderes mundiales de empresas que están considerando la relocalización.
Esta tarea debe ser constante y realizada directamente por el gobernador para atraer inversiones y fomentar el desarrollo económico del estado. Es una tarea de vender confianza, oportunidades, que sea el gobernador en persona el que se entreviste con los principales líderes internacionales o mundiales de compañías.
Es importante el hecho de que por fin se abran los estímulos en todo el país porque nos va a permitir captar más inversiones para el bien de Sonora y para el bien de México. ESTÍMULOS FISCALES DEBEN SIGNIFICAR MAS INVERSIONES EMPLEOS Y CRECIMIENTO ECONÓMICO.
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